La altura de los niños

El estirón de los niños es algo que resaltamos con orgullo en las reuniones sociales. Hay que tener en cuenta que la cuestión de la altura de los niños está transformándose en una preocupación, la cual puede derivar en complejos, no sólo en los niños sino también en los padres.
Hay muchos factores que influyen en el crecimiento de un niño: los genéticos, que están  determinados desde la concepción y que tienen que ver con la talla de los padres, el sexo y la raza; la alimentación, el ejercicio, los hábitos de vida y las enfermedades que padeció el niño, entre otros factores externos.
En la primera infancia, el crecimiento se da como un proceso homogéneo, a pesar de que  hay algunos períodos en los que se puede acelerar provocando un estirón repentino. Está comprobado que la fiebre también estimula la hormona del crecimiento, por lo que es muy común que después de una enfermedad se note que el niño ha pegado un estirón. De todos modos, es bueno saber que un niño bajito puede llegar a ser alto cuando alcance la vida adulta, pues existen niños que, debido a distintas razones ya sean ambientales u hormonales, crecen a un ritmo más lento y, en cierto momento, alcanzan el ritmo normal logrando así una altura correcta. Asimismo, hay niños que, por diferentes causas patológicas, padecen una maduración ósea acelerada, que luego se detiene sin alcanzar mucha estatura. Después, durante la pubertad, el niño experimenta un crecimiento muy marcado producto de la acción de las hormonas y al concluir dicha etapa los cartílagos de los huesos se cierran, finalizando el proceso de crecimiento.
Una alimentación rica en lácteos, frutos secos,  sal yodada y huevos, favorecerá la fabricación de la hormona del crecimiento que, sumada al ejercicio regular, puede elevar la talla de los niños.

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