La edad paterna influiría en la aparición de enfermedades mentales en los niños

Una de las tendencias de los últimos tiempos es la de postergar la paternidad, la cual ha ido en aumento con el paso de los años, pues hoy día es muy común que haya hombres que se convierten en padres una vez pasada la barrera de los 50 años. Pero aquellos que decidan tener sus hijos en la madurez, deben saber que corren ciertos riesgos, pues un estudio reciente ha concluido en que la edad paterna puede influir en la la aparición de algunas enfermedades en sus hijos.
Esta investigación, es la primera en su tipo en explicar el riesgo de que los niños padezcan autismo y esquizofrenia, enfermedades causadas por mutaciones genéticas, se incrementa a medida que la edad del padre es mayor. De modo que los hombres que se convierten en padres en la madurez, poseen mayores probabilidades de que sus hijos presenten serios problemas mentales.
Para la realización del estudio, se analizó el genoma de 78 niños que sufrían dichas enfermedades junto al de sus padres, por lo que se determinó que  a mayor edad de los padres en el momento de la concecpión, aumenta el riesgo. Concretamente, el índice de mutaciones paternas se incrementa un 4,28% por año.
Una solución a ello sería tomar una muestra del esperma de jóvenes y conservarlos congelado para ser utilizado luego.

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La falta de vitamina D implicaría mayor riesgo de padecer esquizofrenia

Diversos estudios coincidieron en que la falta de vitamina D está vinculada a un mayor riesgo de padecer esquizofrenia, una de las enfermedades mentales más frecuentes.
Concretamente, se logró determinar que las personas nacidas en la posguerra, es decir, hasta el año 1959, o durante el invierno, así como también aquellos que nacieron en regiones nórdicas, suelen desarrollar más esta enfermedad.
Lo que sucede es que la vitamina D ingresa al organismo a través de los alimentos, pero se sintetiza mediante la exposición a los rayos UV. Incluso, hay estudios que demostraron que existe un riesgo mayor de desarrollar esquizofrenia a causa de una privación nutricional prenatal, cuando la madre posee bajo peso o cuando sufre un déficit de hierro o de vitamina D. De modo que la buena alimentación y el aporte de vitaminas tiene que empezar con la gestación.
Respecto a los nacidos en la época de posguerra, se vincula este periodo con menos cuidados prenatales y con carencias alimentarias.
Si bien se desconoce el mecanismo por el cual la falta de vitaminas influiría en la salud mental, se cree que el cerebro resultaría dañado desde el desarrollo, a pesar que la manifestación se produciría años después, con un cerebro maduro.
Por eso se le recomienda a las mamás comer sano, exponerse con regularidad al sol,  aunque solo unos pocos minutos y en ciertos horarios, y efectuarse todos los controles prenatales.

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