Las embarazadas que trabajan muchas horas de pie tienden a tener bebés con una cabeza más pequeña

Un grupo de investigadores de la Universidad de Erasmo, en Rótterdam, llegó a la conclusión de que las mujeres que permanecen muchas horas de pie y trabajan a tiempo completo son más proclives a tener bebés con una cabeza más pequeña.

Es cierto que las embarazadas solamente ansían descansar y estar tranquilas, debido a los cambios por los que atraviesa su cuerpo. No obstante, las necesidades económicas les impiden a las futuras mamás descansar el tiempo que necesitan. Inclusiva, algunas deben trabajar muchas horas diarias hasta antes del parto, lo cual en muchos casos supone permanecer de pie demasiado tiempo.

Independientemente del agotamiento, pasar mucho tiempo de pie o trabajar más de 40 horas semanales durante la gestación podría relacionarse con el hecho de que los bebés nazcan con una cabeza de un tamaño inferior que lo normal.

Para el estudio, los expertos se dedicaron a analizar los datos de la situación laboral de unas 4.600 embarazadas. Mediante la investigación, los especialistas holandeses descubrieron que los bebés de aquellas mujeres que durante el embarazo se desempeñaban como docentes, trabajaban en el área de ventas o en guarderías y que, por ende, pasaron muchas horas de pie, nacieron con la cabeza un 3% más pequeña en comparación con los pequeños de las mujeres que realizaban otro tipo de trabajo. De todos modos, los investigadores señalaron que este hallazgo no detalla de qué forma esta situación puede llegar a afectar el desarrollo del bebé a futuro, aunque afirmaron que las facultades cognitivas pueden ser menos favorables.

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Hacer reposo en el embarazo no ayudaría a prevenir el parto prematuro

Es habitual que a aquellas embarazadas que poseen el cuello del útero corto el ginecólogo les aconseje hacer reposo para disminuir las probabilidades de tener un parto prematuro. Sin embargo, a través de un estudio reciente se dio a conocer que las mujeres que hacen reposo poseen más chances de que su bebé nazca antes de tiempo, en comparación con aquellas que continuan con su vida normal.
Del estudio participaron unas 646 mujeres que, cada semana, debieron responder preguntas sobre el consejo dado por sus médicos en cuanto a limitar actividades.
Según los resultados obtenidos, el 39% de las embarazadas hizo reposo o dejó de hacer ciertas actividades por recomendación médica alrededor de la semana 24 de gestación. Lo que llamó la atención de los investigadores es que el 37% de esas mujeres tuvo un parto prematuro. Con respecto a aquellas que continuaron con su  vida normal, a pesar de tener el cuello uterino corto, solamente el 17% tuvo a su bebé antes de lo previsto. Los mismos datos se obtuvieron luego de eliminar algunas variables, como los antecedentes médicos, la etnia, la edad y otras cuestiones detectadas por ecografía.
De todos modos, los investigadores no han sido capaces de encontrar una razón que explique la obtención de dichos resultados. Tal vez ocurrió sencillamente porque esas mujeres eran más propensas a tener un parto prematuro, o bien porque el estrés y la ansiedad que genera el reposo incrementa los riesgos.
Pero este no es el primer estudio que se lleva a cabo sobre el tema. Hace unos años, una investigación cuestionó la eficacia del reposo para prevenir el parto prematuro, siendo que no existían diferencias entre las que hacían reposo y las que seguín con su vida normal. Ahora, con este nuevo estudio, no solamente no se han encontrado diferencias, sino que además parecería que es mejor hacer caso omiso al consejo médico.