La leche de fórmula posee menos nutrientes que la materna

A pesar de que todos conocen los beneficios de la la lactancia materna, son muchas las madres que por diferentes motivos acaban optando por alimentar a sus bebés con leche de fórmula. Sin embargo, según algunos especialistas, está opción no parece ser muy conveniente para la salud de los pequeños.

Los expertos en salud coinciden en que la leche materna le brinda a los bebés valiosos anticuerpos, que son muy importantes para su desarrollo y que les permiten crecer de una manera más sana.  Pero, de acuerdo a diversas pruebas científicas, no ocurre lo mismo con la leche de fórmula, por eso es común que los niños que son alimentados con este tipo de leche sean más propensos a contraer enfermedades. Es por esta razón que los profesionales médicos recomiendan alimentar a los bebés exclusivamente con leche materna durante al menos los primeros seis meses de vida, pues éste es justamente un momento crucial en el que se registra el mayor crecimiento del ser humano.

Al margen de que hay disponibles en el mercado una amplia variedad de leches de fórmula, desarrolladas específicamente para brindar una alimentación con la misma cantidad de nutrientes que la leche materna, lo cierto es que no producen en los pequeños los mismos pilares esenciales de desarrollo óptimo.

Vale la pena recordar que la nutrición del bebé empieza en el vientre materno, pues en un comienzo recibirá todo lo que coma la madre, y esa es la razón por la cual las mujeres deben llevar una dieta equilibrada durante la gestación.

Tras producirse el nacimiento, lo más conveniente es que el niño sea alimentado de manera exclusiva con leche materna, por lo menos hasta cumplir los seis meses o el primer año de vida. Transcurrido este tiempo, la mayoría de los especialistas concuerdan en que se pueden incorporar las leches de fórmula como paso previo a incorporar los alimentos sólidos.

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El sobrepeso en las embarazadas predispone a los bebés a sufrir obesidad

Según los profesionales médicos, los problemas de sobrepeso o de obesidad en las madres constituyen un factor de riesgo en la gestación debido a que existe la posibilidad de que sufran complicaciones, que pueden llegar a afectar incluso al bebé que se está gestando.

En efecto, investigadores colombianos realizaron un nuevo estudio según el cual los problemas de sobrepeso en las embarazadas predispone al bebé que está en el vientre a padecer lo mismo, es decir, la mayoría de las mujeres obesas dan a luz a bebés obesos, algo pudiendo llegar a afectar su desarrollo desde su nacimiento.

Del estudio, que ha sido llamado «Factores de riesgo perinatales para sobrepeso y obesidad en escolares en una población bogotana», participaron unas 528 mujeres y sus respectivos niños cuyas edades oscilaban entre los 5 y los 10 años.

Uno de los ítems más importantes de la investigación ha sido el de la programación fetal, que da cuenta cómo el ambiente al que es expuesto un feto influirá indefectiblemente en él durante su desarrollo.

De esta manera, se verificó que aquellas mamás que sufrían de sobrepeso antes de quedar embarazadas poseían casi el doble de riesgo de que sus hijos padecieran obesidad entre los 5 y 10 años de edad. Por lo que el cuidado inapropiado de la mujer influye en la vida de los niños.

Las mujeres obesas corren el riesgo de tener bebés demasiado grandes. Incluso, es sabido que cuanto mayor sea el peso del pequeño al momento de nacer mayores serán las posibilidades de padezca obesidad, ya sea a corto como largo plazo, pues necesitará más calorías para poder mantenerse y las continuará almacenando.

Una alimentación inadecuada produce alteraciones hormonales que, cuanto antes comiencen, se volverán permanentes. En caso que el niño nazca con un peso normal también será susceptible de ser obeso, ya que adoptarán las malas costumbres alimenticias de sus madres que, sumado a una vida sedentaria, los expondrá a padecer serias enfermedades.

