Últimamente es común oír hablar sobre las nuevas tendencias en torno a la crianza de los hijos, según las cuales es mejor que los bebés aprendan a calmarse solos cuando se despiertan por las noches, haciendo caso omiso los padres al llanto de sus hijos. Inclusive, estos métodos modernos sugieren dejar que los pequeños experimenten el mundo por sí solos, evitando sobreprotegerlos porque, de lo contrario, los niños se tornarían más vulnerables e inseguros.
Pero lo cierto es que a gran parte de los padres dichas sugerencias les resultan prácticamente inviables, porque consideran que el bebé sólo está demandando afecto y atención por la angustia que les genera cualquier sensación o experiencia nueva que se les presenta en su corta vida. Y muchos expertos coinciden con el modo de crianza de este tipo de padres, pues señalan que no hay que hacerle caso a estos métodos modernos. En efecto, se ha comprobado que el método canguro, mediante el cual se fomenta llevar al pequeño en contacto con el pecho durante horas, es muy efectivo porque ayuda a los bebés prematuros a ganar peso y gozar de buena salud. De ello se desprende, entonces, que criar a un niño brindándole afecto y atenciones sólo puede arrojar óptimos resultados.
Una de las maneras de brindarle el mayor afecto posible, es cargar al pequeño lo más que se pueda, ya sea en brazos, fulares o portabebés, pues esto es beneficioso para el desarrollo del pequeño, dado a que se afianza aún más el vínculo entre el bebé y sus padres.
Cada vez que se carga al bebé en brazos, se lo ayuda a alimentarse o a dormir, así como cuando se le habla o canta, el pequeño se siente contenido y feliz, algo fundamental para ayudarlo a liberar tensiones y eliminar el estrés. De hecho, se ha comprobado que este modelo de crianza le ayuda al niño a ganar peso, disminuir el llanto y dormir mejor, debido a que el vínculo de ternura que produce el contacto con sus padres no hace más que brindarle bienestar.
Al mismo tiempo, los expertos afirman que al cargar al bebé en brazos se previene el entumesimiento de los miembros que suelen sufrir muchos niños por permanecer demasiado tiempo en la sillita o la cuna, a la vez que se elimina la posibilidad de que el pequeño presente una plagiocefalia, una malformación que se produce en la parte posterior del cráneo como consecuencia de estar mucho tiempo acostado boca arriba. Asimismo, estos bebés adquiere mayor flexibilidad y agilidad, se comunican mejor y se vuelven más extrovertidos.