Parto de nalgas

Un parto de nalgas se da cuando el bebé no se encuentra en la posición habitual para el parto, es decir, con la cabeza abajo. Aproximadamente a los ocho meses de gestación, no hay mucho espacio en el útero y, en la mayoría de los casos, los bebés maximizan su pequeño espacio ubicándose cabeza abajo, posición que recibe el nombre de «presentación cefálica o de vértice».
En los partos a término, alrededor del 97 por ciento de los bebés adoptan la posición denominada presentación cefálica, y el resto se encuentran mayormente de nalgas.
Hay diversas posturas de nalgas: nalgas francas, cuando el bebé posee las nalgas abajo, con las piernas dobladas y los pies cerca de la cabeza; nalgas completas, cuando tiene las nalgas abajo y las piernas cruzadas estilo indio; y la posición podálica, cuando están uno o los dos pies abajo, preparados para salir primero.
Habitualmente, el médico tiene la posibilidad de conocer en qué posición se halla el bebé al tocar el abdomen de la embarazada, pudiendo así localizar tanto la cabeza como la espalda y las nalgas del bebé. Si con el tacto abdominal no queda bien claro cuál es la posición del bebé, el médico puede optar por realizar un tacto vaginal para poder precisar de ese modo qué parte del bebé se encuentra en la pelvis. De todos modos, en algunos casos puede que necesite hacer un ultrasonido para corroborar la posición del bebé.
Lo más común es que, si el bebé está de nalgas, se le practique a la madre una cesárea, pues esa es la forma más segura de dar a luz. Aunque existen casos en que aun así el bebé nace por parto vaginal.
En la semana 37, el bebé aún se puede dar vuelta por sí solo. Por lo que  previo a realizar la cesárea, se le practica a la madre un ultrasonido para confirmar que el bebé continúa de nalgas.

Imagen:

http://embarazo10.com/wp-content/uploads/Breech-Babies_thumb1.jpg

Dolor al amamantar

Cuando amamantamos a nuestro bebé, es muy posible que experimentemos sensaciones de ardor o dolor, aunque esto suele ocurrir tan solo en algunas ocasiones. Por ese motivo, es preciso que sepamos distinguir los síntomas para poder actuar correctamente, sin perjudicar al recién nacido.
Una de las razones por las que es posible sentir dolor en los pezones al darle la teta a tu bebé puede ser porque no está sujetando bien el pezón. Lo cual es muy simple de solucionar acostumbrando al pequeño a agarrar bien el pezón con su boca desde la primera mamada.
En caso que no esté succionando bien, puedes ayudarlo bajando su barbilla en el momento que está lactando para que el pezón choque de forma directa con su paladar. Además, su cabeza debe estar ligeramente inclinada hacia atrás y no así hacia adelante, de lo contrario la mala posición no le permitirá al pequeño succionar como es debido. El bebé siempre debe que tomar el pezón entre su lengua y el paladar, nunca de otra manera.
Al mismo tiempo, hay que tener en cuenta que no solamente el pezón tiene que estar dentro de la boca del bebé, sino también la areola completa. Esto lo puedes conseguir acercando tu pecho a la boca del pequeño, para lograr que abra bien la boca. Cuando esto suceda, tienes que introducir la totalidad de la areola en la boca del bebé.
Por otra parte, si te duelen o arden los pezones durante o después de darle el pecho a tu bebé, existe la posibilidad de que poseas una infección producida por el hongo Cándida Albicans (candidiasis), la cual es bastante contagiosa pero puede remediarse  con algunas medicinas que te recetará tu médico.
Por eso, en cualquiera de los casos es importante consultar con tu médico, para que en función a los síntomas que presentas te pueda guiar en tu proceso de lactancia, corroborando que te encuentres sana para que tu bebé crezca saludable.

