Bebés con síndrome congénito de la rubéola

Los tres primeros meses de gestación son de vital importancia ya que  es en esta etapa cuando se desarrollan los órganos y sistemas principales del bebé. Por eso, en caso que la madre durante ese periodo contraiga rubéola, una enfermedad viral, existe el riesgo de contagiar al bebé, pudiendo llegar a ocasionar un aborto espontáneo o el síndrome congénito de la rubéola, provocándole defectos congénitos al feto.
Los bebés con síndrome congénito de la rubéola, por lo general presentan defectos congénitos, como bajo peso al nacer, neumonía, diarrea, meningitis, anemia, irritabilidad y letargo; que irán superando tras el nacimiento.  También, pueden padecer leucocoria, tono muscular anormal, manchas en la cara y/o cuerpo y tendencia sangrar por anomalías de la sangre, pudiendo comprometer también el hígado y bazo.
Los bebés que han nacido con defectos congénitos pueden llegar a desarrollarse con normalidad, superando con cirugías y terapias los problemas, de forma parcial o total. En realidad, todo irá a depender del tipo de defecto que presente y la intensidad del mismo, excepto los problemas que atacan el sistema nervioso, los cuales son irreversibles.
El síndrome congénito de la rubéola, puede ocasionar problemas visuales, auditivos, cardíacos y daños en el  sistema nervioso central.
Pero hay bebés que nacen con el síndrome y no presentan ningún tipo de síntoma, aunque es necesario hacerle un seguimiento en su desarrollo pues existe la posibilidad de  que puedan presentar problemas a futuro, como ser problemas de visión, audición, aprendizaje y comportamiento, que se vuelven visibles a una edad más avanzada.
La mayoría de las mujeres son inmunes a la rubéola, por haber sido vacunadas durante la infancia o haber padecido dicha enfermedad. Pero en caso que se tenga alguna duda, se puede realizar una prueba de sangre para ver si posee anticuerpos contra la enfermedad, en especial antes de buscar un embarazo.
En cuanto a la vacuna, vale decir que la misma se debe administrar 3 meses antes de la concepción, no pudiendo administrarse, bajo ningún punto de vista, durante el embarazo excepto que la madre haya estado en contacto directo con un enfermo y el médico se lo indique. Aquellas  mujeres que dan de lactar pueden ser vacunadas, pues no perjudicará la leche ni a su hijo.
Un dato que vale la pena destacar, si la madre sufre rubéola en el primer trimestre del embarazo, existe un 25 por ciento de probabilidades de que el bebé posea defectos congénitos. Después de las 20 semanas de embarazo, los riesgos se reducen considerablemente.

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La importancia del chequeo médico antes de buscar un embarazo

Antes de intentar quedarse embarazada, sobre todo en casos en que las mujeres hayan tenido problemas en embarazos previos o que padezcan diabetes u otras enfermedades crónicas, resulta aconsejable hacerse un chequeo médico bien completo.
El chequeo es muy importante como medida preventiva, ya que el especialista puede realizar un estudio de la historia clínica de la mujer, para descartar de ese modo posibles infecciones o cualquier otro problema.
Por ejemplo, con un simple análisis de sangre se puede detectar el nivel de inmunidad de la mujer ante enfermedades tales como la Rubéola. En el caso que la mujer no haya pasado ya esta enfermedad y, por lo tanto, no exista inmunidad, se debe vacunar y esperar para buscar un embarazo por lo menos unos tres meses.
Al mismo tiempo, se puede detectar si se es inmune o no a otras enfermedades, como por ejemplo la Toxoplasmosis, una infección leve que puede ocasionar daños significativos al feto. Por ello, a las futuras madres se les aconseja no ingerir embutidos y carnes crudas o poco cocidas, además de evitar el contacto con excrementos de gatos.
Por otro lado, la consulta al médico también permitirá determinar la existencia o no de anticuerpos de la Hepatitis B, de la Varicela y demás infecciones vaginales y/o del aparato urinario.
A su vez, es de suma importancia revisar el estado de la boca previo a un embarazo, ya que una boca sana evita posibles infecciones que pueden afectar al resto del organismo. Vale aclarar, que tales cuidados se tienen que mantener durante la gestación, porque las afecciones bucales pueden producir partos prematuros así como un mayor riesgo de padecer Preeclampsia.
En tanto que el futuro padre también es preciso que se someta a un estudio clínico para la detección de posibles enfermedades o infecciones, además de efectuarse un espermograma, un análisis seminal a través del cual se determina la calidad y la cantidad de espermatozoides. También, se evalúan las particularidades físicas del semen, su aspecto, volumen, viscosidad y consistencia.