Congestión nasal y gingivitis en el embarazo

Durante el embarazo, suele producirse la inflamación de las mucosas nasales y de las encías, producto de los altos niveles de progesterona.

Congestión nasal

Hay embarazadas que, a lo largo de la gestación, perciben la nariz taponada y reseca, tal como si estuvieran acatarradas. Hasta incluso pueden experimentar una pequeña hemorragia nasal. Esto se debe a la hinchazón de la mucosa nasal cuyo origen se encuentra en los elevados niveles de progesterona, una de las hormonas del embarazo. Dicha hormona ocasiona un incremento de la circulación sanguínea en la totalidad de las mucosas del cuerpo, incluyendo las membranas mucosas de la nariz, y genera una leve inflamación.

Lo ideal en estos casos es procurar evitar los ambientes secos y polvorientos, así como cuidar de no poner la calefacción demasiado alta ni abusar del aire acondicionado, sobre todo por las noches.

Para aliviar esta molestia conviene usar un humidificador. También, se puede optar por hidratar las fosas nasales aplicándose vaselina o utilizar suero fisiológico o agua salina entre tres y cuatro veces al día. En ningún caso debe utilizarse un inhalador o medicamento, excepto que se cuente con la prescripción correspondiente del ginecólogo.

De producirse una hemorragia nasal, presionar ligeramente el tabique servirá de ayuda. Es muy importante no confundir esta molestia con un catarro. Si se trata de un resfriado, la congestión nasal  irá acompañada de otros síntomas, como dolor de cabeza, fiebre y malestar general.

No hay de qué preocuparse porque esta molestia desaparece paulatinamente tras el nacimiento del bebé.

Gingivitis en el embarazo

Durante la gestación, las encías tienden a debilitarse debido a la acción de las hormonas propias del  embarazo y es común que sangren al cepillarse los dientes. Por ese motivo, es de suma importancia mantener una buena higiene bucal.

Para prevenir la aparición de gingivitis, es importante realizar visitas periódicas al dentista, además de evitar la exposición a los rayos X.

Imagen:

embarazo.cuidadoinfantil.net

Las embarazadas son más susceptibles de padecer gingivitis

Durante el embarazo, es muy importante que las mujeres cuiden su salud bucal, porque según datos estadísticos aproximadamente el  75% de las embarazadas padece de gingivitis, problema que se caracteriza por la inflamación y sensibilidad de las encías.
En el periodo de gestación aumenta el flujo sanguíneo como producto de los cambios hormonales y físicos, lo cual produce una mayor sensibilidad en la placa dental. Aparte de la inflamación, otros signos de la gingivitis son mal aliento, exceso de saliva y  sangrado de encías, por mencionar los más habituales.
Por ese motivo, los profesionales de la salud recomiendan extremar la higiene bucal, acompañado de una alimentación sana y equilibrada que aporte los niveles de calcio suficientes, facilitando a su vez el desarrollo fetal. A ello, hay que sumarle la importancia de consultar con el odontólogo para que corrobore el estado de los dientes de la futura madre, sobre todo porque la incidencia de la gingivitis durante el embarazo es muy alta, a tal punto que puede acabar derivando en una enfermedad periodental severa.
Básicamente, la gingivitis es una enfermedad bacteriana provocada por los restos de comida que se depositan en los dientes luego de cada ingesta. De modo que una limpieza nula o insuficiente tanto de los dientes como la lengua luego de cada comida aumentan las posibilidades de padecerla. Al igual que la caries, esta enfermedad es muy frecuente en la gestación, en especial a partir del tercer mes de embarazo.
El embarazo es una etapa en la que el organismo es más propenso de sufrir ciertas enfermedades y patologías orales debido a los cambios que se producen en el pH de la saliva, incrementándose de ese modo el riesgo de la aparición de caries y la erosión del esmalte de las piezas dentales.
Cabe destacar que la salud del bebé también depende de la higiene bucal de la madre,  pues hasta el 70% de las bacterias que se encuentran en la boca de los recién nacidos son transmitidas mediante la saliva por la madre. 

