Importancia del ácido fólico en la planificación del embarazo

Son conocidos los beneficios del ácido fólico durante el embarazo, pero lo que pocas mujeres saben es que también es bueno comenzar a tomarlo antes de quedarse embarazadas. En efecto, un nuevo estudio ha revelado que muchas mujeres ignoran los beneficios que aporta el ácido fólico antes del embarazo, dado que desconocen que este complemento minimiza los posibles riesgos y problemas que puedan presentarse en un futuro embarazo.

Según las cifras dadas a conocer a través del Estudio GestMujer, trabajo que se centra en los cuidados, hábitos y promoción de la salud en las futuras madres españolas, aproximadamente un 80% de las mujeres no consultan al ginecólogo para la planificación del embarazo. En concreto, tan sólo una de cada tres mujeres efectúa correctamente un control nutricional previo a la gestación para preparar el cuerpo para la concepción. La importancia de este control reside en que contribuye significativamente a prevenir malformaciones congénitas en los futuros bebés.

Durante el estudio fueron encuestadas unas 1.000 mujeres españolas, quienes debieron responder acerca de la percepción que poseen sobre del estilo de vida y los hábitos que son necesarios seguir antes del embarazo. Poco más del 50% afirmó que no tenía intenciones de concurrir al especialista cuando tomaran la decisión de tener un bebé, en tanto que hasta un 54% de las mujeres que participaron de la encuesta manifestó desconocer este tipo de consulta. Estos datos demuestran la necesidad de realizar campañas informativas que den cuenta sobre los beneficios que conlleva planificar el embarazo.

Al mismo tiempo, se reveló que hasta el 67% de las embarazadas no tomó ácido fólico antes de la gestación, una cifra muy alta teniendo en cuenta que se trata de un suplemento que contribuye a prevenir dos de cada tres casos de las malformaciones congénitas más frecuentes, como los defectos del tubo neural o espina bífida. Vale destacar que este defecto se manifiesta entre la 3ª y 4ª semana de gestación, es decir, cuando la mujer aún no sabe que está embarazada. Por ese motivo, la SEGO (Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia), con el objeto de prevenir la mayoría de defectos y problemas, recomienda comenzar a tomar ácido fólico tres meses antes del embarazo.

Lo negativo es que pocas mujeres planifican su embarazo. De hecho, durante 2012, 453 fetos presentaron un defecto del tubo neural, de los cuales aproximadamente 300 se podrían haber prevenido con el ácido fólico.

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Asistir a los controles médicos de rutina reduce el riesgo de hospitalización

Los padres deben ser conscientes de lo importante que es cumplir con los controles médicos infantiles rutinarios, de lo contrario se duplica el riesgo de que los niños acaben hospitalizados, tal como lo señala el centro de investigación para la salud Kaiser Permanente (Estados Unidos) en un estudio. El hecho de que los pequeños se encuentren bien de salud no los exime de los controles pediátricos, pues a través de ellos es posible prevenir o detectar problemas futuros, reduciéndose de ese modo el riesgo de hospitalización y mejorando la calidad de vida de los niños.
Para arribar a dicha conclusión, los especialistas se encargaron de analizar los datos de unos 20.000 niños inscritos en Group Health Cooperative, una organización sin fines de lucro que brinda asistencia y cobertura médica a aproximadamente 700.000 personas. El seguimiento se realizó desde su nacimiento hasta que cumplieron los 42 meses de vida o hasta su primer ingreso al hospital.
En los niños que padecían ciertas enfermedades crónicas, como asma o algún problema cardíaco, se triplicaban las probabilidades de acabar hospitalizados si no concurrían a los controles pediátricos de rutina, mientras que en el caso de otras enfermedades el riesgo se multiplicaba por dos.
Así, los investigadores lograron determinar que el 76% de los niños concurrieron por lo menos unas 7 veces a las visitas con el pediatra.
A grandes rasgos, el 4% de los niños que formaron parte de la investigación y el 9% de los que padecían enfermedades crónicas terminaron hospitalizados, sobre todo por un ataque de asma o neumonía.
El riesgo aumentaba a medida que el número de visitas era menor. De este modo, aquellos que no asistieron a más del 50% de las visitas médicas de rutina  poseían 1,4 veces más posibilidades de ser hospitalizados, en contraste con los que concurrieron a la mayoría de los controles. Los niños con enfermedades crónicas y que no visitaron al médico, tenían entre 1,9 y 3,2 veces de probabilidades de ser hospitalizados.
Cabe aclarar que el estudio mencionado no puede ser usado como prueba para determinar la relación que existe entre el riesgo de hospitalización y el no asistir a las visitas rutinarias, aunque sí muestra que hay una clara asociación entre ambos factores.

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