Las transformaciones que se producen a lo largo del embarazo se deben, en especial, a cuatro hormonas: progesterona, lactógena, estrógeno y gonadotropina coriónica humana.
La progesterona se halla en los ovarios y en la placenta, y se desarrolla en la pubertad y la adolescencia. Dicha hormona, es la encargada de conservar sujeto el endometrio en el útero, debido a que cuando éste cae se genera la menstruación y, por consiguiente, no habría embarazo.
La hormona que da inicio a todo el proceso es el estrógeno, la cual se ocupa del desarrollo sexual femenino. El estrógeno se encuentra presente en diversas partes del cuerpo, siendo también las responsables de la pigmentación de los pezones, areolas y genitales. Los estrógenos resultan fundamentales al momento de concebir, incluso la placenta la produce para promover el desarrollo correcto de la gestación.
Al mismo tiempo, la placenta genera la lactógena, una hormona que se encarga de estimular las glándulas mamarias para la secreción de la leche materna. También incide en el desarrollo del feto.
Para finalizar, la gonadotropina coriónica humana, conocida también como la hormona del embarazo, cumple la función de administrar los nutrientes necesarios al embrión, al tiempo que estimula la producción de otras hormonas indispensables para éste durante la gestación.