A los mareos que suelen producirse durante el embarazo se los conoce bajo el nombre de “enfermedad de la mañana”, debido a que en más de la mitad de los casos se presentan en ese momento del día.
El mareo constituye un método de defensa del organismo y se produce cuando no llega la irrigación necesaria al cerebro. Junto con las náuseas, es uno de los síntomas más comunes del embarazo, y generalmente tienden a desaparecer luego del primer trimestre, pues es en ese momento cuando el organismo de la mujer se ha logrado adaptar biológicamente a su nuevo estado, por lo que calma el malestar.
Los mareos se pueden producir por diferentes motivos, como por ejemplo por una mayor compresión tanto de las arterias como de la vena cava producto del aumento de peso.
También, pueden deberse al incremento del ritmo respiratorio de la embarazada. Vale decir que tanto el exceso como la falta de oxígeno en el cerebro pueden llegar a provocar sensación de mareo y hasta desmayos.
Al mismo tiempo, la asimilación rápida de los carbohidratos en la futura madre o el ayuno por varias horas, le pueden producir una baja en los niveles de azúcar en sangre.
La anemia, ocasionada por la falta de hierro, así como el aumento en sangre de la hormona gonadotropina coriónica y el exceso de calor, entre otras cosas, también pueden desembocar en mareos.
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