Fatiga luego del parto

Luego del parto es muy común sentirse fatigada, ya que  durante las primeras semanas, e inclusive meses, pueden llegar a ser muy agotadores.
Por este motivo, es muy importante poder organizarse, intentando adaptarse de a poco a los ritmos de vida del bebé para poder realizar las tareas diarias y descansar.
Lógicamente, ya no es posible dormir toda la noche de un tirón. De modo que es conveniente adaptarse a los ritmos de sueño del bebé, para aprovechar a descansar cuando el bebé duerme. Estos breves cortos resultarán bastante reparadores.
Por otra parte, durante las primeras semanas de vida del bebé, es bueno limitar las responsabilidades, pues no hay nada más importante que alimentar a tu bebé.
También, es necesario reducir las visitas, ya que si bien es grato recibir la visita tanto de familiares como de amigos, no lo es tanto si te sientes  fatigada. No te preocupes, sin dudas, todos lo entenderán.
Otro punto a tener en cuenta está relacionado con el paseo. Salir, un rato cada día, a dar un paseo con tu hijo te revitalizará, además de permitir distraerte y hacer un poco de ejercicio.
Nunca hay que dudar en pedir ayuda cuando lo creamos necesario, pues un recién nacido demanda mucho tiempo de atención y energía, por lo que estaría bueno contar con alguien en casa para que nos ayude con  los quehaceres domésticos.
En cuanto a la alimentación, es fundamental tener presente que en esta etapa es esencial ingerir alimentos nutritivos, lo que nos permitirá sobrellevar los cambios que sufrió el cuerpo durante el embarazo y el parto. Además, resulta indispensable alimentarse adecuadamente, llevando una dieta saludable y equilibrada, para contar con todos los nutrientes necesarios para  estar saludables y preparadas para amamantar a nuestro hijo.

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Dormir con los padres es contraproducente para el niño

Los padres sabemos lo difícil que es tener que dejar a nuestro bebé llorando en su habitación, o tener que pasar la noche despiertos porque no quiere dormir solo. Si bien la mayoría de los bebés a partir de los tres meses de vida adoptan rápidamente el ritmo normal del sueño, a otros les toma bastante más tiempo, llegando incluso a rozar el año.
Por esta razón, muchas veces los papás suelen  tomar la decisión de colocar al bebé en su cama, decisión que si bien puede parecer satisfactoria en el momento, debido a que el pequeño se duerme porque se siente seguro, no es lo más aconsejable con el paso del tiempo.
Dormir al pequeño en la cama de sus padres, es un tanto perjudicial, ya sea para el niño, que no logra acostumbrarse a las rutinas necesarias, como para los padres, que no sólo pierden intimidad sino que terminan cediendo un espacio propio, tan importante para que la pareja mantenga vivo su propio vínculo. No se debe olvidar que la cama de los adultos es un lugar privado y, por tanto, es solo para los padres.
Para evitar que esto suceda, siempre es más conveniente establecer las rutinas del sueño del bebé, acostándolo antes que los padres y respetando los horarios. También, es bueno acompañar al pequeño hasta que se duerma.
Recuerden que dormir junto a los padres no solamente influye negativamente en la intimidad de los adultos, limitándola, sino que a  la vez puede ser perjudicial para el desarrollo y la buena salud del niño. Por más bello que pueda resultar dormir con nuestro pequeño, es importante saber que cada cual debe tener su propio espacio De ese modo, se evitarán problemas a nivel de la pareja y se favorecerá el crecimiento adecuado del niño como ser independiente.