Los antigripales, de acuerdo a lo expuesto por los profesionales de la salud, le pueden acarrear más complicaciones a los niños que beneficios debido a los efectos adversos que pueden conllevar.
De acuerdo a los datos estadísticos que se desprenden de la encuesta National Poll on Children’s Health del instituto pediátrico C.S. Mott Children’s Hospital de Michigan, en los Estados Unidos, el 44% de los padres le suministran a sus hijos menores de cuatro años medicamentos de venta libre para el resfriado, en tanto que el 42% acostumbra medicarlos contra la tos y el 25% los medica con descongestionantes para tratar una gripe fuerte.
Diferentes estudios que fueron realizados en las últimas décadas señalan que este tipo de medicamentos no son muy beneficiosos para la gripe de los niños e incluso pueden ser perjudiciales.
Entre los efectos adversos de los antigripales se pueden mencionar: mareos, problemas a nivel respiratorio e incremento de la frecuencia cardíaca, pudiendo llegar a producir hasta convulsiones. Es importante remarcar que solo un mínimo porcentaje de niños llegan a experimentar tales síntomas. Asimismo, este tipo de medicaciones, aunque sean bien toleradas por los pequeños, no alivian los síntomas de la gripe.
Por ese motivo, los pediatras no recomiendan darles estos medicamentos a los niños, salvo que ellos así los prescriban. La cuestión es que, en ocasiones, los padres les solicitan a los médicos que mediquen a sus niños para bajarles la ansiedad. Y esto hace que a veces se indiquen antibióticos innecesariamente para tratar una gripa. Lamentablemente, esta situación se produce porque el sistema de salud no les da a los médicos el tiempo necesario para poder educar a los padres.
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Los antibióticos no sirven para aliviar la tos
En un estudio realizado recientemente se logró concluir que los niños que padecen un resfrío común no tendrían que ser tratados con antibióticos, pues esta clase de fármacos no sirven para aliviar los síntomas de este cuadro ni la tos.
Teniendo en cuenta los resultados arrojados por la investigación, los especialistas han proferido diversas opiniones sobre el tema. Por un lado, hay quienes sostienen que a pesar de que no ayudan a calmar la tos, los antibióticos son muy útiles para revertir la enfermedad. Mientras que por el otro lado hay especialistas que afirman que actualmente los antibióticos son recetados en exceso en muchos países, siendo que es importante evitar la sobre-medicación.
Estos datos fueron presentados en la reunión anual del Colegio Americano de Médicos del Tórax en Atlanta, Georgia. En ese marco, los expertos indicaron que el médico general con frecuencia suele recetar antibióticos a los niños para la tos, e incluso muchas veces esta prescripción es realizada solo para tranquilizar a los padres. No obstante ello, está demostrado que los antibióticos son muy poco efectivos para el tratamiento de la tos de un resfriado común.
Es cierto que a los padres les cuesta mucho ver a sus hijos con una tos intensa, pero la solución a ello no reside en todos los casos en el uso de antibióticos. De acuerdo a lo que cause la tos, un profesional médico puede indicar los tratamientos más apropiados para el niño, aunque en ciertos casos no son los más recomendados.
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¿Cómo reconocer la otitis del lactante?
La otitis consiste en una infección del oído, que puede afectar a varias partes del mismo, muy común durante la infancia. La cuestión, es saber darse cuenta si el lactante la padece.
En efecto, la otitis constituye un trastorno muy frecuente en la niñez que se suele producir como producto de un resfriado. No obstante, a diferencia del resfriado , que es claramente contagioso, las infecciones del oído definitivamente no lo son.
Este tipo de infección puede producir dolor, pero no es común que genere daño permanente en el oído. En caso que se presente con mucha frecuencia, esto puede estar indicando una predisposición del niño a padecer reacciones alérgicas.
Ahora bien, ¿cómo reconocer la otitis del lactante? El bebé que sufre este tipo de infección suele mostrarse excesivamente irritado y quejoso durante todo el día. Cuando el niño se halla acostado, siente un dolor aún más agudo ya que aumenta la presión del aire sobre el tímpano.
La otitis, por lo general, aparece como fruto de un resfriado y puede hacer que le suba la temperatura corporal. En ocasiones, los bebés acostumbran a ponerse la mano al oído en el que siente dolor, a demás de estar pálido y rechazar la leche pues la succión produce dolor.
En definitiva, para determinar si se trata o no de otitis, es recomendable presionar con el dedo índice con suavidad en el pliegue que se halla tras el lóbulo de la oreja o sino estirar ligeramente el lóbulo hacia arriba. En cualquiera de ambos casos, si el lactante sufre otitis, reaccionará al dolor. No obstante, lo más apropiado es acudir al pediatra.
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