Las mujeres con ovarios poliquísticos no tienen problemas reproductivos

ovario-poliquísticoHay quienes piensan que las mujeres con ovarios poliquísticos tienen problemas reproductivos. Pero pocos saben que, en realidad, esto solo sucede en un pequeño porcentaje de mujeres.
Es necesario dejar en claro que tener ovarios poliquísticos no es lo mismo que padecer el síndrome del ovario poliquístico, pues el término poliquístico hace alusión a los ovarios que presentan características distintas al resto. Es decir, su tamaño es mayor y poseen más folículos que no superan los 10 mm.
Uno de los síntomas más evidentes del síndrome del ovario poliquístico es el desequilibrio hormonal, que se da por el aumento de los niveles de hormonas masculinas y que propicia la aparición de acné, alteración de la regla y crecimiento excesivo de vello. En cuanto a los períodos menstruales irregulares es importante saber que, si el síndrome no es tratado correctamente, podrían provocar dificultades reproductivas debido a la falta de ovulación, lo cual hace necesario consultar con un profesional. Sin embargo, en el caso de la amenorrea, ausencia de menstruación, o la oligomenorrea, disminución del número de menstruaciones, son alteraciones que pueden corregirse con facilidad con un adecuado tratamiento hormonal.
Aquellas mujeres cuya ovulación sea casi nula deben recibir un tratamiento para inducirla a base de fármacos, como el clomifeno o las gonadotropinas. Solo las pacientes que presenten casos más extremos tienen mayores posibilidades de producir óvulos que sirvan para la gestación. Lo importante es consultar con un ginecólogo y no olvidar que una mujer con ovarios poliquísticos puede llevar una vida normal, decidiendo cuándo y cómo quedarse embarazada.

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Fecundación in vitro

Muchas parejas, al momento de elegir buscar un bebé, se ven por diferentes cuestiones en la necesidad de apelar a la fecundación o fertilización in vitro para lograrlo. 
La fecundación in vitro es una técnica de fertilización asistida, que hace que el óvulo y el espermatozoide se unan fuera del cuerpo de la mujer, extrayendo el óvulo y fertilizándolo en el laboratorio, el cual una vez fertilizado se coloca en el útero por medio de un catéter para proseguir con la gestación.
En caso que existan embriones sobrantes, se procede a congelarlos para otro ciclo por si no se llegara a conseguir la gestación en primera instancia.
Esta técnica, puede ser usada por mujeres que presenten obstrucción tubárica bilateral o de las trompas de Falopio, endometriosis severa y problemas inmunológicos. También, es usada por parejas que posean problemas de esterilidad sin causa aparente o incluso por hombres con insuficiente número o calidad de  espermatozoides.
Vale aclarar que a través de la fertilización in vitro hay, por cada intento, un 25% de probabilidad de embarazo, un porcentaje bastante similar al de cualquier mujer sin problemas reproductivos.
El éxito del procedimiento va a depender de la edad de la mujer, la calidad de los óvulos y del esperma, la cantidad de embriones tratados y la causa de la infertilidad.
Por lo general, la fertilización in vitro es una técnica de bajo riesgo, aunque pueden surgir algunas complicaciones, como embarazos múltiples, ya que se implantan varios óvulos para aumentar las posibilidades de embarazo; embarazo ectópico, que ocurre cuando el óvulo se implanta en la trompa de falopio en lugar de hacerlo en el útero; aborto espontáneo, cuando el embrión no se logra desarrollar dentro del útero; y complicaciones asociadas a la punción.

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