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Oír a sus madres ayudaría a los bebés prematuros para una recuperación más rápida

Recientemente, un nuevo estudio ha logrado demostrar que los bebés prematuros que oyen la voz de sus madres respiran mucho mejor.
De acuerdo a la información que se desprende del estudio, al oír la voz y el timbre de su madre se estimulan los latidos en el corazón del bebé prematuro, lo cual lo estimularía a tener una recuperación mucho más rápida, considerando que se trata de niños en situación de alto riesgo por haber nacido antes de la fecha prevista.
La información ha sido difundida por los investigadores de la Unidad de Cuidados Intensivos Neonatal del Hospital Brigham en Boston, Estados Unidos, quienes señalaron que los bebés nacidos entre las 26 y las 32 semanas de gestación aumentaron notablemente su ritmo cardíaco y regularizaron su respiración al escuchar a sus madres.
Dichos resultados, se obtuvieron de un análisis realizado a 14 bebés prematuros que se encontraban internados en la unidad de cuidados intensivos del hospital. A cada bebé, se le hizo oír una grabación de la voz de sus madres o su frecuencia cardiaca, tras lo cual evidenciaron una clara mejoría en su desarrollo, siendo menos propensos a sufrir eventos cardiorrespiratorios serios durante su recuperación.
Vale destacar la importancia de dicho estudio, pues los bebés nacidos antes de las 35 semanas de gestación corren riesgo de experimentar un descenso en la frecuencia cardiaca, además de las posibilidades de sufrir cáncer de pulmón o trastornos del sueño, como es el caso de la Apnea.

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Leche con proteínas para un mejor desarrollo de los bebés prematuros

Gracias a un estudio realizado por investigadores australianos, se descubrió que los bebés prematuros que son alimentados con leche materna fortificada con proteínas adicionales tienen mayor capacidad de desarrollarse sin correr el riesgo de sufrir problemas de crecimiento.
Según el proyecto elaborado por el equipo de Carmel T. Collins, del Centro Médico Flinders, en Bedford Park, Australia del Sur, los pequeños nacidos de manera prematura que se alimentan con leche materna no crecen en la misma proporción en comparación con aquellos que cumplen su tiempo en el interior del útero, aún cuando sean alimentados con fortificadores de leche humana, aunque todo funcionaría mejor al agregarse proteínas.
Durante la realización del estudio, se procuró definir el efecto que genera el refuerzo de proteína, para ello se le administró al azar a un grupo de 92 bebés nacidos antes de las 31 semanas de gestación, y que eran alimentados con biberones o por sonda, FLH con 1,4 g de proteína/100 mL o 1 g /100 mL.
Luego del seguimiento, se pudo descubrir que la talla promedio era similar en ambos grupos, pero en el grupo tratado con el refuerzo proteico había menos niños por debajo de la talla del porcentilo 10 en contraste al otro grupo de bebés.
En cuanto al peso, el grupo tratado con proteína pesaba un promedio de 2.760 gramos frente a los 2.539 gramos del otro grupo.
De este modo, los resultados sugieren que la utilización de un FLH con una concentración proteica de 1,4 g/100 mL disminuye las deficiencias del crecimiento en los bebés nacidos en forma prematura antes de las 31 semanas de gestación. No obstante ello, se concluyó que se necesitarían estudios aleatorios más grandes para obtener resultados clínicamente significativos.

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La alimentación en niños de 1 año