 

Salud bucal en el embarazo

Hay muchos mitos que giran en torno al embarazo, uno de ellos es el de los dientes. Seguramente, alguna vez hemos oído decir, entre otras cosas, que las embarazadas no pueden hacerse tratamientos dentales. No obstante, la mayoría son infundados. Por ese motivo, si estás embarazada es bueno que sepas cómo tienes que cuidar tus dientes.
La salud bucal durante la gestación resulta de suma importancia, puesto que se trata de una etapa en la cual es necesario prestarle mayor atención al cuidado de la boca, no sólo de los dientes sino también de las encías, debido a que la flora bacteriana se ve modificada por las hormonas del embarazo y las vuelve más propensas a la acumulación tanto de sarro como de bacterias.
Es común el sangrado de las encías al cepillarse los dientes, porque durante el embarazo se encuentran más sensibles e inflamadas por efecto de las hormonas y el incremento de flujo sanguíneo. De todos modos, si percibes que las encías sangran por demás al cepillarte, se observan abultadas, enrojecidas o sientes dolor, es indispensable consultar con el odontólogo. Es posible que padezcas una enfermedad periodontal conocida como gingivitis, una infección muy común en las embarazadas que es provocada por la acción de los depósitos de placa.
Entre los factores de riesgo de la gingivitis podemos mencionar la edad avanzada de la mujer, la diabetes y el tabaquismo. Si la infección se trata a tiempo no habrá problemas, por ello no debes dejar de concurrir al odontólogo si estás en la dulce espera. Si no recibes el tratamiento apropiado, la gingivitis puede producir complicaciones en la gestación, como por ejemplo parto prematuro.
Una de las principales prioridades es prevenir la aparición de caries y gingivitis, ya que el incremento de los niveles de prolactina y estrógenos provoca cambios no sólo en el organismo de la mujer sino incluso en la boca, haciendo que la placa bacteriana actúe más agresivamente en los dientes y las encías.
Una de las medidas preventivas es adoptar hábitos de higiene bucal saludables, como cepillarse los dientes luego de cada comida, preferiblemente con un cepillo de cerdas suaves en caso que sangren las encías, usar hilo dental para pasarse en las zonas a las que no se pueden acceder con el cepillo, emplear enjuague antiséptico y, en caso que sea necesario, aplicar flúor.
Otra de las cuestiones fundamentales es la alimentación. Para evitar la aparición de caries o cualquier otra infección, es importante disminuir el consumo de azúcares, incrementar el consumo de calcio, presente en lácteos y yogures, y consumir proteínas a través de la ingesta de carne, legumbres y pescado.
Visita periódicamente al dentista. De lo contrario, en caso que exista una infección y no sea trata a tiempo, puedes llegar a sufrir la pérdida de piezas dentales o complicaciones en el embarazo. Recuerda que la anestesia, al igual que las resinas o amalgamas, usadas para el tratamiento de caries, no afectan al curso normal de la gestación.

La importancia del chequeo médico antes de buscar un embarazo

Antes de intentar quedarse embarazada, sobre todo en casos en que las mujeres hayan tenido problemas en embarazos previos o que padezcan diabetes u otras enfermedades crónicas, resulta aconsejable hacerse un chequeo médico bien completo.
El chequeo es muy importante como medida preventiva, ya que el especialista puede realizar un estudio de la historia clínica de la mujer, para descartar de ese modo posibles infecciones o cualquier otro problema.
Por ejemplo, con un simple análisis de sangre se puede detectar el nivel de inmunidad de la mujer ante enfermedades tales como la Rubéola. En el caso que la mujer no haya pasado ya esta enfermedad y, por lo tanto, no exista inmunidad, se debe vacunar y esperar para buscar un embarazo por lo menos unos tres meses.
Al mismo tiempo, se puede detectar si se es inmune o no a otras enfermedades, como por ejemplo la Toxoplasmosis, una infección leve que puede ocasionar daños significativos al feto. Por ello, a las futuras madres se les aconseja no ingerir embutidos y carnes crudas o poco cocidas, además de evitar el contacto con excrementos de gatos.
Por otro lado, la consulta al médico también permitirá determinar la existencia o no de anticuerpos de la Hepatitis B, de la Varicela y demás infecciones vaginales y/o del aparato urinario.
A su vez, es de suma importancia revisar el estado de la boca previo a un embarazo, ya que una boca sana evita posibles infecciones que pueden afectar al resto del organismo. Vale aclarar, que tales cuidados se tienen que mantener durante la gestación, porque las afecciones bucales pueden producir partos prematuros así como un mayor riesgo de padecer Preeclampsia.
En tanto que el futuro padre también es preciso que se someta a un estudio clínico para la detección de posibles enfermedades o infecciones, además de efectuarse un espermograma, un análisis seminal a través del cual se determina la calidad y la cantidad de espermatozoides. También, se evalúan las particularidades físicas del semen, su aspecto, volumen, viscosidad y consistencia.