Los niños, por distintos motivos, adoptan malos hábitos que por lo general copian de los hermanos mayores u otros integrantes de la familia, así como de la televisión. Para quitarles un mal hábito, como puede ser morderse las uñas, es fundamental que los padres sean muy pacientes pues no se trata de una tarea sencilla.
De por sí, los pequeños son muy ansiosos, quieren todo “ahora” y no poseen mucha paciencia que digamos, por esa razón no resulta extraño que adopten costumbres para lidiar con esa sensación, como enrularse el pelo. Para ello, en primer lugar es necesario analizar cuál es la causa que motiva al niño a hacer eso, pues puede suceder que situaciones tales como el nacimiento de un hermanito, una mudanza o discusiones familiares, le generen ansiedad. Aunque también puede ocurrir que simplemente posea una personalidad ansiosa que, de ser así, es preciso ayudarle a manejar.
De nada sirve gritarle o castigarlo para que se desprenda de ese mal hábito, pues esto no hará más que causarle mayor ansiedad, e incluso los padres se pondrán nerviosos, resultando una experiencia verdaderamente negativa.
La mejor estrategia para lograr enseñarle que no está bien lo que hace es conversar sobre el tema con el pequeño y explicarle que se trata de una costumbre desagradable que debe dejar de hacer. Por ejemplo, en caso que se muerda las uñas se le debe explicar que no es higiénico, que le puede provocar enfermedades y que además se puede lastimar las manos.
También puede ser útil establecer una palabra a modo de contraseña para utilizarla cada vez que el niño incurra en ese mal hábito deje de hacerlo. Es una buena opción ya que de ese modo se evita retarlo y avergonzarlo frente a los demás.
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