Preocupan los altos niveles de azúcares presentes en las fórmulas lácteas

Tal como lo han alertado profesionales en salud infantil, existen determinadas marcas de leche en polvo que contienen altos niveles de azúcar, lo cual puede perjudicar el desarrollo del bebé. Por ello, es importante saber cuáles son sus efectos negativos antes de alimentar a los niños con esta clase de productos.

De acuerdo a un estudio realizado por la organización El Poder del Consumidor de América Latina, la cantidad de azúcares que contienen las leches de fórmula hace que los niños acaben consumiendo aproximadamente entre  3 y 6 cucharadas diarias de azúcar. Lo cual no es un dato menor, sobre todo si se tiene en cuenta el impacto que esto representa en la lucha por la buena nutrición infantil y el combate contra la obesidad, que es uno de los mayores problemas que afecta a niños de todo el mundo.

Por esa razón, es necesario destacar que la leche materna continúa siendo el mejor alimento para los bebés, especialmente en los primeros seis meses de vida. Sin embargo, cada vez más crece la demanda de productos industrializados para bebés, como es el caso de las fórmulas y alimentos usados para la alimentación complementaria, lo cual es preocupante porque contienen azúcares añadidos.

La raíz del problema reside en que la ruta metabólica de este tipo de alimentos sería radicalmente distinta a la de la leche materna. Teniendo en cuenta esta información, es necesario continuar insistiendo con la lactancia exclusiva pues es el alimento más efectivo y natural para el buen desarrollo del bebé.

La actitud de las embarazadas ante la lactancia

La actitud que manifiesta una embarazada frente a la lactancia puede revelar si la madre amamantará o no a su bebé. Por ese motivo, resulta de suma importancia que reciban todo el apoyo necesario, ya sea de la propia familia, de especialistas o instituciones públicas; para ayudarles a superar las dudas y preocupaciones que que posean en torno a la lactancia materna. Así lo han determinado en un estudio un grupo de  investigadores de la Universidad de Alberta (Canadá), según el cual  ayudar a disipar temores y dudas servirá para que la madre alimente a su hijo con leche materna durante más tiempo.

Mediante dicha investigación se concluyó que las madres primerizas abandonan progresivamente la lactancia antes de cumplir los primeros seis meses, en contra de lo que recomienda la OMS (Organización Mundial de la Salud). Para realizar esta afirmación, los expertos encuestaron en dos oportunidades a unas 402 mujeres, la primera cuando estaban cursando un embarazo de 12 semanas y la segunda tras el parto. Los resultados revelaron que a pesar de que aproximadamente el 99% de las mujeres encuestadas amamantaba a sus bebés, solamente el 54% de ellas continuaron dándoles el pecho tres meses después del parto. Mientras que a los seis meses de haber dado a luz, tan solo el 15% de las mujeres que participaron del relevamiento reconoció que continuaba amamantado.

Al mismo tiempo, se determinó que el 54% de las madres mostraban una actitud neutral frente a la lactancia, es decir, que no tenían especial interés en amamantar a los bebés. La misma postura expresó el 53% de madres que alimentaban a sus pequeños con leche de fórmula a lo largo de los primeros seis meses de vida. Pero tal vez lo más llamativo de todo fue que poco más de la mitad de las mujeres que participaron del estudio optó por interrumpir la lactancia antes de cumplir con el periodo recomendado porque consideraban que no producían leche suficiente para alimentar a sus bebés.

Por otro lado, el estudio determinó que las madres que no eran primerizas eran más propensas a amamantar a sus hijos durante más tiempo. Lo cierto es que lo más recomendable es prolongar la lactancia materna el máximo de tiempo posible. Para eso, es necesario promover la lactancia entre las embarazadas, para modificar su actitud sobre la alimentación del bebé.

