Desaconsejan el uso de mordedores con vibración

En el mercado español comenzaron a circular unos novedosos mordedores para niños cuya particularidad reside en que vibran para adormilar la boca de los bebés y disminuir así el dolor que padecen a lo largo del proceso de  erupción dental.
Si bien los mordedores con vibración son muy semejantes a los ya tradicionales, se diferencian de ellos que al morderlos empiezan a vibrar, estimulando de ese modo la circulación de la sangre de las encías en la boca del pequeño, aliviándole el dolor y la ansiedad. En tal sentido, a pesar de que no existe una investigación directa al respecto que de cuenta de las ventajas reales que entraña su uso, hay ciertos indicios que demuestran que puede ser desaconsejable su empleo.
Según creen los especialistas, el nivel de vibraciones que alcanzan los mordedores pueden llegar a producir algunas lesiones en el esqueleto del pequeño, ya sea a la altura del cuello como de la columna, lo cual puede acarrear graves consecuencias en su desarrollo.
De esta manera, si bien es importante tener en cuenta que la dentición puede ocasionarle al bebé dolor y, sobre todo, molestias, lo más recomendable es intentar calmarlo mediante recursos más naturales.
Incluso, los especialistas coinciden en que como no han sido comprobadas las ventajas del uso de este tipo de mordedores y, siendo que existen algunas dudas acerca de su probable peligrosidad, lo mejor es no usarlos o reducir su uso al mínimo, en tanto y en cuanto no se disponga de mayor información al respecto.

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Efectos del yogur bajo en grasas en el embarazo

Muchas mujeres, durante el embarazo, procuran cuidar la línea para intentar engordar lo menos posible, preocupándose por conservar una imagen similar a la de antes de la gestación. Esto es lo que lleva a algunas madres a ingerir alimentos bajos en grasa durante el embarazo. En relación a esto, un estudio realizado por la Escuela de Salud Pública de Harvard (HSPH) ha determinado que esta práctica, sobre todo  en el caso de los yogures con contenido reducido en grasas, podría aumentar el riesgo de que el futuro bebé padezca rinitis alérgica o asma.
El objetivo del estudio residía básicamente en determinar si los ácidos grasos, que están presentes tanto en la leche como en los productos lácteos, podían servir para prevenir que los bebés no desarrollen estos problemas y otras afecciones de carácter alérgico. Para ello, se llevó a cabo un análisis de los productos lácteos que ingirieron las mujeres embarazadas que participaron del estudio. Además, posteriormente se realizó un seguimiento a los bebés para precisar la cantidad de casos en los cuales se desarrollaba rinitis o asma infantil. De este modo, los resultados han revelado que la leche no tenía relación alguna, lo que sí ocurría con la ingesta de yogures bajos en grasa durante la gestación.
Según el estudio, en comparación con las madres que consumían yogures enteros, la ingesta de yogures reducidos en calorías aumentaba en 1,6 veces las posibilidades de que los bebés sufrieran alguna de las enfermedades mencionadas cuando llegaran a la edad de 7 años. Los investigadores llegaron a la conclusión de que ciertos componentes no grasos de los yogures pueden desempeñar un esencial en el incremento del riesgo.
Éste representa el primer estudio que se realiza buscando la relación del consumo de esta clase de yogures con las enfermedades de los futuros bebés. De todos modos, la hipótesis de esta investigación no es del todo concluyente, por lo que  los expertos han indicado que será necesario efectuar nuevos estudios enfocándose en otras líneas de investigación, como por ejemplo el tipo de dieta y hábitos alimentarios, seguimiento del consumo de ciertos alimentos con y sin grasa, por mencionar sólo algunas.
Los extremos nunca son buenos, por lo que un término medio es lo más conveniente. De manera que una dieta saludable y equilibrada, sería lo más adecuado para asegurar que los futuros bebés puedan desarrollarse de forma adecuada, contando con todos los nutrientes para ello y, por consiguiente, disminuir el riesgo de sufrir ciertas enfermedades y alergias.
Si tienes alguna duda al respecto, lo mejor es consultar con tu médico para que te recomiende la dieta más conveniente, la cual irá a depender siempre de las condiciones físicas de cada mujer.

