Contar con una buena preparación física y conocer las técnicas de respiración y relajación sirven de mucho para aliviar los dolores de parto.
Estar en forma, aprender los distintos tipos de respiración para el parto y alcanzar una armonía entre la mente y el cuerpo a través de la relajación, supone dejar de tener una actitud pasiva y adoptar otra más participativa, lo que colabora en reforzar la personalidad de la mujer, fin último de la preparación para ser madre.
El miedo al dolor no tiene que ser aceptado con resignación, puesto que existen ciertas formas de disiparlo. Lo ideal es que la embarazada comparta sus temores e inquietudes con su pareja, para hacerlo partícipe del embarazo.
Aliviar el dolor de parto
Entre los métodos que se suelen emplear más actualmente para calmar los dolores del parto se encuentra la anestesia peridural, que suele indicarse sobre todo en el caso de partos largos y trabajosos. Pero aparte de la peridural, existen muchos medicamentos que se pueden usar en pos de facilitar la relajación y atenuar el dolor e incluso la intensidad de las contracciones.
Cada parto es diferente
El parto constituye en sí mismo un acto fisiológico en el que el cuerpo materno experimenta un dolor al que no se encuentra acostumbrado. Sin embargo, a pesar de que muy pocas mujeres logran un parto sin dolor, muchas aseguran haber sentido molestias mínimas, en tanto que otras afirman haber experimentado solamente una sensación de tensión semejante a la de un gran esfuerzo físico. Pero más allá del dolor, cada vez son más las madres que recuerdan el parto como una experiencia maravillosa y única.
El dolor varía de una mujer a otra. De hecho, en él pueden influir ciertos factores como el estado emocional de la mujer, la maduración psicológica, la ilusión por convertirse en madre o la relación que posean con la pareja, entre otros.
Es importante tener en cuenta que, en el embarazo al igual que en el parto, influye mucho la personalidad de la mujer, pues en esa etapa es cuando pueden aflorar algunos conflictos internos y pensamientos que no surgirían en circunstancias normales.
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Cómo vencer el miedo al parto
No hay embarazada, sobre todo si se trata de una primeriza, que no sienta miedo al parto, pues se trata de algo completamente normal. Al fin y al cabo, es una situación que genera incertidumbre y, por consiguiente, cierto temor. Hay algunas que le tienen miedo al dolor, y a otras las desvela que su bebé sea sano.
En estos casos, lo más conveniente es compartir tus temores con tu pareja, pues al hacerlo irá desapareciendo de algún modo esa sensación de soledad que los suele acompañar. No debes sentir vergüenza, pues es lógico experimentar cierta incertidumbre ante los dolores de parto.
No es posible saber de antemano cuán intensos serán los dolores que sentirás durante el parto, ni cómo reaccionarás ante los mismos. Esta situación, genera inseguridad en las mujeres que están por dar a luz. Es bueno saber que la mayoría de las mujeres sostienen que el dolor es muy intenso, aunque nada que no pueda tolerarse, en especial porque la mayor parte de los intervalos entre las contracciones son indoloros. De modo que debes mentalizarte y pensar que vas a poder, pues no es nada que no haya experimentado otra mujer. En definitiva, se trata de un acto instintivo.
Parte del temor al parto está dado por desconocer cómo será. Según estudios realizados hasta el momento, las mujeres que están bien informadas sienten menos miedo, antes y durante del parto. Es preferible conocer de antemano que el dolor de las contracciones va creciendo a medida que va avanzando la labor de parto. Bajo ningún concepto debes dejarte influenciar por las experiencias que han tenido otras mujeres, pues cada parto es único y distinto en sí mismo.
Puede ocurrir que también te preocupe saber cómo será tu relación de pareja cuando nazca el bebé. Es inevitable que la misma cambie, pues un nuevo miembro se incorporará a la familia. En caso de que surja algún problema, nunca está de más consultar con un psicólogo para que los ayude.
Como vimos, sentir miedo ante el parto es lo más natural del mundo. Lo importante es contar con un buen acompañamiento, que incluya a la pareja, la familia y el profesional médico.
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Perder el miedo al parto
Muchos factores influyen para que las embarazadas, y las mujeres en general, sientan temor a los dolores del parto. Lo que solemos ver en las telenovelas y en las películas, así como lo que escuchamos de los relatos exagerados de nuestras amigas, nos suelen dar una idea equivocada del parto, bastante alejada de la realidad. Pero es bueno saber que no todo es como nos quieren hacer creer.
