Más allá de ser un hábito de higiene, el baño constituye un momento divertido y de sumo relax para los bebés. Por ello, es conveniente elegir la bañera adecuada, para que el pequeño pueda disfrutar a pleno de su baño.
Es necesario que la bañera del bebé sea anatómica y no de cualquier material sino más bien de plástico antideslizante. Actualmente, en el mercado hay diversos tipos de bañeras: inflables, bañera-cambiador, plegables, etc..
En el caso de las bañeras-cambiador, éstas son muy útiles porque le evitan a los padres el hecho de tener que llevar al bebé a otra habitación, así como preparar un espacio diferente para poder secarlo y vestirlo. Lo ideal, para que sea más cómodo, es colocar la bañera encima de una mesa o cualquier otra superficie elevada, ya que de ese modo no será preciso agacharse.
Cualquiera sea el modelo de bañera que se elija, lo importante es asegurarse de que la misma permanezca estable cuando se introduzca al bebé en su interior. Cuidando siempre de que el material con el que esté fabricada no sea tóxico.
También, es preciso controlar que la temperatura del ambiente donde se vaya a bañar al bebé sea agradable, preferentemente de unos 20 grados, prestando atención de que no existan corrientes de aire ni ruidos molestos. De esta manera, propiciaremos que el baño sea un momento más que agradabe para el bebé.
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¿Cómo hacer que mi bebé duerma?
Tal como veníamos hablando en el post anterior, el sueño de los bebés es un tema que desvela a más de una madre, pues no resulta sencillo acostumbrar a los pequeños a dormir de noche. De modo que es necesario ser pacientes.
Lo que es cierto es que todos los bebés se despertarán por las noches, entre el primer y tercer mes de vida, extendiéndose en algunos casos hasta el sexto mes.
Para poder ayudar al bebé en este proceso es importante que conozca la noche, cerrando bien las cortinas para que no entre la luz, para que asocie la oscuridad y el silencio con el momento de dormir. Con un lamparín bastará para iluminar de forma tenue su cuarto.
Es importante, a su vez, respetar sus siestas pues aún así dormirá en la noche. Lo esencial es no hacer que cesen los ruidos típicos de la casa ni poner su cuarto en completa oscuridad, eso es conveniente reservarlo para la noche.
Hay que evitar darle su última toma un instante antes de dormir. Lo mejor es dársela una hora antes, así no se sentirá lleno y podrá botar sus gases, permitiéndole conciliar el sueño.
Por otro lado, es necesario acostar al bebé siempre a la misma hora. En esto, sí que hay que ser estrictos. De este modo, si fijamos la hora de dormir a las 8 pm, se le debe dar su última toma una hora antes para luego acostarlo.
Tampoco hay que cargarlo demasiado: háblale, cántale de manera suave, o dale masajes para que se relaje, pero hay que evitar cargarlo continuamente pues, de ser así, se acostumbrará irremediablemente a tus brazos.
Además, es de suma importancia mantener bien ventilada su habitación, que no haya corrientes de aire, pero tampoco al extremo de estar completamente cerrada. Inclusive, no hay que abrigarlo mucho ni dejarlo muy descubierto, de ese modo se conseguirá que su temperatura corporal sea adecuada.
Un buen baño de agua tibia, sobre todo a los bebés más grandecitos, es el mejor relajante que existe.
Siguiendo estas pautas, es posible lograr que, con el tiempo, el bebé tenga un buen ritmo de sueño, para su mejor descanso y el de su mamá también.
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Beneficios del baño para el bebé
El niño, al nacer, se encuentra inmerso en una etapa muy especial puesto que la llegada al mundo convierte a los niños en pequeños exploradores que tienen curiosidad a la hora de observar y descubrir el mundo que les rodea. Conforme los niños van creciendo se tornan más despiertos y más vivos. Pues bien, el baño forma parte de la rutina diaria del bebé. Un hábito que, evidentemente, tiene que ver con la higiene del pequeño. Pero el baño tiene muchos más beneficios de los que parece a simple vista.
Por ejemplo, el baño ayuda al niño a relajarse, de hecho, tiende a ver ese momento como un juego en el que puede divertirse en el agua y recibe a la vez la atención de los padres. Existe una hora ideal para bañar a los niños y es la noche. Ya que el baño relaja tanto a los peques que así también dormirán mucho mejor por la noche y descansarán de forma adecuada.
Después del baño se le puede dar al niño un masaje en la espalda. Lo cierto es que el cariño es un alimento emocional más que necesario para los bebés que necesitan sentirse queridos y protegidos de forma asertiva. En relación con la higiene del bebé también conviene matizar que no es adecuado utilizar bastoncillos para los oídos puesto que su uso es perjudicial.
Del mismo modo, los expertos recomiendan no cortar las uñas del niño. Sin embargo, en caso de que quieras hacerlo entonces debes tener claro que es muy importante que tengas muy buen pulso y precisión a la hora de realizar los movimientos. De hecho, cuando el bebé sale del baño es buen momento para cortale las uñas porque en ese momento suele estar más calmado y relajado. Además, es necesario realizar este proceso con unas tijeras o un cortauñas infantil.
Sin duda, los beneficios de un buen baño son infinitos para el bebé. Incluso, es posible poner una música relajante de fondo en el momento en que el niño disfruta en el agua y se siente completamente feliz. El agua es un verdadero regalo de la naturaleza.
Imagen: Sobrebebés.com