Cuidado de la salud bucal en el embarazo

El embarazo constituye un periodo de importantes cambios hormonales y el incremento de fluido sanguíneo. Tales cambios aumentan el riesgo de la aparición de caries y sangrado de encías (gingivitis).
Teniendo en cuenta estos datos, para lucir tu mejor sonrisa durante el embarazo lo más indicado es cepillar tus dientes luego de cada comida. Para ello, usa un cepillo de cerdas finas y pasta dental con fluoruro. También, es necesario limpiar bien la lengua y emplear hilo dental, como forma de prevenir la gingivitis.
Si precisas realizarte algún tratamiento dental, lo más conveniente es que lo hagas antes de buscar un embarazo. Pero en el caso de que ya estés esperando un  bebé, es recomendable esperar a llegar al cuarto mes, puesto que los primeros tres meses son los de mayor importancia para el desarrollo del niño y las posibilidades de presentar complicaciones es más alta.
De todos modos, se recomienda visitar de forma periódica al dentista por lo menos una vez durante el periodo de gestación y otra tras el parto, aunque no presentes ningún tipo de afección bucodental.
En tanto que si tus encías se encuentran inflamadas y supuran o posees la sensación de que se te mueven los dientes, acude con rapidez al odontólogo, porque podrían tratarse de síntomas que indiquen la presencia de un problema periodontal.
Por otro lado, para cuidar la salud de tus dientes, la alimentación es fundamental. En tal sentido, es preciso evita ingerir azúcar, ya que su alto consumo hace que la placa dental se torne más agresiva y que se produzcan ácidos que atacan al esmalte y ocasionan caries.
Es muy importante tener en cuenta que las encías representan tejidos extremadamente sensibles a los cambios hormonales, que podrían acarrear diversas situaciones que inclusive podrían conllevar la pérdida de las piezas dentarias.

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Como prevenir la diarrea en los niños (II)

leche materna

La lactancia materna puede ser nuestra mejor aliada, en este caso. El niño que está siendo alimentado con la leche materna, tiene muchas menos posibilidades de padecer diarrea. La razón es que es la leche de más calidad y no está contaminada, además, no ha sido manipulada. Por otro lado, la leche materna posee sustancias que protegen al bebé, lo que hace que sea más fácil prevenir las infecciones intestinales. También, debemos lavar muy bien, tanto frutas como verduras y cocinar lo mejor posible, tanto las carnes como los huevos.

Las hamburguesas, por ejemplo, deben estar bien cocidas y, en el interior, debemos asegurarnos de que no están de color rosado. Además, no debemos usar la misma tabla a la hora de apoyar la carne cruda, si no la hemos lavado con agua y con algún tipo de desinfectante. Y, si comemos en un local, debemos asegurarnos de que todo está bien cocido.

Si nuestro bebé sufre diarrea, lo mejor es seguir amamantándolo, y si hace mucho calor, lo mejor es bañarlo y ponerlo en un lugar fresco, ya que a una temperatura alta hará que aumente el riesgo de deshidratación, y si vomita, debemos darle agua hervida templada, por cucharadas.

En la mayor parte de las diarreas, no es necesario el uso de medicamentos. Si nos aseguramos de que tenga una buena hidratación y una alimentación correcta, nuestro bebé se pondrá bien en 5 o 10 días.