Esterilidad e infertilidad: tipos y causas

La esterilidad consiste en la imposibilidad de lograr un embarazo, luego de un año o más de realizar intentos.
Se dice que es esterilidad primaria cuando la pareja no ha podido conseguir jamás tener un hijo, mientras que la esterilidad secundaria es cuando tras haber tenido un hijo no se consigue un nuevo embarazo.
La esterilidad puede ser causada por disfunciones orgánicas o por diversos factores, como la alimentación, el estrés, determinados hábitos o por factores emocionales.
Por otro lado, se habla de infertilidad cuando una mujer ha quedado embarazada en una o más ocasiones, pero nunca llegó a término con el embarazo.
Al igual que la esterilidad, la infertilidad también puede ser primaria o secundaria. Se dice que es primaria cuando la mujer consigue quedarse embarazada pero el bebé muere de forma inmediata luego del parto o cuando el embarazo no llega a término.. En tanto que es secundaria cuando, tras haber tenido uno o más hijos, la mujer no consigue llevar un embarazo viable.
La infertilidad, puede ser originada por causas genéticas, anatómicas, endocrinas, inmunológicas, infecciosas o tóxicas.
En cualquiera de ambos casos, se trata de problemas que sufren un gran número de parejas.
Teniendo en cuenta esto, si llevas un año o más intentando conseguir un embarazo, es importante consultar con un médico especialista, para detectar cuáles son las causas que originan este problema a través de la realización de estudios de fertilidad. Claro que la consulta debes hacerla en pareja, porque es probable que la mujer, el hombre e incluso ambos presenten dificultades.
Cualquiera sea el origen del problema, resulta indispensable tratar el tema con la más absoluta serenidad, pues los factores emocionales pueden interferir a la hora de buscar un embarazo.

Imagen:

vitadelia.com

Causas y síntomas del embarazo psicológico

Aunque suene difícil de creer, un embarazo psicológico conlleva los mismos síntomas de un embarazo real. En estos casos, el ciclo menstrual se detiene, comienzan los mareos, antojos, náuseas, e incluso en una etapa más avanzada pueden crecer el vientre y los pechos, y hasta se pueden suscitar aparentes movimientos del bebé y contracciones uterinas.
Entre las mujeres más propensas a desarrollar un embarazo psicológico se encuentran aquellas con problemas de esterilidad y las que se encuentran en la etapa de la menopausia. Al mismo tiempo, el temor puede llegar a paralizar las mentes de  las jóvenes que recién inician su actividad sexual y viven permanentemente con miedo de embarazarse.
Otro de los factores que influye en estos casos es la presión social, según la cual se dice que el ser madre es sinónimo de MUJER y que, por lo tanto, estamos incompletas si no conseguimos realizarnos en esta área. De modo que pensamientos colectivos o personales, como la necesidad de amar y de afianzar las relaciones de pareja, suelen ser disparadores que ocasionan su aparición.
Un signo alarmante se suscita cuando la mujer cambia de forma constante de médico en búsqueda del diagnóstico anhelado. Por ello, los profesionales en la salud deben comprender el dolor de la paciente y brindarle la ayuda necesaria puesto que con una actitud contraria se podrían profundizar en la mujer los sentimientos depresivos.
Si las pruebas caseras arrojaran un resultado negativo, para estar completamente segura de que el embarazo es real lo mejor es confirmar el diagnóstico mediante un análisis de sangre y, si todavía existen dudas, un ultrasonido es la opción más conveniente para demostrarle a la paciente que no esta gestando.

Imagen:

http://embarazo10.com/wp-content/uploads/buscndoembarazo4.jpg

Fecundación in vitro

Muchas parejas, al momento de elegir buscar un bebé, se ven por diferentes cuestiones en la necesidad de apelar a la fecundación o fertilización in vitro para lograrlo. 
La fecundación in vitro es una técnica de fertilización asistida, que hace que el óvulo y el espermatozoide se unan fuera del cuerpo de la mujer, extrayendo el óvulo y fertilizándolo en el laboratorio, el cual una vez fertilizado se coloca en el útero por medio de un catéter para proseguir con la gestación.
En caso que existan embriones sobrantes, se procede a congelarlos para otro ciclo por si no se llegara a conseguir la gestación en primera instancia.
Esta técnica, puede ser usada por mujeres que presenten obstrucción tubárica bilateral o de las trompas de Falopio, endometriosis severa y problemas inmunológicos. También, es usada por parejas que posean problemas de esterilidad sin causa aparente o incluso por hombres con insuficiente número o calidad de  espermatozoides.
Vale aclarar que a través de la fertilización in vitro hay, por cada intento, un 25% de probabilidad de embarazo, un porcentaje bastante similar al de cualquier mujer sin problemas reproductivos.
El éxito del procedimiento va a depender de la edad de la mujer, la calidad de los óvulos y del esperma, la cantidad de embriones tratados y la causa de la infertilidad.
Por lo general, la fertilización in vitro es una técnica de bajo riesgo, aunque pueden surgir algunas complicaciones, como embarazos múltiples, ya que se implantan varios óvulos para aumentar las posibilidades de embarazo; embarazo ectópico, que ocurre cuando el óvulo se implanta en la trompa de falopio en lugar de hacerlo en el útero; aborto espontáneo, cuando el embrión no se logra desarrollar dentro del útero; y complicaciones asociadas a la punción.

Imagen:

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/thumb/7/79/Icsi.JPG/300px-Icsi.JPG