Efectos de la depresión materna en el desarrollo del lenguaje de los bebés

Ya es sabido que los casos de depresión materna repercuten de manera directa en los hijos, tanto durante el embarazo como después de nacer. Hace poco, se dio a conocer que la depresión de la mujer y la toma diaria de un antidepresivo puede afectar al niño, viéndose comprometido su desarrollo del lenguaje.

Esta información se desprende de un nuevo estudio que estuvo a cargo de  investigadores de la Universidad de Columbia Británica, en conjunto con la Universidad de Harvard y el Hospital Infantil de Columbia Británica. Los resultados dieron cuenta de que el tratamiento de la depresión materna con determinados antidepresivos puede acelerar la capacidad de los bebés para percibir los sonidos y, de ese modo, comenzar a familiarizarse con su lengua materna. En tanto que cuando los cuadros depresivos no reciben el tratamiento necesario, se puede ralentizar dicho período de ajuste.

En la investigación se ha logrado demostrar cómo la depresión materna y el tratamiento que se aplique a ella pueden modificar el lenguaje en los bebés. De todos modos, aún se desconoce si el hecho de acelerar o retrasar el desarrollo del lenguaje puede llegar a implicar algún tipo de consecuencia permanente en la adquisición futura del lenguaje o si, en cambio, hay vías de desarrollo que pueden ser tomadas como alternativas.

Durante el proceso de investigación se estudió a tres grupos de madres que presentaban síntomas evidentes de depresión. Uno de los grupos fue tratado con inhibidores de la recaptación de la serotonina. Por su parte, las mujeres que conformaban el segundo grupo no tomaban ninguna medicación para su depresión, mientras que las mujeres del tercer grupo ya habían superado la depresión y no presentaban síntomas.

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La excesiva exposición frente al TV repercute en el desarrollo de los niños

No son pocas las familias que acosumbran dejar encendida la televisión  todo el día a modo de compañía. Ante esto, los especialistas se han encargado de señalar que es una costumbre por demás negativa ya que puede afectar el desarrollo de los niños. Precisamente, se llevó a cabo una encuesta en los Estados Unidos acerca del consumo de la televisión por parte de los pequeños, según la cual los niños pasan la misma cantidad de horas frente al TV que en la escuela.

Los expertos aseveran que los niños, entre los 8 meses y los 8 años de edad, pasan unos 232 minutos diarios en su hogar con la televisión como ruido de fondo, a lo cual se le suman unos 80 minutos extra de exposición activa. En total, los niños están aproximadamente 5 horas por día en constante contacto con el aparato, un dato que resulta realmente sorprendente.

De la encuesta participaron 1500 padres, quienes debieron contestar preguntas sobre las actividades que realizaban sus hijos, debiendo detallar si tenían la costumbre o no de dejar prendido el televisor aún cuando no se esté mirando nada en particular. La situación es preocupante, y debe ser tomada por los padres como una señal de alarma.

De manera que la televisión debería permanecer apagada cuando no la están mirando, limitando su consumo por parte de los menores de 2 años pues el ruido que genera el aparato puede confundirlos en esta etapa tan importante en la que están comenzando a aprender a hablar. Los bebés a quienes leen cuentos sus padres se animan a balbucear palabras, en tanto que los que miran televisión permanecen en silencio. Por lo que el desarrollo del lenguaje se ve seriamente amenazado.

A pesar de que los especialistas no saben exactamente cuáles son los efectos que esta circunstancia ocasiona en el cerebro de los niños, sí se sabe que a causa de estas costumbres los pequeños juegan menos o realizan poca actividad física, lo cual los va condicionando paulatinamente, volviéndolos sedentarios y exponiéndolos a padecer obesidad o cualquier otro tipo de problemas de salud.

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Aspectos positivos y negativos del uso del chupete

Existen versiones a favor y en contra del uso del chupete, uno de los instrumentos favoritos de los más pequeños.
Los chupetes son una especie de aliado que ayudan a los bebés a conciliar el sueño, ya que  el acto de succión provoca la liberación de productos químicos que disminuyen el estrés, tranquilizándolos hasta alcanzar un estado de relax que permite que se queden dormidos. Por el mismo motivo, el chupete sirve para calmar el llanto del bebé, tranquilizarlo e incluso para contrarrestar dolores ocasionados por vacunas o enfermedades.
Al mismo tiempo, el uso de chupete estimula la producción de saliva y  es muy útil para combatir el dolor que el pequeño puede sufrir durante el proceso de dentición. A su vez, es bueno para los bebés prematuros puesto que les ayuda a mejorar el reflejo de succión, mejorando su alimentación.
Inclusive, se cree que el uso de chupetes por la noche reduce el riesgo de muerte súbita, aunque aún no se sabe bien el porqué, pues ayudaría a mantener abiertas las vías respiratorias del bebé mientras duerme.
La mayoría de los niños inconscientemente adquieren la costumbre de chuparse el dedo o sus puños, algo que a un futuro les puede traer problemas dentales. Este mal hábito queda relegado si se usa el chupete. A la vez, resulta más sencillo acostumbrarlo a dejar el chupete que acostumbrarlo a que ya no succione sus manos.
Además de todos estos aspectos positivos, el chupete también posee su lado negativo, en especial si no controlamos la frecuencia con que es usado por nuestro hijo.
Cabe destacar, que lo más recomendable es aguardar hasta las 6 semanas de vida para darle su primer chupete. Caso contrario,  el bebé no succionará correctamente el pecho de la mamá, trayéndole claras consecuencias en su alimentación.
En los bebés mayores de 12 meses, el chupete puede ocasionar dificultades en el desarrollo del lenguaje, dado a que quita las posibilidades donde el pequeño aprende a balbucear. Por otro lado, cuando su uso se prolonga hasta los 3 o 4 años, generalmente se asocia al chupete con problemas dentales como sobremordida, mordidas cruzadas o hendiduras en el paladar.
El uso del chupete durante largos períodos puede ocasionar infecciones, por el traslado de bacterias desde la boca hacia la garganta y oídos.

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