¿Qué hacer para que los niños duerman siesta en verano?

Durante las vacaciones de verano es muy común que los niños se resistan a dormir la siesta, sobre todo porque en este periodo los hábitos y rutinas son modificados, por lo que en general suelen comer y dormir a deshoras. Sin embargo, lo más recomendable es que los pequeños duerman la siesta en verano, en especial los menores de tres años, porque ello hará que estén menos nerviosos e inquietos, y que cuenten con la energía para afrontar la tarde.

Para lograr que los niños duerman la siesta es sugerible acostarlos en un sitio fresco y ventilado para que no los afecte tanto el calor dificulta. Asimismo, es  importante que el ambiente tranquilo para ayudarlos a conciliar el sueño.

También, los padres pueden optar por leerles un cuento, poner un poco de música que propicie un clima de relajación o permanecer junto a ellos hasta que se duerman, por dar un ejemplo. A su vez, resulta indispensable que se sientan cómodos, para lo cual es necesario vestirlos con ropa ligera y holgada, evitando taparles con ropa de cama en caso que la la temperatura sea confortable.

La siesta puede ser definida como una práctica beneficiosa, cuya duración debe oscilar entre los 20 minutos y las 2 horas. Generalmente, los más pequeños son más propensos a  tener un sueño más largo. Según la opinión de los expertos, la siesta es indispensable para los menores de cinco años, porque les ayuda en su crecimiento y desarrollo.

En normas generales, los menores de tres años son quienes poseen mayor facilidad para poder dormirse. Pero a partir de esa edad los niños desean continuar jugando, sin importar cuán cansados estén.  Por supuesto que todo depende de cada niño en particular. Algunos se quedan dormidos automáticamente después de almorzar, mientras que otros precisan algo de ayuda para poder conciliar el sueño. Por ese motivo, cada padre seguramente cuenta con las herramientas necesarias para lograr que su hijo desista de continuar despierto.

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Problemas para conciliar el sueño en los bebés

La mayoría de los padres se levantan por la noche para consolar al bebé cuando lo oyen llorar. No obstante, un estudio reciente demuestra que lo mejor es dejar que los bebés lloren en la cuna por la noche, pues de a poco dejarán se calmarán y conciliarán el sueño. De acuerdo a lo expuesto por los investigadores de la Universidad de Temple (Estados Unidos), es a partir de los seis meses de vida cuando los niños comienzan a dormir toda la noche, pero una vez por semana suelen despertar a los padres. Según los especialistas, este es un patrón de conducta que no se da en todos los niños y hay padres que interrumpen con frecuencia el sueño del pequeño.
Una de las consultas que más suelen hacer los padres al pediatra se basa en el hecho de que los bebés a partir de los seis meses suelen despertarse durante la noche. Ante esta situación, cabe preguntarse de qué manera es necesario actuar para lograr que los bebés adopten el patrón de sueño apropiado.
Para el estudio, los investigadores relevaron los datos de un grupo compuesto por 1.200 bebés, con edades que van desde los 6 hasta los 36 meses. Para ello, quienes estuvieron a cargo de la investigación le solicitaron a los padres que elaborasen un registro de cuántas veces los bebés despertaban por la noche en distintas edades. Los resultados que se obtuvieron permitieron separar a los bebés en dos grupos bien diferenciados: los bebés durmientes y los bebés durmientes transitorios. De ahí, se logró establecer que el  66% de los bebés durmientes sólo despertaban una noche a la semana o simplemente no se despertaban, en tanto que el 33% de los bebés durmientes transitorios de seis meses se despertaban todas las noches, a los 15 meses de edad sólo lo hacían dos noches por semana, y a llegar a los 24 meses de edad, despertaban una noche por semana, al igual que lo hacían los bebés durmientes a los seis meses de vida.
Además se constató que la mayoría de los bebés durmientes temporales eran varones, gran parte de los cuales se alimentaban con leche materna. Incluso, se realizaron pruebas que establecieron que en los bebés durmientes transitorios influían factores tales como la distracción o irritabilidad.
Según los especialistas, los problemas del sueño infantil pueden deberse a los posibles factores biológicos o genéticos que se reflejan en un complicado, o a que los bebés no han aprendido aún a dormir. En cuanto a esto último, los expertos señalan que si los bebés acostumbran a dormirse mientras son amamantados, les resulta más complicado conciliar un sueño regular puesto que no saben tranquilizarse por sí mismos. Por supuesto, además influyen otros factores como la depresión materna, que incide en el sueño del bebé.
Por estos motivos, los especialistas recomiendan llevar una rutina que ayude al bebé pueda a que se tranquilice solo. De modo que es necesario dejar llorar a los bebés en la cuna por la noche y tratar de evitar responder a los llantos. Claro que no es fácil, pero al menos hay que intentarlo.

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