Gracias a un estudio realizado por investigadores australianos, se descubrió que los bebés prematuros que son alimentados con leche materna fortificada con proteínas adicionales tienen mayor capacidad de desarrollarse sin correr el riesgo de sufrir problemas de crecimiento.
Según el proyecto elaborado por el equipo de Carmel T. Collins, del Centro Médico Flinders, en Bedford Park, Australia del Sur, los pequeños nacidos de manera prematura que se alimentan con leche materna no crecen en la misma proporción en comparación con aquellos que cumplen su tiempo en el interior del útero, aún cuando sean alimentados con fortificadores de leche humana, aunque todo funcionaría mejor al agregarse proteínas.
Durante la realización del estudio, se procuró definir el efecto que genera el refuerzo de proteína, para ello se le administró al azar a un grupo de 92 bebés nacidos antes de las 31 semanas de gestación, y que eran alimentados con biberones o por sonda, FLH con 1,4 g de proteína/100 mL o 1 g /100 mL.
Luego del seguimiento, se pudo descubrir que la talla promedio era similar en ambos grupos, pero en el grupo tratado con el refuerzo proteico había menos niños por debajo de la talla del porcentilo 10 en contraste al otro grupo de bebés.
En cuanto al peso, el grupo tratado con proteína pesaba un promedio de 2.760 gramos frente a los 2.539 gramos del otro grupo.
De este modo, los resultados sugieren que la utilización de un FLH con una concentración proteica de 1,4 g/100 mL disminuye las deficiencias del crecimiento en los bebés nacidos en forma prematura antes de las 31 semanas de gestación. No obstante ello, se concluyó que se necesitarían estudios aleatorios más grandes para obtener resultados clínicamente significativos.
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