Al momento de conseguir un embarazo, muchas cosas entran en juego. Llevar una vida saludable, así como mantener una dieta equilibrada y evitar el estrés son algunas de ellas, que resultan claves para incrementar las posibilidades de lograr un embarazo.
La edad es uno de los factores más importantes que condicionan a las mujeres a la hora de tener hijos. A pesar de que el hombre es fértil hasta una edad avanzada, en la mujer es bien diferente, ya que a partir de los 35 años empiezan a surgir las dificultades para concebir. Aunque los avances de la ciencia han posibilitado que el umbral de edad en las mujeres para lograr un embarazo sea mayor. Si bien en la mayoría de los casos las dificultades se deben a problemas médicos, el estilo de vida es otro elemento que puede complicar conseguir con éxito la gestación. Cuestiones como la obesidad, el tabaco, el alcohol y una mala alimentación pueden generar efectos adversos en la fertilidad de cualquier mujer.
En el caso de la obesidad, ésta causa inconvenientes al momento de la gestación, incluso mediante tratamientos de reproducción asistida. Por ello, hay que controlar el peso ya que una mujer que intenta aumentar su fertilidad necesita comer bien y mantener un peso saludable. De manera que si se padece obesidad, lo más conveniente es perder peso, mejorando así la calidad de los óvulos.
En el caso de las adeptas al deporte, si bien es cierto que resulta beneficioso para la salud y la calidad de vida, a la vez que ayuda a prevenir diversas enfermedades, lo mejor es bajar el ritmo y la intensidad del ejercicio, realizando deportes livianos como por ejemplo natación.
Para aquellas que toman fármacos, lo más indicado es consultar con el médico previo a intentar quedar embarazada, puesto que ciertos medicamentos afectan a la fertilidad e, incluso, hay algunos que pueden provocar defectos en el feto y hasta abortos.
Otro punto a tener en cuenta es evitar el contacto con ciertas sustancias como es el caso de los fertilizantes inorgánicos (nitratos, fosfatos), pesticidas y detergentes.
Por su parte, el estrés también es un gran condicionante a la hora de buscar quedarse embarazada, debido a que puede reducir el nivel de gonadotropinas e incrementar los niveles de prolactina, lo que puede devenir en ausencia de ovulación. Hay que tener en cuenta que en aquellas mujeres que sufren un alto nivel de ansiedad y estrés las tasas de embarazo disminuyen considerablemente, aumentando a su vez las posibilidades de sufrir un aborto.
El apoyo psicológico es de suma importancia para poder afrontar la infertilidad. Está comprobado que la ayuda psicológica en tratamientos de reproducción asistida reduce la ansiedad y la depresión en pacientes infértiles, al tiempo que puede mejorar la tasa de embarazo.
Teniendo en cuenta todo esto, si al cabo de un año no se consigue quedarse embarazada, se debe acudir a un especialista para detectar la causa.
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