Durante sus primeros meses de vida, los bebés suelen pasar despiertos toda la noche y durante el día duermen plácidamente. Acostumbrar al bebé a dormir de noche no es algo que ocurrirá fácilmente, pues representa todo un proceso que puede extenderse entre uno a tres meses.
Lo que toda madre debe saber, especialmente las primerizas, es que los horarios de sueño del bebé, que se dividen durante el día en tiempos distintos, son mayores que el nuestro.
Se estima que un recién nacido duerme alrededor de entre 16 y 18 horas diarias, distribuyendo el sueño en 6 o 7 intervalos de aproximadamente unas 2 o 3 horas.
Una de las cuestiones principales que hace que los bebés posean el sueño interrumpido es el hambre, pues los bebés precisan alimentarse a cada momento ya que sus estómagos son muy pequeños, y sus necesidades de vitaminas, proteínas y minerales son amplias porque se encuentran en constante crecimiento y desarrollo. Además, al alimentarse de forma exclusiva con leche materna, como ésta se digiere rápidamente, los recién nacidos precisan alimentarse cada un espacio de entre dos y cuatro horas.
Por otro lado, vale señalar que los bebés no diferencian el día y la noche, de modo que no saben que la noche es para dormir, sino que siguen los mismos patrones de sueño que tenían en el vientre materno.
También, influyen bastante las condiciones ambientales. De modo que si hace mucho calor o frío en el cuarto del pequeño, esto no le molestará al momento de dormir, propiciando que despierte con llanto. Es importante no abusar con el abrigo pero tampoco dejarlo muy desprotegido.
Las molestias por tener el pañal sucio, son otros de los factores que suelen interrumpir el sueño, puesto que hay que cambiarlo.
Los gases, a la vez, pueden ocasionar también problemas a la hora de dormir, porque propician la aparición de molestias e incluso cólicos.
El proceso de la dentición influye mucho también en el proceso de sueño de los pequeños, debido a que puede generar inflamaciones en las encías o escozor.
Incluso, demasiada luz o demasiada oscuridad en la habitación del bebé puede llegar a generar trastornos en el sueño del pequeño, por lo que resulta recomendable utilizar una lámpara pequeña de luz tenue por las noches.
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