Los niños malcomedores pueden tener un menor rendimiento cognitivo

Una de las cosas de la que más suelen quejarse los padres es que sus niños comen mal. En efecto, las estadísticas indican que entre un 20 y un 60% de los niños son malcomedores.
De acuerdo a un estudio realizado tras el relevamiento de 1.101 niños de entre 3 y 6 años que asisten a siete colegios de Madrid, el 70% de los niños considerados malcomedores poseían un nivel de atención muy inferior en comparación con los niños que tenían hábitos alimenticios saludables.
La investigación, que ha sido publicada en The Open Nutrition Journal, evalúa la relación que existe entre la conducta de los malcomedores, el grado de irritabilidad del grupo familiar, los niveles de atención y la alimentación en niños españoles.
De acuerdo a los resultados obtenidos, la malnutrición se halla asociada a un déficit del desarrollo cognitivo, lo que se traduce en un pobre rendimiento escolar.
Los especialistas definieron a los niños malcomedores como aquellos que consumían por día un 65%  menos de las cantidades recomendadas de carne, legumbres, lácteos, frutas, verduras y carbohidratos.
Con respecto a los hábitos alimentarios de los niños considerados malcomedores, los investigadores concluyeron que se trata de niños que son quisquillosos con la comida, se llenan con rapidez, no experimentan un disfrute al probar nuevos alimentos, e incluso es factible que rechacen comerlos y decidan que no les gustan sin que los hayan llegado a probar antes.
Los malos hábitos alimenticios conllevan una serie de consecuencias a corto y a largo plazo. Así, por ejemplo, al ingerir menos cantidades de frutas, carnes y verduras que las recomendadas, a corto plazo se pueden producir deficiencias nutricionales y trastornos del crecimiento. Mientras que a largo plazo es probable que el niño posea un menor rendimiento cognitivo.

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La desnutrición infantil comienza con la mala alimentación de las madres durante la gestación

Según los especialistas, es fundamental que los niños reciban una buena alimentación durante sus primeros dos años de vida, puesto que de lo contrario estarían expuestos a sufrir efectos irreparables en su salud.  Considerando los porcentajes de desnutrición y muerte infantil que se registran cada año, es posible vislumbrar que los pequeños que se encuentran malnutridos antes de llegar a los cinco años de vida se debe a que por lo general acarrean ese problema desde su gestación.

Básicamente, una de las grandes preocupaciones es que para acabar con los problemas de desnutrición infantil es necesario buscar los medios para mejorar la alimentación de  las mujeres, para que su cuerpo esté preparado para cursar el embarazo.

En países subdesarrollados, como Somalía y Bolivia, un alto porcentaje de las mujeres se hallan mal alimentadas, por lo que no cuentan con los nutrientes necesarios para llevar en condiciones óptimas un embarazo y garantizar el buen desarrollo de sus hijos. Para ser más exactos, en Bolivia uno de cada cinco niños menor de cinco años presenta un cuadro de desnutrición severa, una problemámitca que se agudiza especialmente en la problación indígena, en la que 3 de cada cinco pequeños sufre de desnutrición.

Cuando un niño posee una mala alimentación desde su nacimiento, se producen en él trastornos irremediables, como retraso en el desarrollo, ya sea físico como psíquico, lo cual hace que quede expuesto a todo tipo de infecciones. También, puede presentar problemas de conducta.

Según la Organización para la Agricultura y la Alimentación, para solucionar los problemas de malnutrición en la población mundial, es necesario adoptar políticas de estado para disminuir los porcentajes de desnutrición infantil, además de invertir en educación y salud.

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