Cómo evitar el estrés durante el embarazo

Si existe un enemigo de toda embarazada ése es el estrés. Por eso, es importante mantenerse tranquila tanto en la gestación como en el momento del parto, acompañado de un buen descanso y una dieta equilibrada durante todo el proceso.

Una mujer embaraza con estrés puede sufrir todo tipo de complicaciones, como por ejemplo enfermedades como la diabetes, o la depresión pre-natal y post-natal. Asimismo, existe un mayor riesgo de tener un parto prematuro, que el niño nazca con bajo peso u otras complicaciones que puedan afectar su desarrollo.

Según los especialistas, si el estrés no es controlado puede tener efectos sobre la salud tanto física como mental del bebé y la madre. En caso que tales efectos se prolonguen, debido a estar pasando por un momento traumático, problemas en el trabajo o a nivel familiar, seguramente será necesario buscar ayuda profesional.

El estrés puede generar ansiedad en la madre, perjudicando su apetito o descanso. En estos casos, es común sufrir de insomnio, dolores de espalda o intensas jaquecas, lo cual aumenta las posibilidades de enfermarse.

A las futuras mamás que están bajo los efectos del estrés, se les recomienda escuchar música para relajarse o tomar un baño relajante, cuidando que el agua no esté muy caliente. Los masajes o ejercicios de relajación, constituyen otra buena alternativa durante el embarazo.

Es importante que las mujeres durante su embarazo hagan cosas que les permitan sentirse bien, como ver una película, leer o simplemente dar paseos, lo cual resultará muy beneficiosa tanto para ellas como para el bebé.

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Dieta para mujeres con diabetes gestacional

En España, el 8,6% de las mujeres embarazadas padecen diabetes gestacional. Esta cifra da cuenta de un problema, el cual se presenta como una de las alteraciones más comunes durante la gestación.

En las últimas décadas se ha registrado un notable aumento de casos de diabetes gestacional que, según los especialistas, se debe principalmente al incremento de la obesidad en las mujeres.

La diabetes gestacional acarrea diferentes complicaciones. Entre ellas, el aumento de peso del feto y mayores posibilidades de cesáreas. Al mismo tiempo, tras el parto, los bebés serán más propensos a sufrir diabetes, mientras que sus madres tendrán mayores posibilidades de padecerla a largo plazo.

De todos modos, es bueno saber que la calidad de la asistencia a la embarazada con diabetes gestacional mejoró de manera considerable y se espera la creación de unidades específicias de diabetes y gestación en los principales centros de salud españoles.

Las mujeres con diabetes gestacional, pueden verse beneficiadas si adoptan una dieta con bajo índice glucémico. Por lo menos, así lo asegura el Servicio de Salud del Sudeste de Sydney, Australia, en un estudio que realizó recientemente. De acuerdo a lo revelado en dicha investigación, este tipo de alimentación puede ayudar a las mujeres con diabetes gestacional a disminuir de manera  significativa la necesidad de insulina.

La dieta con bajo índice glucémico consiste principalmente en consumir carbohidratos de digestión lenta, como por ejemplo el pan, la patata y el arroz. Además de proteínas magras, presentes en el pollo, la carne y el pescado; y productos naturales, evitando lo más que se pueda aquellos que sean muy procesados.

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Vacunas para prevenir la Hepatitis B

Es importante que las embarazadas sean conscientes de que deben cuidar a su bebé por nacer de ciertas enfermedades que pueden influir en su desarrollo, como es el caso de la Hepatitis B. Sobre todo, considerando que los bebés afectados por dicha enfermedad poseen un 90% de posibilidades de desarrollar una infección crónica de por vida.

Se trata de una enfermedad hepática que es causada por un virus, el cual reacciona distinto en cada persona puesto que es sabido que hay casos de individuos que tienen la capacidad de combatir la infección, eliminando el virus de forma exitosa. En tanto que en otras personas el virus persiste en su organismo, dando lugar a una enfermedad crónica que puede acarrear diversas complicaciones para toda la vida.

El contagio de la Hepatitis B puede darse como producto de mantener relaciones sexuales sin protección, o por el contacto con sangre contaminada con el virus, que suele ocurrir al compartir cepillos de dientes, agujas u hojas de afeitar. Pero también este virus se puede transmitir de la madre al bebé durante el parto, ya sea vía vaginal o cesárea.

Según los expertos, hay un gran número de mujeres que a la hora de dar a luz desconocen que están infectadas, pues a veces no suelen presentarse síntomas. De manera que se corre un gran riesgo de que los pequeños sean contagiados sin saberlo. Por lo que es obligatorio realizarle un análisis de sangre a todas las embarazadas para determinar si están infectadas.

