El bache de los 2 meses

Una de las primeras crisis que afrontan todos los bebés en su primer año de vida es el «bache de los 2 meses«, lo cual hace  que se los note más llorones de lo normal y que demanden más leche para estar satisfechos. Esto es producto de lo que se conoce como ritmo de crecimiento.

La cuarentena es una fecha que mucho tiene que ver en esto. Por un lado, porque la madre ya se encuentra recuperada del parto y, por ende, retorna a su vida normal.  Y, por el otro,  porque la lactancia ya se encuentra establecida. Si bien esto no se produce a los 40 días exactos, lo cierto es que habitualmente los bebés experimentan un bache o una suerte de crisis al llegar a las 5 -7 semanas de haber nacido.

En nuevas investigaciones se corroboró que la ayuda de un psiquiatra infantil puede ser muy importante. En cierto periodo, los pequeños exhiben un comportamiento diferente al habitual, suelen llorar más y se muestran incómodos. Esto es debido a que el cerebro del bebé no madura de manera homogénea, sino que de repente aprende nuevas cosas y comienza a ver que su mundo está cambiando. Estos «baches», por así decirlo, tienen lugar en varias oportunidades durante el primer año. Es bueno saber que  cada «bache» es seguido luego por un periodo de tiempo de calma, en el que es  posible disfrutar de todo lo nuevo que haya aprendido el bebé.

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Factores que influyen en el ritmo de crecimiento de los niños

El crecimiento de bebés y niños constituye una de las cuestiones que más nos desvelan a los padres, sobre todo durante los primeros años. Una alimentación sana y equilibrada es fundamental para el adecuado crecimiento de los niños. Incluso, el sueño es otro de los factores que ejerce su influencia, de manera notable, en el desarrollo de nuestros hijos. También, la genética y la presencia de algunas enfermedades pueden ser determinantes en cuanto al ritmo de crecimiento.
La mayoría de los padres solemos preocuparnos sobre cómo crecen nuestros hijos,  y realizándonos planteos del tipo: ¿estará creciendo correctamente?, ¿se alimenta bien?, ¿su peso es el adecuado?
Hay una serie de factores que determinan el ritmo de crecimiento de los niños, como por ejemplo la herencia genética, la alimentación y el sueño, así como las enfermedades que puedan contraer durante sus primeros años de vida.
En este orden, la cuestión genética  es importante ya que los genes inciden en nuestro peso y talla. Por lo que si los padres son altos, es muy probable que el bebé también lo sea.
Con respecto a la alimentación, ésta también posee un papel relevante en el crecimiento de los bebés. Tanto la leche materna como la de fórmula aportan todos los nutrientes necesarios para el desarrollo y crecimiento adecuado de nuestros hijos. Lo realmente importante es que se debe comprobar que el bebé aumenta de peso con regularidad.
En tanto que en los niños más grandes, una alimentación saludable y equilibrada también es fundamental para su desarrollo físico e intelectual.
Por su parte, el sueño desempeña una función reparadora en los bebés, debido a que durante el mismo el organismo segrega la hormona de crecimiento. Por lo que resulta sumamente importante respetar sus horarios de sueño.
Cabe aclarar que existen graves enfermedades, como la celiaca,  que pueden retardar el proceso de crecimiento del bebé.
Teniendo en cuenta ello, es indispensable que ante la menor duda acerca del crecimiento de nuestros niños consultemos con el pediatra, quien sabrá detectar cualquier tipo de anomalía y encarar, así, el tratamiento correspondiente.