La lactancia exclusiva reduce el riesgo de infecciones respiratorias

La lactancia exclusiva, al menos durante los primeros seis meses de vida, es de gran importancia ya que de ese modo los bebés se hallan protegidos, disminuyendo el riesgo de contraer infecciones respiratorias que pueden ser muy perjudiciales para su salud.
Los especialistas médicos señalan que incluso los bebés que son alimentados con leche de fórmula, reemplazando la lactancia materna,  son menos saludables y más propensos  a enfermarse de las vías respiratorias, presentando cuadros de tos y alergias.
En el caso de los niños que son alimentados a base de leche materna poseen más defensas contra las infeccioes respiratorias agudas, como es el caso de bronquitis, gripe, neumonía o resfrío, cuya aparición se produce sobre todo cuando cambia el clima. En efecto, la leche materna le aporta al organismo de los pequeños las vitaminas, proteínas, grasas y minerales suficientes para reforzar su sistema inmunológico.
El calostro, que es la primera leche, no sólo ofrece inmunidad contra las infecciones respiratorias, sino que también protege contra las digestivas y previene los cuadros alergias en la etapa de la adultez.

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La lactancia reduce el riesgo en las mujeres de desarrollar hipertensión

La lactancia protege a las mamás de la hipertensión. Al menos así lo ha demostrado un estudio realizado por investigadores de la University of North Carolina, en Estados Unidos, según el cual las mujeres que dan de mamar a sus bebés durante por lo menos seis meses, tendrían menos posibilidades de desarrollar hipertensión a futuro. De todos modos, la investigación no ha logrado probar que la lactancia brinde una protección a largo plazo.

Para la realización de este estudio, el equipo de investigadores observó una muestra de unas 56.000 mujeres estadounidenses que tenían al menos un hijo y que participaron en el “Nurses Health Study II”.

Los resultados obtenidos indicaron que las mujeres que alimentaron con leche materna a sus hijos, tenían menos riesgo de desarrollar hipertensión en los siguientes 14 años que aquellas que solamente les dieron a sus bebés leche de fórmula.

Aproximadamente a unas 8.900 mujeres se les diagnosticó hipertensión. Sin embargo, las posibilidades aumentaban un 22 por ciento en aquellas que no amamantaron a su primer hijo, en comparación con las que sí lo hicieron. En tanto que las mujeres que jamás dieron de mamar o sólo lo hicieron durante un lapso de tres meses o menos, tenían un 25 por ciento más de probabilidades de desarrollar hipertensión que las que alimentaron a sus bebés con leche materna por un año. Para la obtención de dichos resultados se contemplaron otros factores como el ejercicio, la dieta y el tabaquismo.

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La leche de soja y la de vaca poseen un efecto alimenticio similar

Un estudio realizado de manera reciente por Thomas M. Badger, profesor de la University of Arkansas for Medical Sciences, en Estados Unidos, reveló que el efecto alimenticio en los bebés que poseen las fórmulas de leche de soja es igual al de la leche de vaca. Incluso, la investigación demostró que, al llegar al año de vida, el desarrollo mental de los bebés que son alimentados a base de leche materna, de soja o con fórmula común, es bastante similar.
No obstante ello, los especialistas aconsejan alimentar a los bebés con leche materna pues no existe mejor fuente de nutrientes para los infantes que ella. De ahí la recomendación de sostener la lactancia exclusiva de los pequeños hasta los seis meses, y luego combinarla con alimento sólidos hasta al menos el primer año de vida.
Pero la realidad marca que muchos padres empiezan a alimentar a sus hijos con leche de fórmula antes de cumplir los seis meses de vida, y muchos otros por sus hábitos vegetarianos eligen la leche de soja. Pero no hay que preocuparse ya que los resultados revelan que el efecto alimenticio de ambas es relativamente el mismo.
Para el estudio se realizó un seguimiento a 131 bebés a los que se alimentó durante seis meses únicamente  con leche materna, a otro grupo de igual cantidad que fueron alimentados con leche de vaca durante los dos primeros meses de vida, y un tercer grupo compuesto por 129 bebés alimentados con leche de soja.
El equipo que llevó adelante la investigación se encargó de realizarle a cada uno de esos niños, durante su primer año de vida, un test trimestral, con el propósito de estandarizar el nivel de lenguaje, entre otras características propias del desarrollo. Los resultados entre los tres grupos se asemejaron bastante, revelando que el desarrollo de los niños se enmarcaba en un rango normal. Sin embargo, aquellos pequeños alimentados exclusivamente con leche materna presentaban una mínima ventaja con respecto a los demás.

