Durante el embarazo la mujer experimenta muchos cambios en su cuerpo, además del evidente aumento de peso, provocados por los agentes químicos que liberan las hormonas.
De esta manera, el cerebro de la embarazada también se prepara y modifica al igual que el resto del cuerpo, para acoger el bebé en su interior. Es durante este proceso cuando desarrolla el sentido de la empatía y se pierde memoria.
De modo que la mente de la mujer embarazada se prepara para eliminar situaciones de estrés que puedan de alguna manera perjudicar al buen desarrollo del bebé. Pudiendo lograr una conexión tan cercana que le da la posibilidad de conocer cuáles son las necesidades del pequeño.
Los científicos de la Universidad de Chapman, en Estados Unidos, han sido quienes pudieron explicar como las hormonas de la madre, que se ubican en las zonas que trabajan las emociones, controlando el nerviosismo, la incertidumbre y el estrés; preparan su cerebro para el periodo de la gestación para fomentar la empatía ante las necesidades del bebé en camino.
Al coste de este desarrollo positivo se lo puede resumir en una leve pérdida de memoria, algo que no desvela a los investigadores pues, por la sensibilidad de la mujer embarazada, se consigue una conexión mayor con el bebé y, por ende, un desarrollo emocional marcadamente más efectivo.
Es por ese motivo que se conoce muy poco acerca del desarrollo del sistema nervioso central de las embarazadas, siendo que las emociones son claves en el embarazo y futura salud del bebé.