Crean yogur para combatir infecciones por rotavirus

La infección infantil por rotavirus podría prevenirse con un yogur, el cual fue desarrollado por investigadores del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) junto con expertos del Instituto Karolinska de Estocolmo (Suecia). Lo singular de este producto, económico y eficaz para el tratamiento de las infecciones gastrointestinales, es que contiene anticuerpos de la llama. Vale destacar que el yogur no previene la infección por rotavirus, sino que está indicado para aquellos niños que la han contraído.

Para el desarrollo de este producto, los investigadores insertaron un gen encargado de codificar el anticuerpo para combatir al rotavirus en el cromosoma de los lactobacilos. Dichas bacterias lácticas prebióticas, al ser ingeridas con el yogur, se desempeñan como agentes inmunizadores, pudiendo colonizar las mucosas del tracto gastrointestinal para evitar la infección. Esto constituye un importante avance en pos de reducir el número de casos de infecciones provocadas por el rotavirus.

Según datos estadísticos, la infección es contraída por cerca del 95% de los niños y causa unas 500.000 muertes por año. Gracias a este yogur, los virus son eliminados en las heces luego de ser arrastrados por las bacterias.

La elección de los anticuerpos de la llama se basó en que los mismos son muy resistentes a la acidez y a las enzimas gástricas, lo cual hace que los virus no puedan evitarlos y acaben siendo expulsados del organismo.

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Vacunas para prevenir la Hepatitis B

Es importante que las embarazadas sean conscientes de que deben cuidar a su bebé por nacer de ciertas enfermedades que pueden influir en su desarrollo, como es el caso de la Hepatitis B. Sobre todo, considerando que los bebés afectados por dicha enfermedad poseen un 90% de posibilidades de desarrollar una infección crónica de por vida.

Se trata de una enfermedad hepática que es causada por un virus, el cual reacciona distinto en cada persona puesto que es sabido que hay casos de individuos que tienen la capacidad de combatir la infección, eliminando el virus de forma exitosa. En tanto que en otras personas el virus persiste en su organismo, dando lugar a una enfermedad crónica que puede acarrear diversas complicaciones para toda la vida.

El contagio de la Hepatitis B puede darse como producto de mantener relaciones sexuales sin protección, o por el contacto con sangre contaminada con el virus, que suele ocurrir al compartir cepillos de dientes, agujas u hojas de afeitar. Pero también este virus se puede transmitir de la madre al bebé durante el parto, ya sea vía vaginal o cesárea.

Según los expertos, hay un gran número de mujeres que a la hora de dar a luz desconocen que están infectadas, pues a veces no suelen presentarse síntomas. De manera que se corre un gran riesgo de que los pequeños sean contagiados sin saberlo. Por lo que es obligatorio realizarle un análisis de sangre a todas las embarazadas para determinar si están infectadas.

Tras producirse el nacimiento, los bebés deben ser vacunados contra la Hepatitis B, y recibir una segunda aplicación entre el primero y el segundo mes de vida. La última dosis debe ser aplicada entre los 6 y 18 meses de nacido. En efecto, la vacuna ayuda considerablemente a disminuir en un 90% la cantidad de niños infectados con esta enfermedad.

Es bueno saber que el virus no puede transmitirse a través de la leche materna, por lo que la lactancia puede ser iniciada sin problema alguno.