Tras producirse el nacimiento, los bebés deben ser vacunados contra la Hepatitis B, y recibir una segunda aplicación entre el primero y el segundo mes de vida. La última dosis debe ser aplicada entre los 6 y 18 meses de nacido. En efecto, la vacuna ayuda considerablemente a disminuir en un 90% la cantidad de niños infectados con esta enfermedad.

Es bueno saber que el virus no puede transmitirse a través de la leche materna, por lo que la lactancia puede ser iniciada sin problema alguno.

Las enfermedades renales en el embarazo implican riesgos para el bebé y la madre

En un reciente estudio se llegó a la conclusión de que las embarazadas que sufran de problemas renales corren el riesgo de que el desarrollo del feto se vea afectado, porque este tipo de afecciones hacen que las pacientes pierdan proteínas, lo cual aumenta las posibilidades de tener un aborto o de que se produzca un parto prematuro. Otras de las complicaciones que pueden darse son anemia en la embarazada y serios retrasos en el crecimiento del pequeño.

La investigación fue desarrollada con pacientes embarazadas que habían sido diagnosticadas con glomerulopatía, una alteración en el funcionamiento de los riñones que le ocasiona a quien la padece una pérdida involuntaria de proteínas, la cual influye negativamente en el crecimiento del bebé en gestación. Por lo que es necesario lograr su detección a tiempo, debido a que cuanto antes sea tratada  la enfermedad, mayores serán las posibilidades de sobrevida del pequeño.

Los especialistas hallaron altos niveles de proteínas en la orina de las pacientes afectadas, lo cual debe ser tomado como un alerta ya que esto podría desencadenar un adelanto de la fecha de parto. De las 41 embarazadas en las que se observó daño renal, 19 presentaban síndrome nefrótico, que se traduce en una pérdida elevada de proteínas, mientras que al resto se las diagnosticó con síndrome no nefrótico, que implica una pérdida de proteínas sensiblemente inferior.

Es necesario saber que la pérdida de proteínas se puede relacionar con retardos en el desarrollo del bebé dentro del vientre materno, bajo peso, aborto o nacimiento prematuro. En tanto que la mujer puede padecer desnutrición y falla renal por el resto de su vida. Durante la investigación, las mujeres a las que se les suministró esteroides tuvieron a sus bebés en la semana 38 de gestación. Por su parte, aquellas que no recibieron el mismo tratamiento, se les adelantó el parto a la semana 33 de embarazo.

Por todo esto, es muy importante concurrir a todos los controles prenatales para que se pueda medir los valores de creatinina y proteinuria presentes en la orina, ya que de ello dependerá el pronóstico de vida de los niños.

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Parto domiciliario planificado

Actualmente, cada 600 partos uno es realizado en el hogar de forma planificada, aunque este número aumenta notablemente en el caso de los partos domiciliarios que se producen de manera imprevista. Ante tales cifras, que fueron reveladas por el grupo de Educer, los ginecólogos recomiendan conocer el índice y el tipo de complicaciones que pueden llegar a presentarse.
Según Educer,  el 0.17 por ciento de los partos que se producen en España son realizados en el hogar a pedido de los padres. Por su lado, el Instituto Nacional de Estadística indicó que, de los 478.037 partos que se produjeron en 2010, 1298 han sido domiciliarios.
Generalmente, gran parte de los partos que se producen en el hogar se debe a razones de urgencia, dificultades de acceso u otras circunstancias que impiden el traslado de la madre al centro hospitalario.
Para poder ajustar los datos a cifras reales, han sido descartados aquellos partos que se produjeron en lugares que carecen de profesionales dedicados a esta clase de parto, siendo que 20 ciudades se hallan en tales circunstancias.
Los profesionales médicos no dudan en afirmar que hay evidencias a nivel internacional acerca de que el parto en casa asistido por especialistas no reviste mayores riesgos, por lo que es considerado más seguro tanto para la salud de la madre como la del bebé.
De todas maneras, a pesar de tales datos, existen numerosas investigaciones que sostienen que no se encuentran en condiciones de afirmar la seguridad de estos partos. Por ejemplo, el American Journal of Obstetrics and Ginecology publicó que dos de cada mil pequeños muere en los partos domiciliarios. Aunque quienes están a favor de este tipo de partos remarcan que dichas cifras mezclan los partos que son asistidos con los que no lo son.