Muchos padres, suelen preocuparse cuando comienzan a notar que sus hijos, al llegar al año de vida, ya no comen  en la misma proporción  que antes. Pero esto, en verdad, es completamente normal en todos los niños pues ya no  necesitan comer como lo hacían antes, debido a que el crecimiento es mucho más lento. De modo que ya no precisan  tanta energía extra, como sí ocurría durante sus primeros meses de vida, momento en que engordan y crecen de forma rápida, en proporción mucho mayor  en relación a cualquier otro momento de sus vidas.
Al llegar al año de vida, la energía que ganan a través de los alimentos la usarán en  funciones vitales, como moverse, pero ya no requerirán energía para el crecimiento corporal. De este modo, cuando los niños empiezan a comer menos no hay que preocuparse. Si se les obliga a comer de más  puede ser perjudicial.
Es muy importante, entonces, que se les brinde alimentos saludables, como por ejemplo frutas, verduras, cereales, pan y  lácteos, evitando darle productos de bollería y bebidas ricas en azúcar o gasificadas, de lo contrario se llenarán mucho antes y no recibirán los nutrientes que su cuerpo necesita.
Mientras el niño luzca atento, sano y con energía, no hay motivos para preocuparse. Pero en caso que se lo note cansado, somnoliento y con poco interés por lo que lo rodea, será necesario consultar con un especialista para desechar posibles complicaciones.

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Los bebés menores de 6 meses no necesitan beber agua

Muchas mamás desconocen que a los bebés pequeños, menores de 6 meses, no es necesario darles agua, pues, de hecho, es contraproducente por diferentes razones porque el efecto del agua no es el mismo en adultos y en bebés.
Los beneficios para la salud que acarrea en los adultos beber agua a diario, producen el efecto contrario en los organismos de los recién nacidos. Por lo que los pediatras aconsejan que los bebés no deben tomar agua hasta al menos los seis meses de vida. Y si bien el agua es necesaria para preparar leche de fórmula o ciertos alimentos, como es el caso de las papillas, los pequeños no necesitan beber agua para hidratarse porque todo lo que precisan lo incorporan a través de la leche materna.
Si un bebé de menos de 6 meses de edad es hidratado con agua, puede ocasionarle pérdida del apetito. En consecuencia,  habrá dificultades de que el pequeño ingiera todo lo que precisa para su correcto desarrollo al momento de comer, ya que se pierde de ganar peso.
Durante los primeros meses de vida de todo bebé, su cuerpo no se halla realmente preparado para beber agua tal como lo hacemos los adultos, incluso ellos pueden llegar a intoxicarse con tan solo tomar un poco de agua. De manera que las consecuencias pueden ser en verdad graves, pudiendo llegar a presentar cuadros de convulsiones hasta estados de coma. De ahí que es de suma importancia que los pequeños no beban agua, pues no lo necesitan.
Sólo en caso que el médico así lo indique, el niño puede beber agua en escasas cantidades, de a cucharadas, preferentemente agua mineral embotellada o agua hervida, para evitar que alguna bacteria afecte su organismo.

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Bebés vegetarianos

Hay bebés vegetarianos, ya sea por el tipo de alimentación que prefieren darle sus padres, o incluso, por la propia elección del niño, quien a edades tempranas comienza a decidir qué le gusta y qué no, rechazando las carnes de forma natural.
Teniendo en cuenta esto, es bueno saber que los padres de un niño vegetariano deben tener en cuenta ciertos criterios al momento de alimentarlos. En este caso, la ayuda de un especialista será muy importante para aconsejarles a los padres cómo armarle al niño una dieta equilibrada, para su óptimo desarrollo. 
Resulta fundamental darle el pecho al niño, puesto que en esta etapa de su vida la fórmula de la leche de soya constituye un alimento incompleto, que no tiene punto de comparación con los beneficios que aporta la leche materna. De modo que la lactancia siempre debe estar presente, y de ser posible, debe ser prolongada.
A su vez, el pequeño necesita recibir un complemento vitaminico, aparte de uno a base de minerales, a fin de que su organismo reciba las cantidades necesarias de hierro, Vitamina D, Vitamina B12 y ácido Fólico.
Cuando el bebé deje de amamantar, es preciso proveerle otra fuente de calcio en su régimen de alimentación, para favorecer el desarrollo óseo y el crecimiento de los dientes.
Por otro lado, un bebé vegetariano necesita consumir queso vegetal y demás productos a base de soya, los cuales le servirán como fuente de proteínas cuando el bebé comience a ingerir alimentos sólidos.
Una vez que el pequeño haya dejado de consumir los cereales infantiles, es preciso darles porotos y cereales de grano entero, de los cuales obtendrán una mayor cantidad de vitaminas, minerales y proteínas de las que obtienen de los productos de origen animal.
También, hay que prestar especial atención a las calorías ya que los bebés vegetarianos se hallan en un punto crucial de desarrollo y crecimiento, y necesitan gran cantidad de calorías, algo que se torna mas complicado cuando son vegetarianos. Por eso, es esencial consultar con un especialista para no dejar nada librado al azar y que el niño crezca sano y fuerte.

