Para poder descartar enfermedades o la existencia de problemas genéticos en el bebé durante la gestación, existe el triple screening o triple test. Se trata de una prueba voluntaria, realizada en base a una muestra de sangre de la madre, que permite conocer los niveles de hormonas y proteínas para determinar si el bebé padece anomalías congénitas.
Esta prueba, puede efectuarse voluntariamente entre las 14 y 18 semanas de embarazo. Los niveles de las proteínas y hormonas que se miden mediante el triple test son la Alfafetoproteína (AFP), una proteína que en grandes cantidades puede indicar espina bífida mientras que en niveles bajos puede ser síntoma de mutaciones cromosómicas en el bebé; Estriol libre (uE3), una hormona sexual que en bajos niveles puede revelar que el niño padece síndrome de Down; y Gonadotropina coriónica (HCG), que también señala la presencia del síndrome de Down cuando aumenta sus niveles.
Si bien el triple screening es un examen de carácter voluntario, existen ciertos grupos de riesgo que deberían someterse al mismo para poder descartar que el bebé presente deficiencias cromosómicas u otras anomalías congénitas. Estos grupos de riesgo están conformados por las mujeres mayores de 35 años, pues el síndrome de Down se da con mayor frecuencia en los embarazos producidos a partir de esa edad.
También, resulta necesario conocer la historia familiar para establecer la existencia de antecedentes de alteraciones cromosómicas en la misma. Asimismo, aquellas mujeres que hubieran abortado en dos o más ocasiones, deberían realizarse la prueba para reducir riesgos y posibles complicaciones.
De todos modos, este test posee una fiabilidad bastante discutida, por lo que no todos los médicos lo recomiendan, pues se han registrado casos de falsos positivos que revelan la presencia de anomalías inexistentes, al igual que falsos negativos que hacen que se ignoren probables afecciones. De manera que los resultados arrojados por el triple screening sólo deben ser tomados como referencia.
Una buena manera de validar o descartar los resultados del triple test es realizarse otros exámenes como la amniocentesis, una prueba invasiva que extrae con una aguja muestras del líquido amniótico.
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