En ocasiones, a algunas mujeres les suelen aparecer manchas en la cara durante el embarazo, las cuales reciben el nombre de cloasma y son más conocidas como máscara del embarazo. Por lo general, su aparición se da en la zona de la nariz, las mejillas y el cuello.
La concentración de melanina en el organismo de la embarazada, como consecuencia del incremento de estrógenos característico de la gestación, es el motivo por el que aparecen este tipo de manchas en el rostro. Las mismas, por lo general, suelen desaparecer alrededor de tres meses después de haberse producido el parto. Por ello, es importante la aplicación de protección total en los momentos de exposición al sol, ya que los rayos solares aumentan la pigmentación de las manchas.
Aunque en muchas mujeres el embarazo mejora de forma considerable el aspecto de la piel, y hasta hay quien se anima a asegurar que funciona como un excelente tratamiento de belleza, también ocurre que en algunas mujeres aparecen manchas en el rostro, llamadas cloasma o máscara del embarazo.
Las manchas, generalmente aparecen en la nariz, las mejillas y el cuello, y son fruto de la alta concentración de melanina producida por el incremento de estrógenos propio del embarazo.
Incluso, la piel también puede sufrir alguna alteración en otras partes del cuerpo, apareciendo en forma de pequeños círculos rojos, y en caso que se tengan lunares, puede que los mismos aumenten de tamaño y, además, se oscurezcan.
Por otra parte, en el vientre materno suele aparecer una línea oscura, que va desde el ombligo hasta el vello púbico, que es conocida como línea nigra y que desaparece tras el parto. Dicha línea, marca la separación de los músculos del abdomen, que se produce para acomodar el aumento del tamaño del útero.
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La ingesta de ácido fólico puede prevenir malformaciones congénitas en el feto
Si te encuentras planificando quedarte embarazada, es recomendable que comiences a tomar ácido fólico o vitamina B9, el cual consiste en un suplemento vitamínico que se encuentra, en ciertos vegetales, frutas y legumbres. O, mejor aún, puedes tomar ácido fólico en comprimidos, que podrás adquirir en cualquier farmacia.
El ácido fólico o vitamina B9 ayuda, desde el comienzo del embarazo, a prevenir malformaciones congénitas o mayores en el feto, así como defectos del tubo neural en el futuro bebé, garantizando así el buen desarrollo del feto.
Tanto el cerebro como la médula espinal se forman a partir del tubo neural en el primer mes de gestación, de ahí la importancia de prevenir cualquier tipo de malformación tomando ácido fólico desde antes que se produzca la fecundación.
Gran parte de las mujeres no consulta al ginecólogo hasta que sospecha estar embarazada, a pesar que lo ideal es hacerse un chequeo médico antes del embarazo. Una de las primeras medidas que aconseja el médico especialista, esté o no embarazada la mujer, es la toma de ácido fólico, cuya importancia en la prevención de determinadas enfermedades, como la espina bífida, se halla más que demostrada.
Un dato importante, que revelan estudios recientes, es que el riesgo de que el bebé sufra ciertas malformaciones congénitas disminuye entre un 50 y un 70% si se empieza a ingerir ácido fólico hasta con un mes de antelación a la concepción.
Al mismo tiempo, el ácido fólico también sirve de ayuda para prevenir otras malformaciones mayores, como por ejemplo labio leporino y paladar hendido, así como a evitar nacimientos prematuros y cuadros de anemia en la mujer.
Técnicas para reducir el dolor durante el parto
Tras 9 meses de gestación, tu cuerpo se encuentra preparado para dar a luz a tu bebé, lo cual implica que tengas algunos dolores intensos a causa de las contracciones.
Muchas veces, hemos escuchado de boca de otras madres acerca de tales dolores y nos genera temor el solo pensar en ello. Por suerte, existen ciertas técnicas que nos permiten dar a luz sin dolor.
Por un lado, cabe mencionar a la epidural, una anestesia que bloquea las sensaciones de dolor de la zona de la cintura para abajo, dado a que se inyecta en la parte baja de la espalda. Gracias a la epidural, no se sienten los tan temidos dolores de las contracciones, aunque sí sentirás una sensación de alerta para cuando debas pujar. Lo importante es que no afecta al bebé, e incluso puede resultar beneficioso ya que, al ser aplicada previo a dar a luz, el bebé dispondrá de un buen suministro de oxígeno porque tú no tendrás dificultades para respirar.
Otra técnica muy utilizada es el parto en el agua, lo cual favorece a la disminución del dolor. En este caso, el espacio en que tiene lugar el parto es más íntimo, evitando así que te pongas más nerviosa. El contacto con el agua caliente ayuda a que se relajen los músculos de la cintura para abajo, por lo que el dolor se reduce considerablemente. Esto se debe a que el nivel de endorfinas sube, ya que permanecer en la tina con agua te ayudará a sentirse más relajada; quitándote el estrés y los dolores intensos de las contracciones.
También, para el momento del parto se puede optar por el bloqueo espinal, la cual consiste en una inyección similar a la epidural, pero con efectos más efímeros (entre 1 y 2 horas). Este método se puede emplear si lo que deseas es que se te quite el dolor de las contracciones y del parto, pero no quieres que se prolongue por mucho rato esa sensación que te da la anestesia, como por ejemplo el adormecimiento. Luego de la anestesia, puedes presentar algunos síntomas como dolores de cabeza o presión baja, bastantes parecidos a los que tendrás con una epidural.