Síndrome de inestabilidad pelviana

Durante el embarazo, puede ocurrir que la pelvis se vuelva inestable, lo que produce una sobrecarga en los ligamentos y la consecuente aparición de dolor en la madre.
En un comienzo, las molestias se sienten ligeramente en la parte del pubis y el coxis al realizar determinados movimientos, como sentarse, subir y bajar del auto, subir escaleras, etc. Pero a medida que la gestación avanza, se suelen intensificar, pudiendo llegar al extremo de hacer que las madres arrastren los pies al caminar o necesiten trasladarse en una silla de ruedas.
Si bien los dolores de espalda o piernas son muy comunes en las embarazadas, éstos pueden agudizarse hasta impedirles que lleven una vida normal. Es en estos casos cuando se habla del síndrome de inestabilidad pelviana, lo cual requiere de una consulta con el médico para que indique el tratamiento a seguir.
Es necesario identificar cuáles son los movimientos que mayores molestias ocasionan, eso permite corregir las posturas y aliviar el dolor.
Existen algunas recomendaciones para las embarazadas que sufren del síndrome de inestabilidad pelviana, como dar pasos pequeños al andar, para evitar tener que arrastrar los pies; doblar las rodillas cuando se está de pie, separar las piernas al sentarse, doblar las rodillas y conservar la espalda derecha al agacharse y evitar los movimientos asimétricos.
Para prevenir la inestabilidad de la pelvis, hay ciertos hábitos que se aconseja adoptar, como usar faja para sujetar el vientre y mantener firme la pelvis, moverse correctamente, no permanecer mucho tiempo sentada o inactiva y tomar vitamina C  para favorecer la elasticidad y reducir la inflamación de las articulaciones.

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Etapa del babeo en los bebés

A partir de los seis meses de vida los bebés, por diversos motivos, comienzan a babear más.
Una de las razones que explican esta situación es que se activan las glándulas salivares de los niños para permitirles deglutir los nuevos alimentos que van incorporando a su dieta.
A ello se le suma el hecho de que aún no está acostumbrado a tragar tanta saliva, por lo que la expulsa en forma de baba a través de las comisuras de los labios, para evitar atragantarse con ella.
Además, dicha etapa coincide con  la salida de los primeros dientes. La producción de saliva es propiciada por el roce constante de la lengua con la encía, producto de las molestias que sienten los pequeños durante el periodo de dentición. Incluso, cuando se meten los dedos en la boca, la cantidad de saliva producida aumenta.
En definitiva, si bien el babeo es un indicio de que el bebé está creciendo, éste le puede producir molestias, tales como constipación, irritación de la piel en la zona de la barbilla, gases y escoceduras en la cola.
Durante la etapa de babeo es necesario colocarle siempre al pequeño un babero de algodón suave forrado de plástico. De ese modo, evitarás la irritación en el mentón y el bebé permanecerá con su ropa seca.
También, es importante cambiarle el pañal seguido para evitar las escoceduras, que de aparecer pueden ser tratadas con una pomada.

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La dentición en los bebés

La dentición representa para los bebés un proceso arduo y doloroso, siendo a su vez bastante  trabajoso para los padres. De modo que es importante conocer cómo es el proceso para saber como actuar en ese momento.
La dentición puede empezar a los 3 meses de edad de los pequeños y continuar hasta los 3 años. Por lo general, los primeros dientes en asomarse son los dos dientes frontales inferiores, denominados incisivos centrales. A ellos, les siguen los 4 dientes superiores. Las muelas salen más tarde y los colmillos, por último.
Aproximadamente, a los 3 años es cuando los niños poseen la dentadura casi completa, con 20 dientes de leche. De todas maneras, hay algunos casos en los que los bebés ya nacen con uno o dos dientes.
Cuando los bebés comienzan el proceso de dentición, pueden mostrarse irritables y con mal humor durante. Lo cual puede acarrear alteraciones del sueño y falta de ganas de comer.
En la etapa de dentición, es normal que los bebés tengan fiebre, pues las encías, al estar sensibles o hinchadas, pueden producir la elevación de la temperatura corporal.
Otra de las cosas que pueden notar los padres es la excesiva baba del pequeño al morder cosas. Por lo que es aconsejable controlar con un paño la baba para evitar erupciones en la piel. También, es importante el uso de mordillos para ésta etapa.
Los padres, fundamentalmente, deben tener mucha paciencia y saber que se trata de una etapa normal de los niños. Ante cualquier duda, no hay que dejar de consultar con el médico.

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Mitos y verdades sobre la dentición en los bebés

Uno de los grandes mitos que existen en torno a la dentición es el padecimiento de  fiebre alta. Se acostumbra creer que un ascenso de la temperatura se halla vinculado al brote de los primeros dientes en los bebés. Entonces, cabe preguntarse si es o no la fiebre un síntoma de la salida de los dientes.
Según los expertos, la respuesta es no. Un estudio, que fue realizado recientemente en Brasil, revela que aunque la temperatura de un bebé sube de manera ligera el día en que le sale un diente, la fiebre no constituye un síntoma de la dentición, aunque el babeo y la irritabilidad sí pueden serlo.
La salida del primer diente se produce aproximadamente entre los cuatro y los ocho meses de vida. Por lo general, se asoman primero los dos centrales inferiores y poco tiempo después comienzan a salir los centrales superiores.
Los dentistas brasileños, realizaron un seguimiento a 47 bebés, de entre 5 y 15 meses de vida, a lo largo de 8 meses, para poder estudiar a fondo las señales y síntomas de la dentición.
Según pudieron observar el día en que salió el diente, los niños eran más proclives a padecer escurrimiento nasal, diarrea, sarpullido y falta de apetito, además de irritabilidad, dormir mal, mayor salivación y babeo.
Respecto a la temperatura corporal de los bebés, han notado que ésta tendía a aumentar unas décimas el día en que salía el diente y al día siguiente, pero continúa siendo considerado dentro del rango de lo normal.
En tal sentido, si el niño posee más de 38 Cº de fiebre es un claro signo de enfermedad, más allá de la salida de los dientes, por lo que es necesario buscar la causa y tratarla adecuadamente.
Es preciso señalar que cada bebé reacciona de modo diferente a la salida de los dientes. Algunos niños casi no presentan síntomas, en tanto que otros lo pasan en verdad mal. De manera que para aliviar las molestias de la dentición siempre es bueno ofrecerles bebidas frías, un mordedor, trocitos de manzana o zanahoria fría  y propinarle un delicado y suave masaje con los dedos.