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Fecundación in vitro

Muchas parejas, al momento de elegir buscar un bebé, se ven por diferentes cuestiones en la necesidad de apelar a la fecundación o fertilización in vitro para lograrlo. 
La fecundación in vitro es una técnica de fertilización asistida, que hace que el óvulo y el espermatozoide se unan fuera del cuerpo de la mujer, extrayendo el óvulo y fertilizándolo en el laboratorio, el cual una vez fertilizado se coloca en el útero por medio de un catéter para proseguir con la gestación.
En caso que existan embriones sobrantes, se procede a congelarlos para otro ciclo por si no se llegara a conseguir la gestación en primera instancia.
Esta técnica, puede ser usada por mujeres que presenten obstrucción tubárica bilateral o de las trompas de Falopio, endometriosis severa y problemas inmunológicos. También, es usada por parejas que posean problemas de esterilidad sin causa aparente o incluso por hombres con insuficiente número o calidad de  espermatozoides.
Vale aclarar que a través de la fertilización in vitro hay, por cada intento, un 25% de probabilidad de embarazo, un porcentaje bastante similar al de cualquier mujer sin problemas reproductivos.
El éxito del procedimiento va a depender de la edad de la mujer, la calidad de los óvulos y del esperma, la cantidad de embriones tratados y la causa de la infertilidad.
Por lo general, la fertilización in vitro es una técnica de bajo riesgo, aunque pueden surgir algunas complicaciones, como embarazos múltiples, ya que se implantan varios óvulos para aumentar las posibilidades de embarazo; embarazo ectópico, que ocurre cuando el óvulo se implanta en la trompa de falopio en lugar de hacerlo en el útero; aborto espontáneo, cuando el embrión no se logra desarrollar dentro del útero; y complicaciones asociadas a la punción.

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Complicaciones posibles en el puerperio

Durante el postparto o puerperio, pueden surgir algunas complicaciones, por lo que es importante que las mujeres estén atentas para, ante cualquier problema, acudir al médico.
Normalmente, la madre tiene un sangrando similar a la regla tras el parto, aunque en este caso éste durará varios días más que la menstruación. El color de la sangre tiene que ser rojo, pudiendo presentar coágulos, el olor debe ser similar al de la sangre menstrual, y hay que controlar que no haya dolor en el vientre y que no se trate de un sangrado continuo. Si presentas cualquier otro síntoma, deberás realizar una consulta médica. Es necesario permanecer alerta sobre el sangrado, de modo que si te baja sangre constantemente y sin ninguna pausa entonces es una hemorragia, debiendo acudir de manera inmediata al hospital.
Después del parto, puede desarrollarse una infección urinaria, con síntomas como la constante necesidad de orinar, quemazón en la zona, ardor al orinar, además del color oscuro de la orina.
Incluso, por la “bajada de la leche”, puedes presentar fiebre, que si supera los 39 ºC, En caso que la temperatura dure más de un día, es necesario concurrir al médico con el objeto de  descartar que sea una mastitis o una infección en la zona de la episiotomía o en la cicatriz de la cesárea.
Al mismo tiempo, durante el postparto puede sentirse dolor en la parte baja del vientre durante los primeros 5 días, pues el útero se encuentra en proceso de retornar a su tamaño normal. En caso que los dolores persistan, es necesario acudir al médico para ver que la placenta haya sido expulsada en su totalidad, lo cual  es más frecuente en los casos de parto prematuro o un parto complicado.
Puede suceder que la madre tenga un coágulo de sangre, que puede ocasionar  una infección en las venas, causando falta de aire, dolor en el pecho, pantorrillas y/o muslos.
En caso de tener mastitis, obstrucción del conducto lactífero, hará que la mujer sienta dolor en los pechos, los mismos estará duros y hasta hinchados. Para el alivio de dichos síntomas, además de concurrir al médico, se recomienda ponerse compresas calientes o darse un buen baño caliente masajeando el pecho.

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La gripe en bebés y niños

Una de las enfermedades más frecuentes en los niños es la gripe, una infección respiratoria muy contagiosa, con un período de incubación de 1 a 3 días, cuyos síntomas son fiebre alta, cefaleas, vómitos y tos seca. Aunque también, en algunos casos, pueden presentar rinitis, conjuntivitis y faringitis.
Este estado gripal, que suele durar de 2 a 4 días, aparece en casos aislados o en forma de brotes, pudiendo llegar a producirse epidemias, sobre todo durante la época invernal.
En el caso de los más pequeños es común que se presenten complicaciones como la Otitis media aguda y Bronquitis.
Esta enfermedad viral, es producida por el virus Influenza, pero a menudo surgen tipos de virus nuevos, de modo que se torna difícil prevenirla.
Los ancianos, niños y las personas con asma, cardiopatías, desnutrición, diabetes y trastornos de la inmunidad, entre otros, son los más afectados, en algunos casos gravemente. Por lo que quienes conformen dicho grupo de riesgo tienen que visitar al médico antes que comience el invierno para que les apliquen la vacuna antigripal.
Vale aclarar que no es necesario tomar antibióticos en caso de tener fiebre, con un antitérmico bastará. Sólo si la fiebre persiste por más de 3 días, el médico recetará antibióticos.
Para el tratamiento de la gripe, se aconseja reposo, beber mucho líquido y la realización de nebulizaciones para desobstruir las vías respiratorias altas.

