Los bebés pueden pasar de la risa al llanto de un momento a otro, con bastante facilidad. Estos repentinos cambios de humor encuentran su causa en que las emociones de los bebés se caracterizan por producirse de manera muy intensa y muy frecuentemente, algo que va reduciéndose a medida que el bebé va creciendo y va disponiendo de mecanismos tranquilizadores, propios de su proceso madurativo.
Tales estrategias de auto-tranquilización se encuentran, por lo general, vinculadas con rutinas que le resultan placenteras como es el caso de chuparse el dedo o abrazarse a su osito, pero requieren de un nivel de maduración y se producen por efecto de una evolución emocional. El desarrollo de tales estrategias, le llevará a un uso inteligente de las emociones y representan el origen de la capacidad que tendrá una persona para elaborar una respuesta apropiada ante ciertas situaciones.
El llanto representa el primer modo de comunicación del bebé y para los padres constituye la señal principal a la cual prestan atención. Estudios recientes han revelado que se debe evitar mantener el llanto como el único medio de comunicación con el bebé, prestándole más atención a la comunicación positiva.
Los besos, los abrazos, los juegos compartidos, las caricias y las palabras, entre otras cosas, componen esa comunicación positiva.
Responder de manera adecuada a sus necesidades y tener en cuenta su disposición para prestar atención a la comunicación y a los juegos, resulta esencial para el correcto desarrollo de la inteligencia emocional del bebé.
Los recién nacidos pasan cerca de 9 horas durmiendo a lo largo del día y aproximadamente 8 por la noche, con diferentes intervalos para alimentarse. Cuando el bebé despierta, los padres pueden contribuir a afianzar el vínculo afectivo con su hijo, ayudándole a construir un positivo desarrollo emocional.
Mientras están despiertos, los bebés pasan por tres etapas de actividad y expresión emocional:
La alerta tranquila, se produce cuando el bebé despierta. Se quedará acostado y quieto, contemplando tranquilo y satisfecho todo cuanto haya su alrededor. Los padres pueden aprovechar la ocasión para darle cálidamente los buenos días, y él responderá mirándolos a los ojos.
Durante la alerta activa, el bebé se verá interesado por los objetos visuales y por los estímulos auditivos, intentando responder a los sonidos moviendo sus brazos y piernas, y girando el cuello para observar lo que sucede a su alrededor.
La tercera fase es el llanto, durante la cual se mostrará cansado. Para calmarlo, nada mejor que saciar sus necesidades de aseo y alimentación, arrullándole en brazos para calmarlo.
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Beneficios del baño para el bebé
El niño, al nacer, se encuentra inmerso en una etapa muy especial puesto que la llegada al mundo convierte a los niños en pequeños exploradores que tienen curiosidad a la hora de observar y descubrir el mundo que les rodea. Conforme los niños van creciendo se tornan más despiertos y más vivos. Pues bien, el baño forma parte de la rutina diaria del bebé. Un hábito que, evidentemente, tiene que ver con la higiene del pequeño. Pero el baño tiene muchos más beneficios de los que parece a simple vista.
Por ejemplo, el baño ayuda al niño a relajarse, de hecho, tiende a ver ese momento como un juego en el que puede divertirse en el agua y recibe a la vez la atención de los padres. Existe una hora ideal para bañar a los niños y es la noche. Ya que el baño relaja tanto a los peques que así también dormirán mucho mejor por la noche y descansarán de forma adecuada.
Después del baño se le puede dar al niño un masaje en la espalda. Lo cierto es que el cariño es un alimento emocional más que necesario para los bebés que necesitan sentirse queridos y protegidos de forma asertiva. En relación con la higiene del bebé también conviene matizar que no es adecuado utilizar bastoncillos para los oídos puesto que su uso es perjudicial.
Del mismo modo, los expertos recomiendan no cortar las uñas del niño. Sin embargo, en caso de que quieras hacerlo entonces debes tener claro que es muy importante que tengas muy buen pulso y precisión a la hora de realizar los movimientos. De hecho, cuando el bebé sale del baño es buen momento para cortale las uñas porque en ese momento suele estar más calmado y relajado. Además, es necesario realizar este proceso con unas tijeras o un cortauñas infantil.
Sin duda, los beneficios de un buen baño son infinitos para el bebé. Incluso, es posible poner una música relajante de fondo en el momento en que el niño disfruta en el agua y se siente completamente feliz. El agua es un verdadero regalo de la naturaleza.
Imagen: Sobrebebés.com