Saber si el parto será o no doloroso es algo imposible de determinar, ya que cada parto es diferente, inclusive en una madre que ha dado a luz repetidas veces. El dolor siempre irá a depender de quién lo califique, porque hay personas para las cuales el dolor de las contracciones es soportable y para otras no. Por lo general, el primer parto suele más difícil y demora más tiempo en nacer el bebé, aunque no en todos los casos es así.
A medida que se va aproximando la fecha de parto, aumenta la ansiedad y hasta es posible experimentar sentimientos encontrados entre el desear que tu hijo nazca y el temor al parto. De modo que es sumamente importante que la madre se encuentre bien informada sobre el parto, para poder sentirse más segura y liberarse de de tensiones, lo cual es útil para poder manejar mejor el dolor. Para ello, puedes realizar un curso psicoprofiláctico, evacuar todas tus inquietudes con tu médico y visitar el hospital o clínica donde vas a dar a luz, para recorrer las instalaciones y la sala de partos. Todo esto, te dará mayor confianza y seguridad para cuando llegue el día tan esperado.
Las contracciones hacen que el cuello del útero se dilate para que el bebé pueda nacer. Al principio, se siente una mínima incomodidad, y luego se puede sentir dolor en la espalda, el abdomen y, por último, en el útero y bajo el vientre. Las contracciones son más intensas conforme avanza la dilatación, la cual debe llegar a 10 centímetros para que poder expulsar el bebé. En este punto, es cuando las contracciones se vuelven más frecuentes y poseen mayor duración.
Gracias a los avances de la medicina, actualmente existen modernos equipos de diagnóstico prenatal. Incluso, una alternativa para el dolor es la anestesia epidural, permitiendo que la madre se concentre en pujar y no así en el dolor.
Por supuesto, que resulta casi imposible que las madres primerizas lleguen casi sin temor al momento del parto. Lo importante es conservar la calma y la concentración, y pensar que luego de ese dolor, tolerable para muchas y no tanto para otras, llegará lo mejor que le puede ocurrir a toda mujer: un hijo. Les aseguro que al oír el llanto de su bebé y verle su carita, el dolor desaparecerá casi de inmediato.
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Técnicas para reducir el dolor durante el parto
Tras 9 meses de gestación, tu cuerpo se encuentra preparado para dar a luz a tu bebé, lo cual implica que tengas algunos dolores intensos a causa de las contracciones.
Muchas veces, hemos escuchado de boca de otras madres acerca de tales dolores y nos genera temor el solo pensar en ello. Por suerte, existen ciertas técnicas que nos permiten dar a luz sin dolor.
Por un lado, cabe mencionar a la epidural, una anestesia que bloquea las sensaciones de dolor de la zona de la cintura para abajo, dado a que se inyecta en la parte baja de la espalda. Gracias a la epidural, no se sienten los tan temidos dolores de las contracciones, aunque sí sentirás una sensación de alerta para cuando debas pujar. Lo importante es que no afecta al bebé, e incluso puede resultar beneficioso ya que, al ser aplicada previo a dar a luz, el bebé dispondrá de un buen suministro de oxígeno porque tú no tendrás dificultades para respirar.
Otra técnica muy utilizada es el parto en el agua, lo cual favorece a la disminución del dolor. En este caso, el espacio en que tiene lugar el parto es más íntimo, evitando así que te pongas más nerviosa. El contacto con el agua caliente ayuda a que se relajen los músculos de la cintura para abajo, por lo que el dolor se reduce considerablemente. Esto se debe a que el nivel de endorfinas sube, ya que permanecer en la tina con agua te ayudará a sentirse más relajada; quitándote el estrés y los dolores intensos de las contracciones.
También, para el momento del parto se puede optar por el bloqueo espinal, la cual consiste en una inyección similar a la epidural, pero con efectos más efímeros (entre 1 y 2 horas). Este método se puede emplear si lo que deseas es que se te quite el dolor de las contracciones y del parto, pero no quieres que se prolongue por mucho rato esa sensación que te da la anestesia, como por ejemplo el adormecimiento. Luego de la anestesia, puedes presentar algunos síntomas como dolores de cabeza o presión baja, bastantes parecidos a los que tendrás con una epidural.