Es sabido que el tabaco influye en la salud en general, lo cual se agrava en el caso de la fertilidad, pues influye negativamente en esta, y la maternidad, afectando la salud de la madre y el bebé.
Según un estudio realizado hace un tiempo por la Universidad de Osaka, en Japón, el tabaco se relaciona con una mayor tasa de abortos espontáneos.
Así, es posible afirmar que las grandes fumadoras poseen el doble de posibilidades de sufrir un aborto espontáneo durante el primer trimestre de gestación, en comparación con aquellas que no fuman.
Además, la adicción al tabaco aumenta el riesgo de que el bebé nazca muerto, así como de tener un parto prematuro o un bebé con bajo peso al nacer.
Las mujeres que participaron del estudio y que habían fumado al menos unos 20 cigarrillos por día durante la gestación, fueron dos veces más propensas a perder el embarazo que las no fumadoras.
De acuerdo a lo revelado en estudios previos, se calcula que hasta el 8 por ciento de los embarazos se pierde entre la sexta y la octava semana siguiente al último período menstrual. A las 10 semanas, esa tasa disminuye al 2 por ciento.
La mayor parte de esos abortos espontáneos ocurren durante el primer trimestre y, según los expertos, la mayoría de ellos se produce por anormalidades genéticas que no pueden ser prevenidas.
Aparte del tabaco, existen algunos hábitos que pueden incrementar relativamente ese riesgo, como es el caso del exceso en el consumo de alcohol y el uso de drogas.
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