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Posibles complicaciones durante el postparto

El postparto o puerperio es una etapa que no en todos los casos genera complicaciones en la mujer, pero es importante permanecer atenta por si se presenta algún inconveniente para consultar inmediatamente con el médico.
Normalmente la madre, luego del parto, posee un sangrado muy parecido a la regla, con la diferencia de que éste durará más días que la menstruación. El color de la sangre tiene que ser rojo, y se pueden presentar coágulos que no indicarán nada malo salvo  que superen el tamaño de un limón.
Es importante estar atentas a este sangrado, ya que esto servirá para estar seguras de que nos encontramos bien. Por ejemplo, si notas que tienes un sangrado permanente casi sin pausa podría tratarse de una hemorragia, de modo que es recomendable que te coloques una compresa helada en la zona baja de tu vientre, para ayudar a que se contraiga el útero, y acudir rápidamente al hospital.
Luego del parto, cabe la posibilidad de desarrollar una infección urinaria, de ser así sentirás algunos síntomas, como la necesidad de orinar frecuentemente, quemazón en la zona vaginal, ardor al orinar, y el color de la orina tenderá a ser oscuro.
También, durante el puerperio puedes levantar temperatura a causa de la bajada de la leche, lo cual es algo bastante común. Pero si superas los 39 ºC de temperatura o la fiebre persiste más de un día, deberás acudir al médico para poder descartar la posibilidad de que se trate de mastitis o una infección en la herida de la episiotomía o de la cesárea, según el caso.
Por otra parte, es común sentir dolor en la parte baja del vientre durante los primeros 5 días ya que el útero se encuentra en pleno proceso de retornar a su tamaño original. En caso de que el dolor continúe, es necesario consultar con el médico con el fin de revisar si la placenta fue expulsada por completo, lo cual puede suceder sobre todo si se tuvo un parto prematuro o complicado.
Asimismo, ante la presencia de un coágulo en la sangre, se puede sufrir una infección en las venas, lo cual producirá falta de aire, dolor en el pecho, pantorrillas y/o muslos. Ante cualquiera de estos síntomas no dudes en acudir al hospital de manera inmediata. 
Al mismo tiempo, algunas madres suelen sentirse mal o padecer cambios de humor luego del parto producto de que las hormonas han bajado rápidamente. Dicha condición por lo general desaparece después de transcurridos unos 15 días; pero en caso que llegara a persistir, se podría estar presente ante una depresión postparto, y para superarla precisarás ayuda profesional.
En fin, no hay que alarmarse. Sólo se trata de conocer todo lo que es normal y lo que no en la etapa del posparto, para poder saber cuándo es necesario recurrir al médico y no tomarse las cosas a la ligera.

Ser madre a los 40

Actualmente, las mujeres acostumbran priorizar su vida personal y profesional postergando de ese modo sus planes de  ser madre, por lo que es cada vez más frecuente ser madre después de los 40. Y aunque ello parece ser una carrera contrarreloj, muchas lo consiguen con éxito. 
Hasta no hace mucho, el ideal de casi cualquier mujer era casarse y tener hijos. Pero los tiempos han cambiado al igual que el rol de la mujer, quien ocupa un lugar más preponderante, valorando su realización profesional por sobre todas las cosas, viéndose postergados así sus deseos de convertirse en madre.
Según la ciencia médica, ser madre a los 40 es un tanto riesgoso debido a los diversos cambios que sufre el organismo en las mujeres de esa edad.  La calidad de los óvulos va en detrimento, pueden aparecer problemas de hipertensión y diabetes gestacional durante el embarazo y el riesgo de aborto es más alto. Sin contar, además, con el aumento de posibilidades de que el bebé padezca enfermedades genéticas y síndromes asociados, como por ejemplo Síndrome de Down.
Más allá de estos riesgos físicos, las mujeres que buscan un embarazo luego de los 40 se enfrentan a  otras cuestiones, como menos energía, menos pacienciafalta de tiempo por sus ocupaciones laborales.
Aún así, las mujeres prefieren esperar para tener un bebé. Lo cual no representa una decisión desatinada, si se tiene en cuenta que la medicina ha avanzado a pasos agigantados en relación al desarrollo de técnicas que asisten tanto a la madre como al niño  y evitan en gran parte las complicaciones que hemos mencionado.