La lactancia reduce el riesgo en las mujeres de desarrollar hipertensión

La lactancia protege a las mamás de la hipertensión. Al menos así lo ha demostrado un estudio realizado por investigadores de la University of North Carolina, en Estados Unidos, según el cual las mujeres que dan de mamar a sus bebés durante por lo menos seis meses, tendrían menos posibilidades de desarrollar hipertensión a futuro. De todos modos, la investigación no ha logrado probar que la lactancia brinde una protección a largo plazo.

Para la realización de este estudio, el equipo de investigadores observó una muestra de unas 56.000 mujeres estadounidenses que tenían al menos un hijo y que participaron en el “Nurses Health Study II”.

Los resultados obtenidos indicaron que las mujeres que alimentaron con leche materna a sus hijos, tenían menos riesgo de desarrollar hipertensión en los siguientes 14 años que aquellas que solamente les dieron a sus bebés leche de fórmula.

Aproximadamente a unas 8.900 mujeres se les diagnosticó hipertensión. Sin embargo, las posibilidades aumentaban un 22 por ciento en aquellas que no amamantaron a su primer hijo, en comparación con las que sí lo hicieron. En tanto que las mujeres que jamás dieron de mamar o sólo lo hicieron durante un lapso de tres meses o menos, tenían un 25 por ciento más de probabilidades de desarrollar hipertensión que las que alimentaron a sus bebés con leche materna por un año. Para la obtención de dichos resultados se contemplaron otros factores como el ejercicio, la dieta y el tabaquismo.

Imagen:

http://m1.paperblog.com/i/74/748263/amamantar-reduce-riesgos-hipertension-mujer-L-YB8hnj.jpeg

Hipertensión en el embarazo

Seguro que alguna vez te has preguntado porqué razón te miden la tensión arterial en casa control médico durante el embarazo. El motivo reside en que de ese modo es posible diagnosticar la hipertensión, una complicación habitual entre las futuras madres, pues si no es detectada a tiempo tanto la madre como el feto pueden sufrir serias consecuencias.

La tensión arterial puede definirse como la presión que ejerce la sangre en las arterias y los vasos sanguíneos, en especial los que transportan el oxígeno y los nutrientes que alimentan al bebé por nacer. De esta manera, cuando esa sangre circula muy fuerte se denomina hipertensión, e hipotensión cuando lo hace demasiado lento.

La presión arterial va variando a medida que avanza el embarazo. Durante las primeras semanas, es muy similar a la de cualquier mujer, pero a la mitad de la gestación desciende un poco, retornando comúnmente a la normalidad a partir de la semana 36. Se habla de hipertensión cuando sube por encima de 14/9. De todos modos, se desconoce a ciencia cierta por cuál motivo la hipertensión se presenta en unas embarazadas y en otras no, aunque parecería que cuando se forma la placenta, el organismo de la madre responde como si la rechazara. Esto ocasiona alteraciones en el desarrollo de la misma que, al liberar ciertas sustancias, generan daños en los vasos sanguíneos de la madre, haciendo que la sangre no circule a la presión que se debe, reduciéndose el volumen que llega al útero, lo cual puede influir en la alimentación del feto.

Los grupos considerados de riesgo son, además, las mujeres que padecen obesidad, las que tienen más de 40 años, aquellas que presentan embarazos múltiples, diabéticas o fumadoras.

Cuando se da un cuadro de hipertensión, esto puede hacer que surja la posibilidad de que tener que realizar una cesárea o que el bebé nazca con bajo peso o prematuro. Pero si la hipertensión es controlada debidamente, el embarazo seguirá su curso normal.

Entre los principales síntomas se hallan: visión borrosa, dolor abdominal y cefalea. Aunque en ocasiones tales síntomas se suelen confundir con los síntomas típicos del embarazo. De ahí la importancia de consultar con el médico para medir la presión arterial y actuar en consecuencia.

