Los celos comunes ante la llegada de un hermanito

Ante la llegada de un hermano son muy normales los celos, sobre todo en niños de dos años en adelante ya que son sumamente sensibles a los cambios. Para ayudarles a superar dichos celos, los padres tenemos que hablar previamente con nuestro hijo y dejarle que toque el vientre de mamá. Y, lo más importante, cuando nazca el bebé, es necesario dedicarle más tiempo al hermano mayor para evitar que se sienta desplazado.
Los celos, una combinación de amor y odio muy complicada de tolerar, representan un sentimiento natural. Los cuales pueden expresarse de diferentes maneras, a través de berrinches, llanto, irritabilidad, o mediante otro tipo de acciones, como hacerse pis encima.
Por eso, sin importar la edad que tenga su hijo, los padres deben explicarle a él que va a tener un hermano. No es bueno esconder aspectos tan evidentes como el embarazo, ya que resulta contraproducente.
Hay que dejar al niño que toque el vientre de su mamá. También,  pueden mostrarle fotos suyas de cuando él era pequeño o mostrarle otros bebés para que se vaya haciendo una idea de lo que va a suceder.
En sí, lo que el niño espera es que llegue un compañero de juego y no un bebé. De ahí que resulta indispensable explicarle la diferencia y que tendrá que pasar un tiempo hasta que puedan jugar juntos. 
Para el hermano mayor, el bebé, a quien ve como un invasor de su territorio, demanda mayor atención y el tiempo de sus padres. En estos casos, es conveniente  reservar un espacio para el juego para el hermano mayor, dándole al pequeño un espacio amplio con sus juguetes y enseñándole que hay zonas que deben ser respetadas. Y siempre hay que dejar bien claro que no se permite ningún tipo de agresión.
Al mismo tiempo, los padres deben intentar repartirse el tiempo dedicado a los hijos. De ese modo, mientras uno se dedica al bebé, el otro puede dedicarse a los hermanos mayores acompañándoles en sus actividades diarias.
Si bien al comienzo la llegada de un hermanito es una situación un tanto difícil para el o los hijos mayores, con el tiempo se vuelve una experiencia maravillosa. Lo fundamental es demostrarles mucho cariño, ya que eso les da seguridad y les ayuda a crecer y a ser independientes.

La llegada del hermanito

La llegada de un hermanito, en todos los casos, trae consigo grandes cambios para el hijo mayor, quien lógicamente al principio se siente desplazado ya que, desde que llegó el bebé a casa, mamá le presta menos atención.
Es por ello que, ante esta situación, los padres debemos evitar realizar cambios drásticos en la vida del pequeño. Es decir, no es conveniente realizar la retirada del pañal ni abandonar el chupete, así como tampoco es aconsejable la incorporación del niño a una guardería o a un nuevo colegio tras el nacimiento de su hermanito, debido a que puede llegar a creer que lo que sucede es culpa del nuevo integrante de la familia. De todos modos, si el cambio es algo inevitable, lo mejor es que se produzca durante el embarazo.
En cuanto a las visitas, es bueno pedirles que le presten más atención al hermano mayor, evitando que sólo se centren en el recién nacido.
Por otro lado, también resulta importante hacerlo participar en el cuidado del bebé, festejando en cada ocasión su ayuda. Hay que mimarlo mucho y, en especial, ser paciente, sin importar que se muestre irritable y efectúe comentarios desagradables respecto al bebé.
Tampoco se debe insistir demasiado en que es el más grande ahora, puede permitírsele ser chiquito de vez en cuando.
Al mismo tiempo, es bueno dedicarle un rato exclusivamente para él de manera diaria.
Pero sobretodo hay que desdramatizar la situación, con el tiempo el niño se dará cuenta de que no es tan malo compartir a mamá y llegará a estar encantado con su hermano, siendo desde ese momento su más fiel protector.