La insulina provocaría baja producción de leche materna

Un estudio realizado en forma conjunta por expertos de la Universidad de California y del Hospital Médico Infantil de Cincinnati relaciona la resistencia a la insulina con la baja producción de leche materna. Hasta el momento, la insulina no era considerada como un factor que influyera en la producción y regulación de la leche materna pues las células de las glándulas mamarias no la necesitan para funcionar. Sin embargo, a partir de esta investigación se ha establecido que la insulina produce un aumento de la susceptibilidad de la glándula mamaria durante la lactancia, lo cual puede hacer que la madre no tenga la posibilidad de amamantar de manera correcta al bebé debido a la falta de leche.

Este estudio se basó en los resultados de un trabajo anterior en el cual se verificó que las mujeres que fueron madres a una edad avanzada, así como aquellas que padecían sobrepeso o tenían bebés con exceso de peso, necesitaban más tiempo para producir leche, situación que evidencia la probabilidad de que la insulina tenga un efecto negativo en la producción de leche.

En la nueva investigación que se ha publicado se determinó que la glándula mamaria es más susceptible a la insulina de lo que hasta ahora se pensaba. En efecto, los especialistas plantean que el 20% de las mujeres de entre 20 y 44 años son prediabéticas, es decir, cuando se cumplen algunos de los criterios asociados al diagnóstico de la diabetes. Según el estudio, alrededor del 20% de las madres estadounidenses corren riesgo de no poder ofrecerles a sus bebés la cantidad de leche materna que ellos precisan por acción de la insulina. Claro que tales datos pueden ser aplicados a madres de todo el mundo.

En el trabajo de investigación, los expertos lograron descubrir que diversos genes se activaban o desactivaban para ayudar a que las glándulas mamarias segreguen calostro en pequeñas cantidades en los días posteriores al parto, para luego producir de manera abundante leche materna y, de ese modo, lograr satisfacer las necesidades de los bebés. En el caso particular del gen PTPRF, descubrieron que puede actuar como una especie de biomarcador que asocia la resistencia a la insulina y una producción de leche insuficiente.

Ahora resta que los investigadores continuen trabajando para encontrar un fármaco que pueda mejorar la acción de la insulina y, al mismo tiempo, fomentar la producción de leche materna.

Las prótesis mamarias no afectan la lactancia

Una de las cirugías estéticas que más se realizan las mujeres por disconformidad con sus senos es la del aumento mamario. Pero muchas suelen preguntarse si las prótesis  interferirán después con la lactancia.
La imposibilidad de poseer una lactancia normal constituye uno de los principales temores que tienen las mujeres que optan por aumentarse el tamaño de sus senos. En concreto, muchas desconocen si hay algún riesgo de que las prótesis afecten la calidad o cantidad de leche, e incluso ignoran qué ocurriría en caso de que las siliconas se llegaran a romper.
El aumento mamario, ya sea que se realice introduciendo la prótesis tras la glándula mamaria o detrás del músculo pectoral, no incide sobre el funcionamiento de la glándula mamaria. Por consiguiente, sin importar si ya fueron o no mamás, la lactancia puede desarrollarse sin problema alguno.
Por otro lado, la cantidad de leche producida durante el periodo de lactancia no está para nada relacionado con el tamaño de la glándula mamaria sino más bien con el tejido funcional de la mujer. Asimismo, la producción de leche depende mucho de la dieta que lleva la madre y de la estimulación del bebé en los pezones.
Vale destacar que tanto las mujeres con prótesis como las que no las tienen se exponen a los mismos problemas, como es el caso de la mastitis, que se produce por la oclusión de los conductos mamarios y, por ende, la leche no drena bien.
Acerca del temor que manifiestan las mujeres sobre la posible ruptura de una prótesis, los especialistas aseguran que esto no ocurrirá si se ha utilizado la técnica correcta y se colocaron implantes de solución salina. En caso que suceda, es importante saber que dicho compuesto será absorbido por el organismo, por lo que no se introducirá en la leche, sino que solamente se producirá una disminución del tamaño de la mama. En caso de implantar prótesis de mala calidad, como las de silicón, existen posibilidades de que se rompan pero de ocurrir el compuesto afectará los tejidos de la mujer, pero difícilmente se mezclará con la leche.
Lo ideal sería realizarse la cirugía de aumento mamario alrededor de dos años después de tener un bebé, que es cuando ya está finalizado el proceso de lactancia. Caso contrario, la mujer debe saber que, tras someterse a una operación de este tipo, tendrá que esperar entre 6 meses y 1 año para buscar embarazarse.

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