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Factores que influyen en el ritmo de crecimiento de los niños

El crecimiento de bebés y niños constituye una de las cuestiones que más nos desvelan a los padres, sobre todo durante los primeros años. Una alimentación sana y equilibrada es fundamental para el adecuado crecimiento de los niños. Incluso, el sueño es otro de los factores que ejerce su influencia, de manera notable, en el desarrollo de nuestros hijos. También, la genética y la presencia de algunas enfermedades pueden ser determinantes en cuanto al ritmo de crecimiento.
La mayoría de los padres solemos preocuparnos sobre cómo crecen nuestros hijos,  y realizándonos planteos del tipo: ¿estará creciendo correctamente?, ¿se alimenta bien?, ¿su peso es el adecuado?
Hay una serie de factores que determinan el ritmo de crecimiento de los niños, como por ejemplo la herencia genética, la alimentación y el sueño, así como las enfermedades que puedan contraer durante sus primeros años de vida.
En este orden, la cuestión genética  es importante ya que los genes inciden en nuestro peso y talla. Por lo que si los padres son altos, es muy probable que el bebé también lo sea.
Con respecto a la alimentación, ésta también posee un papel relevante en el crecimiento de los bebés. Tanto la leche materna como la de fórmula aportan todos los nutrientes necesarios para el desarrollo y crecimiento adecuado de nuestros hijos. Lo realmente importante es que se debe comprobar que el bebé aumenta de peso con regularidad.
En tanto que en los niños más grandes, una alimentación saludable y equilibrada también es fundamental para su desarrollo físico e intelectual.
Por su parte, el sueño desempeña una función reparadora en los bebés, debido a que durante el mismo el organismo segrega la hormona de crecimiento. Por lo que resulta sumamente importante respetar sus horarios de sueño.
Cabe aclarar que existen graves enfermedades, como la celiaca,  que pueden retardar el proceso de crecimiento del bebé.
Teniendo en cuenta ello, es indispensable que ante la menor duda acerca del crecimiento de nuestros niños consultemos con el pediatra, quien sabrá detectar cualquier tipo de anomalía y encarar, así, el tratamiento correspondiente.

Datos curiosos de los bebés (II)

curiosidades bebes 2Cuando tu bebe nazca no te preocupes por el tamaño de la cabeza. La razón es que la cabeza del bebé es mucho más grande que el resto del cuerpo -para hacernos una idea, la cabeza por sí solo equivale a un cuarto del peso total del recién nacido-.

También, durante los primeros días es común que pierda parte del cabello, por el contacto con las sábanas y, si por causa del estrechamiento del canal del parto, sufre algunas deformaciones. No debemos obsesionarnos; pues, volverá a su estado “normal” en unos días. El cerebro de nuestro pequeño será el 10% del peso total de su cuerpo -en un humano adulto sólo es un 2%-.

Y, no es una leyenda: los niños nacen con la capacidad de nadar y lograr mantener la respiración bajo el agua. La causa es que mantienen su sistema de adaptación al medio acuático hasta que cumplen 6 o 7 meses. Esta capacidad les ayuda a la hora de tomar el pecho, son capaces de respirar y de tragar leche, todo al mismo tiempo.

Un dato que sorprende es que no es extraño ver bebés que nacen con los ojos azules. No debemos pensar nada raro; puede suceder aunque en la familia no haya antecedentes de niños con ojos claros- es a causa de una falta de pigmentación, que se desarrollará poco después del parto.