Por lo general, antes del parto, el feto suele estar ubicado cabeza abajo mirando hacia la espalda de la madre. Esta posición es la que le posibilita salir con mayor facilidad por el canal del parto. Algunas veces, el feto se encuentra de nalgas o de cara, lo cual es un riesgo para sí mismo como para la madre, por eso en estos casos el médico ginecólogo suele inclinarse por practicar una cesárea.
Lo usual, es que el feto se halle boca abajo y mirando en dirección a la espalda de la mujer, posición que favorece el paso por el canal del parto.
No obstante, la presentación de nalgas completa, con una pierna colgando hacia abajo, así como la presentación de cara, pueden implicar un riesgo tanto para la madre como para su hijo. Por ese motivo, cuando se da alguno de estos casos, es que se suele practicar una cesárea.
En ciertos casos en que el bebé se encuentra ubicado de nalgas, es posible realizar un parto vaginal. Aunque ésta es una decisión que debe ser tomada con gran precaución por el médico ginecólogo. Si el profesional decide que el parto ocurra de forma natural, luego que hayan salido las piernas y la parte inferior del bebé, se debe proceder a la extracción de los hombros y del resto del cuerpo. Incluso, es posible que se requiera el uso de fórceps para ayudar en la extracción de la cabeza del bebé.
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La ingesta de ácido fólico puede prevenir malformaciones congénitas en el feto
Si te encuentras planificando quedarte embarazada, es recomendable que comiences a tomar ácido fólico o vitamina B9, el cual consiste en un suplemento vitamínico que se encuentra, en ciertos vegetales, frutas y legumbres. O, mejor aún, puedes tomar ácido fólico en comprimidos, que podrás adquirir en cualquier farmacia.
El ácido fólico o vitamina B9 ayuda, desde el comienzo del embarazo, a prevenir malformaciones congénitas o mayores en el feto, así como defectos del tubo neural en el futuro bebé, garantizando así el buen desarrollo del feto.
Tanto el cerebro como la médula espinal se forman a partir del tubo neural en el primer mes de gestación, de ahí la importancia de prevenir cualquier tipo de malformación tomando ácido fólico desde antes que se produzca la fecundación.
Gran parte de las mujeres no consulta al ginecólogo hasta que sospecha estar embarazada, a pesar que lo ideal es hacerse un chequeo médico antes del embarazo. Una de las primeras medidas que aconseja el médico especialista, esté o no embarazada la mujer, es la toma de ácido fólico, cuya importancia en la prevención de determinadas enfermedades, como la espina bífida, se halla más que demostrada.
Un dato importante, que revelan estudios recientes, es que el riesgo de que el bebé sufra ciertas malformaciones congénitas disminuye entre un 50 y un 70% si se empieza a ingerir ácido fólico hasta con un mes de antelación a la concepción.
Al mismo tiempo, el ácido fólico también sirve de ayuda para prevenir otras malformaciones mayores, como por ejemplo labio leporino y paladar hendido, así como a evitar nacimientos prematuros y cuadros de anemia en la mujer.