Parto por cesárea

Muchas mujeres, ya sea por consejo médico, cualquiera sea el caso, como por decisión propia, tienen sus hijos por cesárea. La cesárea consiste en una cirugía que es practicada para extraer al bebé y a la placenta del útero materno, cuando por algún motivo en particular el parto vaginal no es viable. De hecho, según las estadísticas, 1 de cada 5 bebés nacen por cesárea.
Las cesáreas pueden dividirse en 2 grupos: programadas y de urgencia.  Las cesáreas programadas son pautadas con anterioridad al trabajo de parto, existiendo la posibilidad de  fijar con comodidad fecha y hora del procedimiento.
Por su parte, las cesáreas de urgencia son efectuadas cuando surge algún inconveniente durante el trabajo de parto, con el fin de evitar riesgos en la salud de la mamá o del bebé.
Las cesáreas programadas, por lo general, son efectuadas en el caso de que exista una mala posición y mala presentación del bebé; cuando el bebé está sentado o ubicado en forma transversal; embarazo múltiple, cuando se trata de dos o más bebés ubicados en posiciones peligrosas para un parto vaginal;  herpes genital, para evitar el riesgo de contagio del bebé al pasar por el canal del parto, Placenta pevia, cuando la misma se halla bloqueando la salida del bebé, enfermedades maternas, que pueden poner en peligro la vida de la madre o del bebé; y cirugías uterinas previas, como cesáreas anteriores o miomectomías.
Por otro lado, se realizan cesáreas de urgencia debido a afecciones de la placenta, por desprendimiento placentario o placenta previa con sangrado;  tamaño del bebé, cuando son muy grandes en relación al tamaño de la pelvis materna; sufrimiento fetal, cuando los latidos cardíacos fetales se ven alterados durante el trabajo de parto; vueltas del cordón umbilical, el cual puede  enrollarse alrededor del bebé impidiendo que el flujo sanguíneo del cordón sea normal; procidencia del cordón umbilical, cuando el cordón impide el flujo de sangre e impide que el bebé pueda oxigenarse correctamente; y detención del trabajo de parto, por insuficiente dilatación o porque el bebé está ubicado en alguna posición inadecuada.
En la actualidad, un 60% de las embarazadas a las que se les ha realizado una cesárea con anterioridad requiere nuevamente de otra cesárea, ya que el principal riesgo que corren es la rotura uterina en la zona de la cicatriz del útero de la cesárea anterior, lo cual reviste una complicación seria tanto para la madre como para el bebé. De modo que en todos los casos se debe realizar un interrogatorio muy preciso de las causas de la cesárea previa, para que el médico pueda evaluar cada caso en particular y definir los riesgos individuales.

Los movimientos del bebé en el vientre materno

Los movimientos fetales empiezan a percibirse entre las semanas 18 y 24 de gestación.
Por lo general, las famosas «pataditas» del bebé son percibidas por la embarazada cuando reduce la actividad y permanece acostada. Usualmente, esto ocurre durante la noche, cuando se está más atenta a los cambios de posición del bebé.
Los primeros movimientos del bebé, se sienten como vibraciones o como una sensación de burbujeo dentro de la panza.
A medida que el embarazo avanza, los movimientos pueden ser identificados de manera más clara e, incluso, es posible visualizar alguna parte de su cuerpo, como un codo, un talón o la cola, o percibir que el bebé se está moviendo para cambiar de posición.
En algunos casos, el bebé se moverá como respuesta a un estímulo específico, como es el caso de la música, un sonido o las emociones.
Es a partir de la semana 24 cuando el bebé puede tener hipo. En caso de que esto ocurra,  la mamá sentirá en el vientre leves y pequeños espasmos involuntarios y repetitivos.
Acercándose al final del embarazo, los movimientos tenderán a ser menos intensos y más definidos, debido a que el bebé cuenta con menos lugar para moverse.
Desde la semana 28 es de suma importancia reconocer y percibir cuando el bebé se esté moviendo. Un método casero que sirve para sentir los movimientos del bebé es comer o tomar algo dulce, aguardar unos minutos y recostarse, ya que en esa posición pueden distinguirse los movimientos con mayor claridad.
En caso que poseas la más mínima duda o sospecha de que el bebé ha pasado varias horas sin moverse, es importante que acudas al médico con celeridad para que pueda evaluar, a través de un ultrasonido o monitoreo, el estado de salud del bebé.

Foto