Imagen:

http://www.embarazosemanasemana.com/wp-content/uploads/hipertension2.jpg

Ser madre a los 40

Actualmente, las mujeres acostumbran priorizar su vida personal y profesional postergando de ese modo sus planes de  ser madre, por lo que es cada vez más frecuente ser madre después de los 40. Y aunque ello parece ser una carrera contrarreloj, muchas lo consiguen con éxito. 
Hasta no hace mucho, el ideal de casi cualquier mujer era casarse y tener hijos. Pero los tiempos han cambiado al igual que el rol de la mujer, quien ocupa un lugar más preponderante, valorando su realización profesional por sobre todas las cosas, viéndose postergados así sus deseos de convertirse en madre.
Según la ciencia médica, ser madre a los 40 es un tanto riesgoso debido a los diversos cambios que sufre el organismo en las mujeres de esa edad.  La calidad de los óvulos va en detrimento, pueden aparecer problemas de hipertensión y diabetes gestacional durante el embarazo y el riesgo de aborto es más alto. Sin contar, además, con el aumento de posibilidades de que el bebé padezca enfermedades genéticas y síndromes asociados, como por ejemplo Síndrome de Down.
Más allá de estos riesgos físicos, las mujeres que buscan un embarazo luego de los 40 se enfrentan a  otras cuestiones, como menos energía, menos pacienciafalta de tiempo por sus ocupaciones laborales.
Aún así, las mujeres prefieren esperar para tener un bebé. Lo cual no representa una decisión desatinada, si se tiene en cuenta que la medicina ha avanzado a pasos agigantados en relación al desarrollo de técnicas que asisten tanto a la madre como al niño  y evitan en gran parte las complicaciones que hemos mencionado.

¿Por qué se produce un embarazo múltiple y cuáles son sus riesgos posibles?

Por lo general, lo normal es concebir los hijos de a uno pero también pueden darse casos de embarazos múltiples. Según las estadísticas, uno de cada 80 embarazos es de mellizos, uno de cada 8.000 es  de trillizos y uno de cada 1.000.000 es de cuatrillizos. Hay que tener en cuenta, que los embarazos múltiples también pueden darse debido a tratamientos de estimulación ovárica y embarazos a través de técnicas de fertilización asistida, por lo cual la aparición de embarazos múltiples crece cada vez más.
Existen factores hereditarios,  que son transmitidos solamente por vía materna, que influyen para que exista un embarazo múltiple. También, inciden la toma de fármacos inductores de la ovulación y quedar embarazada al mes siguiente a la suspensión de pastillas anticonceptivas anovulatorias.
En el caso de los gemelos, el embarazo se da cuando un óvulo es fecundado por un espermatozoide y se divide en dos o más células que prosiguen de manera independiente su desarrollo dando como resultado dos o más embriones, que comparten características físicas, emocionales y el mismo sexo idéntico, debido a que comparten la misma carga genética.
Por su parte, los mellizos nacen de dos óvulos que son fecundados por dos espermatozoides, dando como resultado dos embarazos simultáneos, aunque con su propia placenta. Éstos son los más frecuentes.
El diagnóstico, en general, se realiza porque el tamaño del útero es mucho mayor en los embarazos múltiples, y, en ocasiones, la embarazada presenta más síntomas de los habituales. Con una ecografía, es posible realizar un diagnóstico precoz.
En este tipo de embarazos existen algunas complicaciones, siendo la más frecuente el parto prematuro. Lo normal es que la duración promedio de un embarazo único es de 40 semanas, en tanto que en los casos de embarazos múltiples la duración promedio es de 37 semanas.
Aparte del riesgo de parto prematuro, existen otros como la preeclampsia o hipertensión provocada por el embarazo, que se presenta en el doble de casos en comparación con los embarazos únicos.
El bajo peso al nacer es otra de las complicaciones más frecuentes. Cerca del 50% de los embarazos dobles presentan este tipo de complicación. El bajo peso está ligado a que los bebés deben compartir el flujo de alimentos que reciben del útero materno. No obstante, aumentan de peso mucho más rápido que los recién nacidos que nacen con pesos conformes a su edad gestacional.
También, existe el síndrome transfusor-transfundido, la cual representa una complicación que se da en los gemelares que comparten una única placenta. Es bastante difícil de tratar y se produce porque uno de los bebés recibe un aporte mayor de flujo placentario que el otro, hecho que genera que uno de los dos tenga un crecimiento mucho menor que el otro. Sin embargo, la detección precoz de esta patología puede evitar riesgos mayores.
Los riesgos de las complicaciones pueden disminuir con el diagnóstico precoz de un embarazo múltiple. De ahí en adelante tu médico se encargará de asesorarte respecto a cuáles son los síntomas y signos que preceden a las complicaciones que pueden surgir.
Respecto a la vía del nacimiento, esta va a depender de la evolución del embarazo, así como de la posición en la que se hallan los bebés en el útero. De todas maneras, hay mayor frecuencia de partos por cesárea que en los embarazos únicos.
En cuanto a la lactancia, al principio resultará más fácil que amamantes a los bebés de a uno a la vez, aunque con el tiempo te darás cuenta que lo harás más rápido amamantándolos en simultáneo.