Investigadores del Centro Monell de Química de los Sentidos, en Filadelfia, descubrieron que los bebés son capaces de aprender a comer nutritivamente desde que están en el vientre materno, siempre y cuando la madre lleve una dieta saludable y equilibrada durante la gestación.
Por eso, los especialistas les aconsejan a las embarazadas comer saludable, incluyendo en su dieta generosas porciones de verduras y frutas, pues cuando el niño crezca reconocerá esos alimentos y los seguirá eligiendo.
De modo que, según las investigaciones realizadas, todo lo que la madre come durante la gestación incidirá luego en los hábitos alimentarios de su hijo. De ahí que cuando los pequeños no quieren comer verduras seguramente se deba a que las madres no suelen incluirlas en su alimentación.
Lo positivo de esta investigación es que demuestra que los bebés pueden aprender precozmente a comer alimentos saludables, inclusive antes de su nacimiento, puesto que están familiarizados con los sabores desde que están en la matriz mediante el líquido amniótico y, posteriormente, por la leche materna.
Para que la investigación fuera posible fueron estudiados unos 46 bebés, con edades comprendidas entre los seis meses y un año. A raíz de ello, pudo identificarse que las madres que solían consumir regularmente jugo de zanahoria durante el embarazo o la lactancia tenían hijos que, en comparación con aquellos cuyas madres no acostumbraban a tomar este jugo, aceptaban hasta dos veces más las frutas, verduras y cereales.
A la vez, es muy importante que el niño lleve una dieta nutritiva desde el momento del destete, dado que los pequeños son capaces de explorar los distintos sabores de las comidas a la par de sus padres. Por lo que si desde un comienzo se le ofrecen con regularidad frutas y verduras, en poco tiempo acabá por aceptar tales alimentos.
Etiqueta: hábitos alimentarios
Efectos del yogur bajo en grasas en el embarazo
Muchas mujeres, durante el embarazo, procuran cuidar la línea para intentar engordar lo menos posible, preocupándose por conservar una imagen similar a la de antes de la gestación. Esto es lo que lleva a algunas madres a ingerir alimentos bajos en grasa durante el embarazo. En relación a esto, un estudio realizado por la Escuela de Salud Pública de Harvard (HSPH) ha determinado que esta práctica, sobre todo en el caso de los yogures con contenido reducido en grasas, podría aumentar el riesgo de que el futuro bebé padezca rinitis alérgica o asma.
El objetivo del estudio residía básicamente en determinar si los ácidos grasos, que están presentes tanto en la leche como en los productos lácteos, podían servir para prevenir que los bebés no desarrollen estos problemas y otras afecciones de carácter alérgico. Para ello, se llevó a cabo un análisis de los productos lácteos que ingirieron las mujeres embarazadas que participaron del estudio. Además, posteriormente se realizó un seguimiento a los bebés para precisar la cantidad de casos en los cuales se desarrollaba rinitis o asma infantil. De este modo, los resultados han revelado que la leche no tenía relación alguna, lo que sí ocurría con la ingesta de yogures bajos en grasa durante la gestación.
Según el estudio, en comparación con las madres que consumían yogures enteros, la ingesta de yogures reducidos en calorías aumentaba en 1,6 veces las posibilidades de que los bebés sufrieran alguna de las enfermedades mencionadas cuando llegaran a la edad de 7 años. Los investigadores llegaron a la conclusión de que ciertos componentes no grasos de los yogures pueden desempeñar un esencial en el incremento del riesgo.
Éste representa el primer estudio que se realiza buscando la relación del consumo de esta clase de yogures con las enfermedades de los futuros bebés. De todos modos, la hipótesis de esta investigación no es del todo concluyente, por lo que los expertos han indicado que será necesario efectuar nuevos estudios enfocándose en otras líneas de investigación, como por ejemplo el tipo de dieta y hábitos alimentarios, seguimiento del consumo de ciertos alimentos con y sin grasa, por mencionar sólo algunas.
Los extremos nunca son buenos, por lo que un término medio es lo más conveniente. De manera que una dieta saludable y equilibrada, sería lo más adecuado para asegurar que los futuros bebés puedan desarrollarse de forma adecuada, contando con todos los nutrientes para ello y, por consiguiente, disminuir el riesgo de sufrir ciertas enfermedades y alergias.
Si tienes alguna duda al respecto, lo mejor es consultar con tu médico para que te recomiende la dieta más conveniente, la cual irá a depender siempre de las condiciones físicas de cada mujer.