Los mimos estimulan el desarrollo de los bebés

El contacto físico es algo esencial para el desarrollo del bebé, desde el momento de su nacimiento. Por tal motivo, tanto los papás como las mamás tienen que estar siempre dispuestos a prodigarle mimos a sus hijos.
Tales demostraciones de cariño, además de regalarle  a los padres momentos de pleno disfrute, ayudan a que el bebé crezca en óptimas condiciones.
Si bien no es posible regular o definir pautas exactas, lo cierto es que existen determinadas cuestiones que puedes contemplar para aprender a mimar a tu hijo, de manera tal que estimules su desarrollo.
En el caso de los recién nacidos, es esencial tenerlos en brazos, darles mimos y hablarles dulcemente. Esto es todo lo que padres pueden hacer por ellos en esta etapa. No obstante, este contacto es absolutamente imprescindible para los niños.
Durante el trascurso de los tres primeros meses, es indispensable tener al niño en brazos por lo menos 25 minutos al día, lo cual ayudará a afianzar su confianza y darle seguridad.
En tanto que, entre los tres y seis meses de edad, bastará con tenerlo en brazos unos quince minutos al día.
Ya entre los seis y nueve meses, se puede tener al bebé en brazos unos diez minutos. Pero además resulta necesario empezar a pasar más tiempo jugando con él.
Al cumplir el año, el bebé ya no necesita un contacto físico tan estrecho. De todos modos, es muy importante jugar con él, darle afecto, hablarle suavemente, hacerlo reír, para que sienta la compañía de sus padres.
Más allá de todo, resulta innegable que no existe nada más lindo que darle cariño y mimar a nuestros hijos.

Hablarle al bebé desde antes de nacer

Los padres, por lo general, suelen hablarle a su bebé incluso desde antes del nacimiento. Ahora, bien, ¿cuál es el grado de importancia de esta comunicación? El objetivo es más que evidente, familiarizarle con su voz, pensando en que el sonido de la misma será un alivio para el bebé, sobre todo luego de nacer.
Si bien pueden existir quienes piensen lo contrario, lo cierto es que hablar con tu bebé es una actividad por demás importante porque, entre otras cosas, ayuda en el desarrollo del bebé. Cuanto más le hablen los padres a su bebé, más  rápido y mejor será el desarrollo de sus competencias lingüísticas. Esto se desprende del hecho de que el lenguaje no es una habilidad innata sino que es una habilidad social que se aprende únicamente por imitación.
Al mismo tiempo, se favorece el desarrollo del hábito de oír con atención a sus padres,  disfrutando de ello. A la vez que les da una sensación de alivio y seguridad por su sola presencia. Nunca se sabe cuán importante puede llegar ser esto algún día, especialmente en situaciones extremas.
Por último, vale decir que hablarle al bebé fortalece los vínculos y genera confianza. Esto será algo sumamente esencial no solo durante la infancia sino también cuando crezca, en especial cuando llegue a la etapa tan difícil de la adolescencia, pues respetar el diálogo más allá de todo.

Etapas de crecimiento del bebé

Todas las personas desde que nacen hasta que alcanzan la vejez, pasan por fases comunes de crecimiento que dependen específicamente de la genética del cuerpo y su desarrollo.
Conocer estas etapas, es sumamente importante tanto para un profesional como para los propios padres ya que son de gran utilidad para la detección temprana de cualquier enfermedad, sea congénita o no, que pueda afectar la salud del niño.
Después de las dos primeras semanas y al final de la cuarta, el bebé tiene que ser capaz de levantar su cabeza mientras permanece acostado con su barriga hacia abajo. Además,  puede centrar su mirada en un objeto y seguir el movimiento del mismo.
Al mismo tiempo, entre los dos y tres meses de edad, el bebé debe ser capaz de mantener su cabeza erguida cuando se lo pone de pie y llegar a mantenerla completamente. En esta misma etapa, sabrá sonreír, reaccionar ante sonidos, vocalizar de manera espontánea o recíproca, así como sostener un objeto pequeño con su mano y será capaz de distinguir a los padres de otro grupo de personas.
Entre los cuatro y cinco meses, un niño puede sostenerse en sus manos cuando es colocado boca abajo, mientras que su cabeza se mantiene firme ya sea en esta misma posición como sentado. En esta etapa, comienza a jugar con sus manos,  al tiempo que las mantiene en posición de aplaudir, y aprende a rodar para darse vuelta estando acostado. Empieza a sonreír y a seguir con los ojos el movimiento de objetos en un radio de 180°.
A partir del sexto mes, un bebé debe ser absolutamente capaz de rotar sobre su eje corporal para poder voltearse  mientras está acostado. Asimismo, sabe sentarse con firmeza, traspasar objetos de una mano a la otra, sostener el biberón con sus manos el biberón, y jugar con sus extremidades.
A grandes rasgos, hasta aquí hemos mencionado como será la vida del niño durante sus primeros seis meses de vida. De todas maneras, para determinar si  su desarrollo es correcto es preciso visitar a su pediatra.
Más adelante, cuando el niño cumpla los nueve meses, el pequeño podrá sentarse correctamente y trasladarse gateando. A su vez, lanzará objetos con cualquiera de las dos manos y sufrirá un marcado aumento de las expresiones.
Por último, al cumplir los doce meses de vida, el niño intentará la bipedestación con mayor frecuencia hasta lograr dar unos pequeños pasos.
También, tendrá la capacidad de comprender el concepto de relación entre objeto y permanencia, por lo que tenderá a buscar un objeto caído o escondido.

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