La lactancia materna ayuda a que el cerebro de los bebés se desarrolle mejor

Es sabido que no existe mejor alimento para el bebé que la leche materna. Además de los beneficios a nivel nutricional y emocional de la lactancia, se ha comprobado que también favorece el desarrollo del cerebro de los bebés.

La leche materna contiene anticuerpos que protegen al bebé contra diversas infecciones, bacterias y virus. El que la mamá haya contraído un virus leve no es motivo para dejar de amamantar por temor a contagiar al pequeño sino que, por el contrario,  es necesario que siga dándole el pecho porque, de ese modo, le transmite las defensas creadas por su cuerpo para combatir dicho virus.

Aparte de ser natural, la leche materna le proporciona al bebé las vitaminas, proteínas y grasas necesarias. Es bueno saber que la composición de la misma va cambiando conforme va creciendo el bebé, ajustándose a las necesidades nutricionales en sus distintas etapas de desarrollo.

Al margen de contribuir a que los bebés sean más saludables, prevenir la obesidad e incrementar su coeficiente intelectual, un estudio desarrollado por expertos de la Universidad Brown ha demostrado que la leche materna colabora con el desarrollo cerebral de los pequeños.

Para arribar a esta conclusión, los realizadores de la investigación estudiaron el desarrollo del cerebro de unos 133 bebés y niños, con edades comprendidas entre los 10 meses y los 4 años, mediante resonancias magnéticas (IRM). De este modo, pudieron observar que aquellos niños que ya habían cumplido los dos años y que habían sido alimentados exclusivamente con leche materna, como mínimo hasta los tres meses de vida, evidenciaban un mayor desarrollo en las zonas del cerebro vinculadas con las emociones, el lenguaje y la capacidad de pensamiento, en contraste con aquellos que fueron alimentados con leche materna y leche de fórmula a la vez o sólo con esta última. En concreto, se hallaron diferencias de entre un 20 y un 30 por ciento en el crecimiento de la materia blanca del cerebro.

Asimismo, una vez que los niños fueron mayores, los expertos comprobaron que quienes habían sido amamantados evidenciaban un mejor desempeño en el lenguaje, así como un control motor y una percepción visual mayores.

Y como si esto fuera poco, también se descubrió que los bebés que fueron amamantados hasta después de cumplir su primer año de vida mostraban un mayor desarrollo cerebral en aquellas áreas que controlan las habilidades motoras, en comparación con aquellos que fueron alimentados con leche materna por menos de un año.

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Se comprobó que la progesterona ayuda a reducir el riesgo de parto prematuro

Un estudio realizado recientemente logró confirmar que el tratamiento con un gel especial, que tiene entre sus componentes a la hormona progesterona, que es aplicado en las embarazadas se puede reducir hasta en un 40% el riesgo de nacimientos prematuros en las mujeres que posean un cuello uterino corto.
Dicha práctica recibe el nombre de meta-análisis y, hasta el momento, ya se han desarrollado cinco ensayos clínicos con gran efectividad, de modo que se ha confirmado que el tratamiento, consistente en la aplicación de un gel en la vagina de la embarazada, es eficaz para la prevención de los nacimientos prematuros en las mujeres que presentan cérvix corto, el cual constituye uno de los principales  factores al momento de dar a luz a bebés  prematuros.
Al mismo tiempo, se ha dado a conocer que el tratamiento en gel, a su vez, puede disminuir la tasa de nacimientos de niños con problemas respiratorios,  menguando la necesidad de asistencia mecánica en los recién nacidos.
Los especialistas coinciden en que los controles rutinarios por ultrasonidos que puedan identificar casos de cérvix corto conjuntamente con el tratamiento de gel vaginal podrían ayudar a evitar hasta 45 mil nacimientos prematuros. Cabe aclarar que las mujeres con cuello uterino corto aparentemente no cuentan con suficiente progesterona, de manera que administrarla durante el embarazo sirve de ayuda para la prolongación de la gestación.
Hay que tener en cuenta  que éste es un tratamiento natural, pues la progesterona es una hormona que es producida por los ovarios y la placenta que viene utilizándose desde hace 15 años  a la fecha, con el fin de ayudar a las mujeres a traer al mundo bebés saludables.
Este hallazgo tiene el potencial de generar un cambio rotundo en la obstetricia, tanto en Estados Unidos como en Europa y el resto del mundo, puesto que la prematuridad es la mayor causa de muerte y daño en los recién nacidos y, hasta el momento y a pesar de los grandes esfuerzos, no se logró impactar en la tasa de partos prematuros existente, que en los últimos años ha aumentado considerablemente.

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