Los bebés, especialmente los recién nacidos, emiten ciertos sonidos que en ocasiones suelen asustar a algunos padres, sobre todo cuando se trata de primerizos. El hipo, que parece molestar e incomodar al pequeño, es uno de ellos. No obstante, lo que parece ser un fastidio en verdad no lo es ya que el bebé no siente ningún tipo de dolor ni molestia cuando tiene hipo.
Tener hipo es muy común. De acuerdo a lo revelado por algunos estudios, el 80% de los bebés recién nacidos llegan a experimentarlo. El hipo resulta inofensivo y no precisa tratamiento. Desaparece repentinamente, de la misma forma en que aparece. Su frecuencia comienza a disminuir desde los seis meses de edad del bebé.
Por lo general, el hipo es provocado por la inmadurez del sistema nervioso que, por la falta de control, genera contracciones repentinas del diafragma. Los músculos de la respiración se fortalecen e intentan funcionar de manera armónica. Por lo cual, cualquier cosa que produzca irritación al diafragma hará que el músculo sufra espasmos repetitivos. Dichos espasmos, son lo que conocemos como hipo. El diafragma puede verse alterado por una ingestión excesiva de alimentos, por un sorbo rápido o por tragar aire.
En la mayoría de los casos, el hipo dura muy poco en los bebés. De manera que no se precisan de grandes esfuerzos o técnicas para su eliminación. Sólo hay que esperar que se vaya de la misma forma que vino.
Vale aclarar que no existen fórmulas mágicas para quitar el hipo a un recién nacido. Sin embargo, hay algunas claves que pueden usarse para evitar el hipo a los pequeños.
Un bebé corre un mayor riesgo de tener hipo si traga aire cuando es amamantado. Teniendo en cuenta esto, la mamá tiene que parar de dar el pecho al bebé y aguardar unos minutos, para luego proseguir cuidando evitar la entrada de aire. Lo mismo debe hacerse en caso que la mamá note que el bebé mama de manera rápida. Luego de dar el pecho, hay que dejar al bebé en posición vertical para facilitar la eliminación de aire.
En caso que el hipo no desaparezca y provoque molestias en el bebé, causándole llanto, sería conveniente que los padres consulten con el profesional de confianza.
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