El baño del bebé

 

Bañar a un pequeño recién nacido no resulta tan fácil como parece, en especial cuando somos madres primerizas ya que no sabemos si lo estaremos haciendo del modo correcto o no, por decirlo de alguna manera. Por esa razón, es importante conocer ciertos consejos para el baño del bebé, para que puedas hacerlo sin problemas, sintiéndote más segura.
Antes que nada, es preciso tener en cuenta que los bebés poseen la piel delicada. De manera que, como los recién nacidos únicamente comen y duermen la mayor parte del día, no es necesario darles un baño a diario.
Además que podría irritar su piel, un baño diario provocaría que los recién nacidos se sientan desprotegidos ya que no les agrada en absoluto estar desnudos. Cabe recordar, que cuando estaban en el vientre materno permanecían abrigados, por lo que  necesitan continuar estando arropados hasta tanto se habitúen a su nuevo entorno.
Para que un bebé se sienta limpio, no es preciso sumergirlo en una gran cantidad de agua. Si bien debe tener una buena higiene, la zona del cuello o la zona genital son las que mayor aseo requieren. Tales zonas, deben limpiarse a la perfección cada vez que el bebé regurgite o haga sus necesidades. Con respecto al baño, puede realizarse de manera alternada, es decir, un día si y un día no. A medida que aumente su contacto con el exterior se le podrán aumentar la cantidad de baños.
Más allá de lo antes dicho, es preciso tener presente que el baño no es únicamente un medio con el que brindarle higiene a nuestro bebé, sino que además constituye un momento de relajación para ambos. Si lo prefieres, para tener un mayor contacto con tu niño puedes darle en ocasiones un baño solamente con agua, sin jabón, lo que le permitirá relajarse y pasar un rato ameno contigo.

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