Ligero y nutritivo: claves de un buen desayuno

Durante el embarazo es fundamental desayunar bien, es decir, cuidar que el desayuno sea nutritivo, variado y ligero.  De ese modo, tendrás la seguridad de que le estás dando a tu organismo y al del bebé todo lo que precisan. Por eso, es común oír a los médicos decir que durante la gestación debe llevarse una dieta completa y equilibrada.

Al respecto, los especialistas sugieren que el desayuno de las embarazadas debe contener cereales, puesto que le brindan toda la energía que necesitan la mamá y el bebé debido a que son hidratos de carbono complejos. Asimismo, los cereales generalmente son bajos en grasa, así como una importante fuente de vitaminas y minerales y, un dato que no es menor, contienen menos cantidad de azúcar que la bollería.

De esta manera, un buen tazón de leche con cereales, preferentemente integrales porque aportan más fibra y sirven para combatir el estreñimiento, muy común en el embarazo; junto con una o dos frutas conformarán el desayuno ideal.

En el caso de las mujeres que están transitando el primer trimestre del embarazo y sufren náuseas por las mañanas, habituales en la mayoría de las futuras mamás; es probable que no puedan tomar un desayuno completo. De ser así, se puede tomar un vaso de leche, dado que suele admitirse bastante bien. De todos modos, hay que evitar tomarla apenas se levanten sino que lo mejor es comenzar ingiriendo algo sólido, como pan tostado o unas galletas, y luego beber la leche, preferentemente fría porque las bebidas calientes por lo general agudizan más las náuseas.

La fruta también les sentará bien, pero no cualquiera sino que la manzana, la sandía y la pera son las más indicadas.

También, se puede optar por la mermelada y el queso también sientan muy bien.

Imagen:

http://www.tuembarazo.cl/wp-content/uploads/2011/12/completo-desayuno-embarazada.jpg

Mareos en el embarazo

A los mareos que suelen producirse durante el embarazo se los conoce bajo el nombre de “enfermedad de la mañana”, debido a que en más de la mitad de los casos se presentan en ese momento del día.
El mareo constituye un método de defensa del organismo y se produce cuando no llega la irrigación necesaria al cerebro. Junto con las náuseas, es uno de los síntomas más comunes del embarazo, y generalmente tienden a desaparecer luego del primer trimestre, pues es en ese momento cuando el organismo de la mujer se ha logrado adaptar biológicamente a su nuevo estado, por lo que calma el malestar.
Los mareos se pueden producir por diferentes motivos, como por ejemplo por una mayor compresión tanto de las arterias como de la vena cava producto del aumento de peso.
También, pueden deberse al incremento del ritmo respiratorio de la embarazada. Vale decir que tanto el exceso como la falta de oxígeno en el cerebro pueden llegar a provocar sensación de mareo y hasta desmayos.
Al mismo tiempo, la asimilación rápida de los carbohidratos en la futura madre o el ayuno por varias horas, le pueden producir una baja en los niveles de azúcar en sangre.
La anemia, ocasionada por la falta de hierro, así como  el aumento en sangre de la hormona gonadotropina coriónica y el exceso de calor, entre otras cosas, también pueden desembocar en mareos.

Imagen:

http://www.bebesymas.com/images/2008/05/dolor-de-cabeza.jpg

La quinta semana de gestación

Durante la quinta semana de gestación, por lo general, recién acabas de confirmar que vas a tener un bebé. En esta fase del embarazo empieza a formarse el tubo neural del embrión, además de algunos órganos importantes, como el corazón, el hígado y los intestinos. La embarazada suele presentar ciertos síntomas, como náuseas o cansancio extremo.
El embrión ya implantado se está desarrollando y, mediante la placenta y el principio del cordón umbilical, recibe los nutrientes esenciales desde el cuerpo de la madre.
Como ya dijimos, en esta semana se comienza a formar el tubo neural, que constituye el origen de la columna vertebral y el cerebro. Resulta de vital importancia que el tubo neural se forme correctamente para evitar defectos del tubo, como por ejemplo la espina bífida. Para disminuir la posibilidad de que aparezcan tales defectos, debes ingerir ácido fólico durante los primeros meses de gestación.
También empiezan a formarse el corazón, hígado y los intestinos. El corazón ya late, pero los latidos todavía son escasos y descoordinados.
La edad gestacional del embrión es de tres semanas y mide poco más de 1 mm, desde la cabeza a la cola.
En este momento del embarazo es muy común sufrir náuseas y sentirse más cansada de lo usual. Por eso, es importante descansar más, reduciendo un poco tu ritmo diario para combatir dicho cansancio. También, es posible que sientas ganas de orinar con mayor asiduidad.
Cada uno de estos síntomas van acompañados de algunos cambios psicológicos, ligados a la ilusión del nacimiento del bebé. Las mujeres, en la primera etapa del embarazo suelen estar emocionadas y felices. Pero también es muy normal sentir miedo frente a la nueva situación y el cambio que se irá a producir en su vida. Por ello, es importante intentar estar relajada y de manejar los temores consultando las dudas que puedan surgirte con otras mujeres o con tu médico ginecólogo.
Probablemente en esta semana, luego de la confirmación de tu embarazo, concurras al  ginecólogo por primera vez, quien te pedirá un análisis de sangre y de orina para  ver tu estado de salud general y si posees anticuerpos de la toxoplasmosis y de la hepatitis B.