Muchos factores influyen para que las embarazadas, y las mujeres en general, sientan temor a los dolores del parto. Lo que solemos ver en las telenovelas y en las películas, así como lo que escuchamos de los relatos exagerados de nuestras amigas, nos suelen dar una idea equivocada del parto, bastante alejada de la realidad. Pero es bueno saber que no todo es como nos quieren hacer creer.
Saber si el parto será o no doloroso es algo imposible de determinar, ya que cada parto es diferente, inclusive en una madre que ha dado a luz repetidas veces. El dolor siempre irá a depender de quién lo califique, porque hay personas para las cuales el dolor de las contracciones es soportable y para otras no. Por lo general, el primer parto suele más difícil y demora más tiempo en nacer el bebé, aunque no en todos los casos es así.
A medida que se va aproximando la fecha de parto, aumenta la ansiedad y hasta es posible experimentar sentimientos encontrados entre el desear que tu hijo nazca y el temor al parto. De modo que es sumamente importante que la madre se encuentre bien informada sobre el parto, para poder sentirse más segura y liberarse de de tensiones, lo cual es útil para poder manejar mejor el dolor. Para ello, puedes realizar un curso psicoprofiláctico, evacuar todas tus inquietudes con tu médico y visitar el hospital o clínica donde vas a dar a luz, para recorrer las instalaciones y la sala de partos. Todo esto, te dará mayor confianza y seguridad para cuando llegue el día tan esperado.
Las contracciones hacen que el cuello del útero se dilate para que el bebé pueda nacer. Al principio, se siente una mínima incomodidad, y luego se puede sentir dolor en la espalda, el abdomen y, por último, en el útero y bajo el vientre. Las contracciones son más intensas conforme avanza la dilatación, la cual debe llegar a 10 centímetros para que poder expulsar el bebé. En este punto, es cuando las contracciones se vuelven más frecuentes y poseen mayor duración.
Gracias a los avances de la medicina, actualmente existen modernos equipos de diagnóstico prenatal. Incluso, una alternativa para el dolor es la anestesia epidural, permitiendo que la madre se concentre en pujar y no así en el dolor.
Por supuesto, que resulta casi imposible que las madres primerizas lleguen casi sin temor al momento del parto. Lo importante es conservar la calma y la concentración, y pensar que luego de ese dolor, tolerable para muchas y no tanto para otras, llegará lo mejor que le puede ocurrir a toda mujer: un hijo. Les aseguro que al oír el llanto de su bebé y verle su carita, el dolor desaparecerá casi de inmediato.
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