Es normal que las madres extrañen su panza de embarazadas

Es muy común que las mujeres, a pesar de la felicidad que sienten tras el nacimiento de su bebé, suelan extrañar la panza.
La maternidad impacta a nivel emocional en todas las mujeres, lo que implica asumir un nuevo rol, marcando una etapa de hallazgos y aprendizaje.  Pero el cuerpo también sufre los cambios, a los cuales hay que ir adaptándose  porque ya no luce como en los últimos 9 meses.
La panza que tanto acariciamos y hablamos ya no está. El bebé ya es una realidad, ahora la madre lo puede ver, acunar y besar, y debe comenzar a conocerlo y comprenderlo para poder interpretar cuáles son sus necesidades.
El contexto en el que se producen estos cambios no es simple. Para poder comprenderlo es necesario tener en cuenta que todo esto tiene lugar en medio de una revolución hormonal, dolores corporales, pocas horas de sueño, escaso descanso y una preocupación constante, que lleva a cada madre a plantearse a cada momento si lo que todo lo que hace es lo mejor para su hijo.
Contemplando la situación de manera integral, es posible afirmar que resulta completamente normal que algunas veces las madres añoren la tranquilidad de cuando se conectaban con sus bebés durante el embarazo. De manera que si estás pasando por esto, no tienes de qué preocuparte porque es normal. La añoranza por la panza irá desapareciendo gradualmente y de a poco sentirás la satisfacción de ser mamá.

Efectos de los cambios hormonales durante la gestación

Durante el embarazo, las mujeres experimentamos muchos cambios físicos, al margen del crecimiento de la panza según pasan las semanas. El embarazo afecta a la piel, además del cabello y las uñas. En esos casos, lo más conveniente es consultar con un especialista para que pueda explicarle a la futura mamá a qué se deben tales cambios.
Uno de los problemas más frecuentes es la presencia excesiva de vellos, que recibe el nombre de hirsutismo. Todo se debe a los cambios hormonales, por los cuales puede  que te salgan vellos en el rostro y el pecho, tal como si fueras hombre. Lo bueno es que esto se soluciona alrededor de seis meses después de dar a luz. En el caso de que el problema te resulte muy molesto, puedes consultar a un médico para ver cuál es la mejor manera de disimular la vellosidad, puesto que hay métodos que son necesarios evitar durante la gestación.
También, puede ocurrir que luego del parto la mujer empieza a sufrir la pérdida del cabello. Pero no hay que alarmarse, ya que ello debería resolverse cuando el bebé tenga entre 6 y 12 semanas de vida. Esto es producto de un fenómeno denominado telogen effluvium, que hace que a la mujer se le caiga parte de los cabellos que están en la fase de descanso, en el ciclo de crecimiento del vello mientras estaba embarazada. De modo que después de la gestación, esos pelos se pondrán más finos y se empezarán a caer.
Las uñas quebradizas es otro de los signos del embarazo. Aunque una vez que las hormonas se normalizan, las uñas recuperan su condición normal.
Por lo que a no desesperarse, si bien el embarazo implica muchos cambios en las mujeres, éstos sólo son momentáneos. Con la llegada del bebé, desaparecerán gradualmente.

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