Los ruidos fuertes afectan el aprendizaje de los niños

Un estudio realizado por un equipo de expertos de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, ha concluido que tanto los ruidos fuertes como la música alta afectan negativamente el aprendizaje de los niños, perjudicando los mecanismos de aprendizaje y la memoria, pudiendo llegar a provocar además problemas auditivos o cardiovasculares. A ello se le suma el hecho de que los niños se tornan más irritables y son más propensos a padecer un cuadro de estrés.

Lo novedoso de esta investigación es que hasta el momento no se habían logrado detectar alteraciones morfológicas en el cerebro. Según los investigadores, los altos niveles de ruido al que quedan expuestos los jóvenes cuando concurren a una discoteca les produce déficit de atención y problemas de memoria a largo plazo.

El presente estudio se realizó con roedores de laboratorio con entre 15 y 30 días de vida, lo cual equivale a entre 6 y 22 años en los seres humanos. Los ratones fueron expuestos durante el lapso de dos horas a un ruido de 95 dB (decibelios), superando en 15 dB lo que se considera un nivel seguro. Vale destacar que en una discoteca el ruido es aún más alto, llegando a alcanzar los 110 decibelios. En base a esto, los expertos consiguieron comprobar que los ratones sufrieron daño celular en una región del cerebro asociada a los procesos de aprendizaje y la memoria. En el caso de los humanos la zona afectada sería la del hipocampo.

Al mismo tiempo, los investigadores descubrieron que la exposición de los niños a un ruido fuerte puede ser más perjudicial que cuando son expuestos a ruido de manera prolongada, pues la formación del sistema nervioso se ve alterada de forma momentánea.

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Los niños con trastornos del sueño tienden a desarrollar problemas de conducta

Hay una gran cantidad de niños que roncan cuando duermen, lo cual puede denotar la existencia de un problema, aunque esta situación suele ser desconocida por los padres. En estos casos, es necesario hacer una consulta con el médico, porque el roncar de manera intensa y constante en la niñez puede estar intrínsecamente relacionado con problemas de conducta en los pequeños que están en edad de preescolar, como pueden ser deficit de atención, hiperactividad, etc.
Dicha afirmación, se desprende de un estudio realizado por científicos estadounidenses del Hospital Médico Infantil de Cincinnati, dirigidos por el Dr. Dean Beebe. Los especialistas concuerdan que los ronquidos indican un problema de fondo, que incluye desde la falta de atención e hiperactividad, hasta depresión durante la etapa de la infancia, los cuales constituyen problemas que influyen directamente en el desarrollo de los niños.
Para arribar a dicha conclusión, los científicos efectuaron una investigación, que incluyó la observación de 249 niños, sobre los cuales fueron sus propias madres quienes debieron responder a cuestionarios acerca de la naturaleza del sueño de los pequeños, así como de su comportamiento durante el resto del día.
Los resultados han logrado revelar que los niños de entre los dos y los tres años que roncan de manera fuerte, al menos dos veces a la semana, presentaban mayores problemas de conducta en contraste con aquellos niños que no roncaban al dormir.
Entre los principales factores que producen los ronquidos se encuentran un bajo nivel socioeconómico además de la falta de la lactancia materna, ya sea total o por un breve período. De modo que los ronquidos fuertes, que se prolongan a través del tiempo, no pueden ser considerados normales, volviéndose necesario consultar con un pediatra puesto que existen tratamientos que permiten solucionar este problema. 

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La etapa de gateo es fundamental para el desarrollo sensorial y cognitivo de los bebés

Una de las etapas por la que transitan los bebés antes de comenzar a caminar es la de reptar o gatear, la cual según  los expertos mejora el desarrollo sensorial y cognitivo de los pequeños. En efecto, durante esta etapa tan fundamental en la vida de todo bebé se desarrollan el sentido de la coordinación y la percepción del espacio, entre otras cosas. Por lo que la ausencia de la misma es asociada por los especialistas  a trastornos cognitivos o déficit de atención.
Hay pediatras que desconocen la relevancia que posee el gateo y cómo esta etapa influye decididamente en el desarrollo del cerebro, así como en el habla, la visión, el equilibrio, etc. Puede ocurrir que un bebé pase directamente a caminar, salteando dicha etapa, lo cual no resulta beneficioso para nada, pues de ese modo aumenta el riesgo de que los niños sufran las complicaciones que mencionábamos anteriormente.
Es recomendable que los niños cuenten con  el espacio necesario para gatear, sin verse restringidos por los límites impuestos por un parque infantil. Incluso, no gatear el tiempo suficiente puede llegar a provocar disfunciones de consideración a corto plazo.
Vale señalar que el movimiento de cada miembro por separado, que realizan los bebés en su cuna, representa el primer nivel de organización cerebral del movimiento. A ello le sigue la etapa de arrastrarse o reptar, en la cual los bebés se impulsan y se arrastran usando sus miembros, para luego comenzar a sincronizar brazos y piernas para desplazarse.
Si el gateo es desarrollado de manera correcta, se promueve que las conexiones neuronales se lleven a cabo sincronizando correctamente ambos hemisferios cerebrales. Tal es la importancia del gateo, que hasta servirá de ayuda a los bebés para que puedan  escribir en un futuro, ya que es ahí cuando se desarrolla el mecanismo de coordinación ojo-mano, fundamental para leer o escribir. Por eso, los especialistas aseguran que aquél bebé que gatea más posee mayores posibilidades de aprender a leer y escribir antes.

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