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Cómo afrontar la etapa del destete

Al margen del consejo de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y de otras organizaciones médicas sobre la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses y después combinada con alimentos hasta los dos años, lo real es que cada mamá decide en qué momento destetar.
Llegada esta instancia, surgen muchas dudas pues las madres no desean que sea una etapa difícil, ni para sus hijos ni para ellas. Para ello, te acercamos algunos consejos para ayudarte en el destete.
La regla expresa “no ofrecer, no negar”. Esto quiere decir que no hay que ofrecerle el pecho al niño pero a la vez tampoco hay que decirle que no para evitar que llore. Una buena opción es intentar ofrecerle algo a cambio.
En verdad, el destete empieza con las primeras papillas y se trata de un proceso natural, pero cuanto más se busque acelerar los tiempos más costará.
Es necesario tener en cuenta que el destete va a influir de cierta forma en el niño, por lo que resulta importante pasar más tiempo con él, aunque esto puede dar lugar a que pida el pecho en esa instancia.
Es bueno saber que ningún niño se traumatiza con el destete, pero por supuesto que no le va a agradar. Lo más conveniente es ir espaciando las tomas. Puede ocurrir que por unos días no pida el pecho, pero luego vuelva a pedirlo, y así sucesivamente ya que no se trata de un proceso regular ni que se da igual en todos los niños.
Una alternativa es ofrecerle al pequeño un vaso de leche a cambio de darle el pecho, aunque para esto es necesario tener mucha paciencia, puesto que no lo aceptará de buenas a primeras.
En fin, con paciencia y ayuda de papá, apelando siempre en la intuición, es posible superar con éxito esta etapa.

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Llegó el momento de dejar el pecho

La lactancia liga a la madre y el bebé en un vínculo maravilloso y especial. No obstante cuando los bebés se niegan a dejar el pecho, esto puede tornarse un proceso traumático.
Tanto por el retorno al trabajo o porque ya sea el momento, el bebé debe acostumbrarse a una alimentación que reemplace la leche materna. Y aunque la mayoría pasa este proceso  sin ningún problema, para otros constituye un verdadero trauma.
A pesar que para algunas mamás es también un momento difícil, en especial cuando ven a sus bebés sufrir, el destete ocurrirá tarde o temprano, ya que es parte del desarrollo de todo bebé, por lo que es necesario estar preparadas.
Los médicos aconsejan la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida del bebé. Transcurrido ese periodo, se le puede seguir dando el pecho de forma alternada con papillas. Hay mamás que continúan dándole el pecho hasta el año y medio o dos años.
Vale decir que el destete afianzará la independencia física y emocional del bebé. Por lo que ante semejante cambio, la mamá tiene que estar presente para guiarlo gradualmente y demostrarle que su afecto hacia él no ha cambiado en absoluto.
Lo primero que es necesario tener en cuenta es que la primera y la última toma antes de dormir son las que el bebé irá a dejar al final del proceso. De modo que hay que comenzar por eliminar una toma por semana e ir observando cómo reacciona tu bebé. Si lo hace favorablemente, sigue eliminando las tomas de a una, sustituyéndolas por una toma de biberón o incluso sus nuevos alimentos.
Si tu bebé reacciona negativamente, tienes que ponerte firme y ofrecerle el biberón o algún alimento que pueda comer en función a su edad. Lo que no se debe hacer es forzarlo a probar otros alimentos, sino que hay convencerlo y hacer que le vaya gustando de a poco. Así como tampoco se le debe dar de mamar como una manera de hacerlo callar o para que termine de hacer berrinche.
Otra forma es intentar darle el biberón en cantidades reducidas antes de la leche materna, para que poco a poco vaya acostumbrándose al nuevo sabor. Inclusive,  puedes empezar a acostumbrar a tu bebé al biberón poniendo tu propia leche en la botella.
La tetina del biberón es muy importante, por lo que debes buscar una  con la que se sienta más confortable.
En caso que optes por posponer algunas tomas con comida, lo ideal es hacer que éstas sean más atractivas. Si a pesar de todo esto tu bebé continúa ofreciendo resistencia, no hay que forzarlo de ninguna manera, pues puede ocurrir que todavía no se halle  preparado. Respeta sus tiempos y, de ser necesario, consulta con el pediatra para que te ayude en esta etapa.

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