Ligero y nutritivo: claves de un buen desayuno

Durante el embarazo es fundamental desayunar bien, es decir, cuidar que el desayuno sea nutritivo, variado y ligero.  De ese modo, tendrás la seguridad de que le estás dando a tu organismo y al del bebé todo lo que precisan. Por eso, es común oír a los médicos decir que durante la gestación debe llevarse una dieta completa y equilibrada.

Al respecto, los especialistas sugieren que el desayuno de las embarazadas debe contener cereales, puesto que le brindan toda la energía que necesitan la mamá y el bebé debido a que son hidratos de carbono complejos. Asimismo, los cereales generalmente son bajos en grasa, así como una importante fuente de vitaminas y minerales y, un dato que no es menor, contienen menos cantidad de azúcar que la bollería.

De esta manera, un buen tazón de leche con cereales, preferentemente integrales porque aportan más fibra y sirven para combatir el estreñimiento, muy común en el embarazo; junto con una o dos frutas conformarán el desayuno ideal.

En el caso de las mujeres que están transitando el primer trimestre del embarazo y sufren náuseas por las mañanas, habituales en la mayoría de las futuras mamás; es probable que no puedan tomar un desayuno completo. De ser así, se puede tomar un vaso de leche, dado que suele admitirse bastante bien. De todos modos, hay que evitar tomarla apenas se levanten sino que lo mejor es comenzar ingiriendo algo sólido, como pan tostado o unas galletas, y luego beber la leche, preferentemente fría porque las bebidas calientes por lo general agudizan más las náuseas.

La fruta también les sentará bien, pero no cualquiera sino que la manzana, la sandía y la pera son las más indicadas.

También, se puede optar por la mermelada y el queso también sientan muy bien.

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Plan nutricional para después del parto

Durante los 9 meses de gestación, el bebé, de acuerdo ha ido creciendo y formándose en el vientre materno, fue absorbiendo vitaminas y minerales. De manera que, luego del parto, inmediatamente la madre debe comenzar un plan dietario para no solo recuperar las energías y nutrientes que perdió en el embarazo, sino para asegurar la calidad y cantidad apropiadas de leche materna.
El plan nutricional debe incluir porciones extra de calorías. El mínimo en una persona normal es 1,500, a lo cual hay que agregarle unas 300 calorías más, así como unos 70 u 80 gramos adicionales de proteínas.
Es bueno saber que uno de los minerales que más absorbe el bebé durante la gestación es el calcio, por consiguiente la madre tiene que recobrar los niveles bajos de calcio, ingiriendo entre 4 y 5 veces por día productos que lo contengan. El calcio, se halla en los productos derivados de la leche, como el yogurt, queso, mantequilla, entre otros.
Un cuerpo correctamente nutrido es aquel que consume a diario muchas frutas y verduras, por lo que la dieta debe contener al menos una taza de verduras y una de frutas.
Los  pescados y huevos, así como el aceite de oliva y los frutos secos, también son fundamentales en la alimentación de toda mamá ya que proveen los acidos grasos necesarios y vitaminas para subsanar las pérdidas de nutrientes, además de estimular la producción de leche de buena calidad.
También, es necesario tomar mucho líquido, 8 vasos por día como mínimo, que además de poseer efectos antioxidantes y diuréticos, ayuda a producir leche.
A contrario de lo que puede llegar a pensarse, todo ello no nos hará ganar peso, ya que mediante la producción de leche y lactancia, se estimula la pérdida de peso, además de generar las condiciones para que el útero regrese a su tamaño original.