Efectos de la depresión materna en el desarrollo del lenguaje de los bebés

Ya es sabido que los casos de depresión materna repercuten de manera directa en los hijos, tanto durante el embarazo como después de nacer. Hace poco, se dio a conocer que la depresión de la mujer y la toma diaria de un antidepresivo puede afectar al niño, viéndose comprometido su desarrollo del lenguaje.

Esta información se desprende de un nuevo estudio que estuvo a cargo de  investigadores de la Universidad de Columbia Británica, en conjunto con la Universidad de Harvard y el Hospital Infantil de Columbia Británica. Los resultados dieron cuenta de que el tratamiento de la depresión materna con determinados antidepresivos puede acelerar la capacidad de los bebés para percibir los sonidos y, de ese modo, comenzar a familiarizarse con su lengua materna. En tanto que cuando los cuadros depresivos no reciben el tratamiento necesario, se puede ralentizar dicho período de ajuste.

En la investigación se ha logrado demostrar cómo la depresión materna y el tratamiento que se aplique a ella pueden modificar el lenguaje en los bebés. De todos modos, aún se desconoce si el hecho de acelerar o retrasar el desarrollo del lenguaje puede llegar a implicar algún tipo de consecuencia permanente en la adquisición futura del lenguaje o si, en cambio, hay vías de desarrollo que pueden ser tomadas como alternativas.

Durante el proceso de investigación se estudió a tres grupos de madres que presentaban síntomas evidentes de depresión. Uno de los grupos fue tratado con inhibidores de la recaptación de la serotonina. Por su parte, las mujeres que conformaban el segundo grupo no tomaban ninguna medicación para su depresión, mientras que las mujeres del tercer grupo ya habían superado la depresión y no presentaban síntomas.

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Técnicas para mejorar la calidad del sueño en los bebés

La mayoría de los expertos no dudan en sostener la importancia de adoptar ciertas técnicas para enseñarle a dormir al recién nacido, puesto que es un procedimienco de suma eficacia que, con el tiempo, ayuda a mejorar la calidad del sueño de los pequeños así como a disminuir los síntomas ocasionados por la depresión materna.
Un estudio realizado recientemente por investigadores del Murdoch Childrens Research Institute, de Australia, ha comprobado la efectividad de las técnicas de entrenamiento para conciliar el sueño en los infantes, a pesar de que aún hay quienes sostienen que  intervenir en la conducta de los recién nacidos pueden provocar a futuro daños en  su desarrollo emocional y, por consiguiente, en su salud mental.
Del estudio participaron unos 225 bebés, a los cuales se les efectuó un seguimiento durante sus primeros seis años de vida con el fin de analizar las técnicas conductuales de sueño, para evaluar, entre otras cosas, la salud mental no sólo del pequeño sino también de su madre.
A la mitad de los participantes, se les brindó la opción de someterse un programa de sueño que consistía básicamente en el empleo de rutinas al momento de dormir, así como la utilización de una de las dos técnicas conductuales de sueño: confort controlado, en la que los padres responden al llanto nocturno de su bebé a períodos cada vez más prolongados, para que éste puede aprender a autoconsolarse;  y acampar,  técnica según la cual la madre o el padre debe sentarse cerca de su hijo para ayudarlo a que aprenda a dormirse solo, hasta llegado el momento en que su presencia no sea necesaria.
Los resultados arrojados por dicho estudio han sido elocuentes, pues se evidenciaron grandes mejoras en la salud mental así como en la calidad del sueño, sobre todo al llegar a los dos años de edad.

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Efectos de la depresión materna en el desarrollo infantil

Según los especialistas, la depresión materna puede influir en el desarrollo del bebé durante el embarazo e incluso después de su nacimiento, lo cual se relacionaría con las bajas expectativas para el niño en función a una desatención durante su crianza por parte de la madre, quizá desarrollada involuntariamente.
Al mismo tiempo, la Academia Estadounidense de Pediatría sostiene que la depresión postparto puede afectar de manera negativa en los pequeños, perjudicando su desarrollo físico, lo cual repercutiría directamente en su crecimiento, incidiendo de este modo en la estatura de los mismos. Por este motivo, los expertos subrayan la importancia de llevar a cabo un tratamiento apropiado para combatir la depresión materna durante el primer año de haberse producido el parto, para así prevenir que los niños tengan baja estatura.
Al respecto, Pamela J. Surkan, de la Escuela de Salud Pública Johns Hopkins Bloomberg, en Baltimore, en una nueva investigación sobre el tema postula que si bien investigaciones anteriores lograron demostrar que la depresión materna puede influir negativamente en el desarrollo de los niños, retardando incluso su crecimiento durante los primeros dos años de vida, no hay mucha información que de cuenta acerca de cómo estos síntomas inciden en los niños mayores.
Durante la realización del estudio, se comprobó que los síntomas de depresión materna después de haber transcurrido nueve meses del parto tendrían efectos negativos sobre el crecimiento de los niños de más de tres años de edad, pues se ha logrado comprobar que  los hijos de madres que sufren una depresión severa poseían un 48% de probabilidades de situarse por debajo de la media de estatura apropiada en torno a los cuatro y cinco años, en comparación con otros pequeños cuyas madres no padecían depresión.
Las causas de la depresión materna podrían estar relacionadas con una alimentación pobre, como sería el caso de  una breve lactancia materna, así como una falta de apego entre madre-hijo, algo vital para que el desarrollo del bebé sea adecuado.

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